Hay que hablar de política

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No hay que ir muchos años atrás para ver como en la política estaban los empresarios más exitosos del país.

Por: Juan Felipe Rodríguez Ramos

Por mucho tiempo se ha dicho que no se debe hablar ni de religión ni de política para conservar las amistades o hasta la familia. Esta costumbre que desde siempre se ha visto como una buena práctica, nos está pasando cuenta de cobro. 

Desde hace mucho tiempo han querido silenciar a toda una sociedad sobre sus posiciones políticas; sociedad que nunca ha podido expresar cómo se siente o qué opina frente a un candidato u otro, frente a un partido u otro. El apoyo puede significar una confrontación de cualquier tipo y en Colombia ya no queremos una pelea más. Adicionalmente, si se trabaja en el sector privado, simpatizar de manera pública con algún partido o candidato puede llegar a tener hasta las peores consecuencias y ni que hablar de los servidores públicos. 

Hace poco le preguntaban públicamente a un gran futbolista colombiano sobre sus preferencias políticas y no se sabe si por ser neutral o porque de verdad así lo sentía, respondió que él no sabía nada de política. Días después estaba en la finca de unos de los más reconocidos políticos que ha tenido este país, tomándose fotos con él, cosa que no está mal, pero que muestra la vergüenza que nos da a los colombianos reconocer que apoyamos o nos sentimos más identificados con unos que con otros. 

¿Cómo hacer entonces para que la política, que es la base de las decisiones más importantes de un país, sea el lugar donde lleguen las mejores personas, líderes, empresarios y gerentes y adicionalmente, que no sea una fuente de temor y vergüenza? 

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No hay que ir muchos años atrás para ver como en la política estaban los empresarios más exitosos del país. Eran empresarios que, además de su trabajo privado, tenían una enorme responsabilidad pública adicional o entraban y salían del sector público, donde hacían una especie de aporte a la sociedad y luego regresaban para seguir con sus carreras profesionales. Hoy en día eso es poco posible. Quien ingresa al sector público difícilmente vuelve al sector privado y eso ha hecho que grandes profesionales y empresarios declinen de estar en las más altas posiciones de los gobiernos locales, regionales y nacionales. A lo anterior hay que sumarle la cantidad importante de investigaciones con las que terminan, porque estamos en la política del ego, del enemigo, del revanchismo y de la polarización. Se olvidó que la política es para servir, para construir, pero sobre todo para unir. 

Es el momento que como sociedad revisemos en qué parte de nuestras vidas estamos dejando la política. Le estamos dejando las conversaciones y el espacio político a aquellos que no tienen nada que perder, a aquellos que por llenar sus arcas corren el riesgo de hacer de la política un espacio corrupto que lo único que hace es deslegitimar mucho más esta actividad. Es el momento de hablar de política, de que los grandes líderes y empresarios de este país asuman una posición y ayuden a gestar, como lo hacían antes, nuevos y mejores liderazgos. Porque finalmente, es en la política donde se tomas las decisiones más importantes de una sociedad. 

P.S: Nos estamos jugando el futuro del país en las próximas elecciones locales y regionales. No nos dejemos engañar y votemos a conciencia, pero de forma inteligente.

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