Historias Detrás del Papado

Compartir

Historias Detrás del Papado: La época, no por nada, está llena de milagros y de leyendas. La educación se convirtió en un tema relegado a los sacerdotes.


Autor: Orlando David Buelvas Dajud

Cuando Alarico el Visigodo se hacía más fuerte y los hunos acrecentaban su territorio occidental, entre los años 440 y 460, el Imperio Romano decaía bajo su propio peso sin ninguna figura política que pudiese tomar las riendas de occidente. Fue allí cuando el papado plantó las raíces del poder.

El líder eclesiástico de aquella turbulenta época fue León I. Por entonces, Roma e Italia estaban sumidas en la vergüenza caótica de haber caído bajo las amenazas extranjeras, siendo asediadas por Alarico I; el primer hombre en romper las barreras imperiales durante siglos, y por Atila, el huno; un imberbe de metro y medio que arrodilló a Europa ante sus pies.

DEL MISMO AUTOR: Complejo comprender

Una vez los romanos rezaban por piedad ante la llegada de Atila solo un hombre fue capaz de aparecer para defender su tierra: León, quien logró disuadir al líder asiático para que abandonara Roma. Lo cierto es que lo consiguió, más por los miedos supersticiosos del huno que por algún milagro que se le pueda atribuir a los hechos. Pero así empezaba una leyenda de poder y religión.

Desde entonces a León I se le conoce como el Padre del Papado, pero sus sucesores no dejaron historias menores. Luego de la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 aquel que fuese nombrado papa era considerado como el patriarca occidental; hecho no menor.

image 23
Ciudad del Baticano

La lucha por el poder no se hizo esperar, y fue Gelasio I quien, en defensa de su posición, determinó que el Estado y la Iglesia eran cada uno independiente del otro. Cuesta creer, que siglos después, dicho ideal siga siendo debatido. Gelasio, en una muestra de brillantez política, excomulgó de la iglesia al regente del Imperio de Oriente y así se hizo con el mando del cristianismo en toda Europa. La lucha por el poder continuaba.

Le puede interesar:  Fracasadores: la reflexión del discurso de David Escobar en EAFIT

No solo se batallaba poder, también se forjaron diferentes conflictos ideológicos frente al cristianismo. Un siglo antes de que Roma fuese tomada por los hunos, la amenaza religiosa era el Arrianismo; cristianos, pero no católicos, que no aceptaban la divinidad de Jesús como hijo de Dios.

La solución católica, impulsada, según se cuenta, por Constantino I, fue la celebración del primer Concilio Ecuménico, una reunión de obispos desesperados. El resultado de estas reuniones fue el establecimiento de los dogmas católicos, afirmando como dogma incuestionable que Jesús era hijo de Dios. Los arrianos pasaron a ser perseguidos como herejes, y con el tiempo fueron forzados a desaparecer, llenando la historia de sangre.

DEL MISMO AUTOR: La Silla Decembrina

Para la mitad del milenio llegó al papado Gregorio I, el primer papa en considerar necesario un ejército y enviar cartas de auxilio al emperador franco, Carlomagno, haciéndose con el poder de Italia. Gregorio se encargó de sembrar el cristianismo en el mundo anglosajón, instituyó el celibato e inició la proliferación de los monasterios fuera de Italia, aportando al crecimiento de los siglos benedictinos.

La época, no por nada, está llena de milagros y de leyendas. La educación se convirtió en un tema relegado a los sacerdotes. Tan mala era la fama de educarse, que los francos consideran el aprender a leer o escribir como un atentado contra la virilidad y la hombría, el mismo Carlomagno nunca aprendería a leer de manera satisfactoria.

Pero la mayor trampa en la que se vieron envueltos los sumos pontífices fue el amor. A finales del primer milenio después de Cristo, el primer papa en ser condenado por los vericuetos de sus amantes fue Sergio III, olvidando los santos sacramentos se enredó bajo la voluntad de Marozia. Luego de la muerte de Sergio III, Marozia fue conocida como la Donna Senatrix, y según cuenta la tradición hizo desaparecer en extrañas condiciones a León IV y luego a Esteban VIII. La Donna Senatrix tuvo un hijo ilegitimo con Sergio III -aunque la paternidad es discutida-, que luego sería conocido como el papa Juan XI.

Le puede interesar:  Se arraigaron las malas costumbres

Las historias detrás del papado se quedan cortas a tan leve recuento. Por fuera se relegan la pintoresca historia de Juan X, siendo el primer papa en dirigir un ejército para derrotar a los musulmanes que amenazaban Italia, o la lucha de Silvestre II para dejar en el pasado la absurda creencia de que el conocimiento del pasado era cosa diabólica. No son pocos los motivos, para revisar nuestra historia.

Última hora

Le puede interesar

[mc4wp_form id=»74432″]