En un esfuerzo por abordar la urgente necesidad de prácticas sostenibles en la gestión de residuos y la producción responsable, 360 Radio dialogó con Liliana Fonseca, gerente integral de proyectos de Global Zero Waste una experta destacada en el campo de la economía circular y la sostenibilidad.
Durante la conversación, Fonseca subrayó la importancia de transitar desde un modelo de producción y consumo lineal hacia uno circular, enfatizando cómo este cambio no solo puede mitigar los efectos negativos sobre el medio ambiente, sino también optimizar costos y procesos en el sector industrial.
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La entrevista exploró en profundidad los principios fundamentales del modelo Basura Cero, una iniciativa que busca minimizar la generación de residuos y su disposición en rellenos sanitarios, botaderos a cielo abierto o incineración. Fonseca también discutió los desafíos y oportunidades que enfrenta Colombia en su camino hacia una economía más circular, señalando la necesidad de incentivos financieros, el fortalecimiento institucional y la adopción de nuevas tecnologías.
A través de ejemplos internacionales y propuestas innovadoras, la experta hizo un llamado a todos los actores de la cadena de valor para que colaboren en la implementación de estrategias sostenibles que beneficien tanto al medio ambiente como a la economía local.
La transición de Colombia hacia la Economía Circular
360 Radio: ¿Cuál es la importancia de promover prácticas de post consumo sostenible y economía circular en el país?
Liliana Fonseca: Bueno, es importante primero considerar que nuestro modelo de producción y consumo está basado en un esquema lineal. Esto quiere decir que nosotros nos apoyamos en actividades como la extracción, la producción, el consumo y la generación de residuos. Bajo este esquema, no hay un proceso de reintegración o reincorporación de los materiales, a diferencia de lo que ocurre en el modelo de economía circular, que justamente busca eso.
Este modelo lineal implica muchos problemas asociados y efectos no solo en el uso indiscriminado de los residuos, sino en la presión que se genera sobre los mismos. Adicionalmente, hablamos de problemas de contaminación hídrica, contaminación de ecosistemas terrestres y acuáticos, y por supuesto, el aumento de los gases de efecto invernadero asociados a este tema.
Hay cifras específicas que nos indican que aproximadamente entre el 3% y el 6% de los gases de efecto invernadero están alineados o asociados a todo el esquema de la gestión de residuos. Si ampliamos un poco más el esquema y analizamos la extracción y el procesamiento de materiales, así como el uso de combustibles fósiles y la fabricación de productos, podríamos estar hablando de una cifra cercana al 50% de los gases de efecto invernadero asociados a estos procesos.
Hay una problemática muy clara en torno a los residuos sólidos, que también podemos trasladar al tema de la pérdida de biodiversidad, con cifras cercanas al 90% de esta pérdida, entre muchas otras problemáticas.
De ahí resulta tan importante implementar y promover este tipo de prácticas de producción y consumo responsable. Esto nos permite ampliar o llegar a nuestras metas trazadas en torno al desarrollo sostenible desde las dimensiones económica, social y, por supuesto, ambiental.
Cuando hablamos de producción y consumo responsables, implícitamente estamos estableciendo la necesidad de optimizar los recursos dentro de los ciclos biológicos y tecnológicos que la economía circular nos explica en detalle. Hablamos de estrategias de reducción, reutilización, compostaje, reciclaje, entre otras.
Con estas prácticas, podemos aumentar la eficiencia de los materiales considerando su ciclo de vida, mejorar los procesos para que los materiales se reintegren en la cadena de valor. Esto también optimiza los costos asociados a los procesos de producción, algo muy necesario para el sector privado e industrial. Básicamente, esas son algunas de las necesidades que hemos identificado en nuestros procesos de asesoramiento desde Basura Cero.
360 Radio: ¿Qué es el modelo Basura Cero y cómo relacionamos este modelo con los conceptos de posconsumo y economía circular?
Liliana Fonseca: Bueno, resulta que hay una relación directa entre el modelo Basura Cero, la economía circular y la producción y consumo responsables. El modelo Basura Cero se ha venido trabajando desde hace muchos años, inicialmente en Estados Unidos en la industria química, pero ha cobrado una mayor relevancia con el tiempo. Este modelo, al igual que la economía circular, está basado en principios de producción y consumo responsables.
Basura Cero tiene dos principios fundamentales. El primero es evitar que los residuos se generen, es decir, el mejor residuo es el que no se produce. Esto se alinea con estrategias de reducción desde el diseño de los materiales. El segundo principio es evitar que los residuos lleguen a sitios de disposición final como rellenos sanitarios, botaderos a cielo abierto, incineración o que terminen en el ambiente.
Estos principios crean una relación con los modelos de economía circular y producción y consumo responsables porque todos buscan promover hábitos sostenibles en el uso de recursos. Desde la organización Basura Cero global, trabajamos con modelaciones de Basura Cero y hemos creado, en alianza con colaboradores y nuestro equipo técnico, una herramienta técnica que permite a las organizaciones transitar hacia modelos sostenibles. Actualmente, más de 110 organizaciones están trabajando en la promoción de estrategias de reducción, reutilización y reciclaje dentro de sus procesos para reducir la cantidad de residuos generados y evitar que lleguen a sitios de disposición final.
Este sistema de gestión Basura Cero, cuenta con lineamientos y principios necesarios para que las organizaciones se comprometan a realizar un trabajo transparente, validado por Icontec para Latinoamérica y otros organismos a nivel global.
Invito a quienes quieran conocer más sobre el programa de certificación en Basura Cero a consultarlo a través de nuestra página web y redes sociales, donde pueden encontrar casos de éxito y ejemplos de organizaciones que ya están certificadas en este esquema.
360 Radio: Liliana, justamente usted que ha estado inmersa en este tema, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrenta Colombia y las empresas en esa transición a un modelo económico más circular y sostenible?
Liliana Fonseca: Claro, el desafío es a nivel global, pero en Colombia también enfrentamos varios retos. Naciones Unidas nos indica que si la población mundial supera los 9.600 millones para 2050, necesitaríamos el equivalente a tres planetas para mantener nuestro estilo de vida actual. El problema es que solo tenemos un planeta y los recursos son finitos. Esto resalta la necesidad de implementar prácticas sostenibles.
Las tasas de recirculación de materiales son bajas. Según el Circularity Gap Report 2023, la circularidad está alrededor del 7.2%, una disminución desde el 9.1% en 2018. Esto muestra que una gran proporción de residuos termina en botaderos, rellenos sanitarios o el ambiente, lo que es preocupante.
En Colombia, hemos tenido avances normativos significativos, como la Constitución Política, la Ley 99 de 1993, la Política de Producción más Limpia de 1997, y la Política Nacional de Producción y Consumo Sostenible. Estas leyes promueven cambios de hábitos en la producción y consumo a través de estrategias como el ecodiseño y las compras sostenibles. Sin embargo, aún falta mucho trabajo por hacer. Es fundamental fortalecer las instituciones para la toma de decisiones, incorporar nuevas tecnologías para el aprovechamiento de residuos y generar conciencia sobre la sostenibilidad.
Desde mi perspectiva, un reto crucial es la falta de incentivos financieros para promover estas prácticas y generar capacidad instalada en las organizaciones. Los incentivos financieros y la formación de los grupos que trabajan en la cadena de residuos son esenciales. Hay términos como «nuevas finanzas del clima» que nos pueden apoyar en este sentido.
Nosotros, desde Basura Cero global, en alianza con Ser Carbono, hemos desarrollado un programa voluntario de economía circular que busca movilizar inversiones para estas iniciativas. Este programa voluntario de economía circular crea créditos similares a los bonos de carbono, pero enfocados en la circularidad y recuperación de materiales. Es una manera de financiar estas iniciativas a nivel global y promover la recuperación de materiales del ambiente y otros sistemas de disposición.
360 Radio: Hace un momento mencionaba algo muy interesante, y es que esto no es un tema solo de Colombia sino que ya es un tema a nivel global ¿Cuáles son las mejores prácticas internacionales en materia de economía circular y consumo sostenible que podrían aplicarse en el contexto colombiano?
Liliana Fonseca: Realmente, hay muchas prácticas y ejemplos a nivel global que podríamos aplicar. Países como Alemania y Suiza tienen tasas de reciclaje bastante altas en comparación con América Latina y el Caribe. Sin embargo, la replicabilidad de estas prácticas depende mucho del contexto local. En Colombia tenemos un panorama diferente a nivel geopolítico, social y territorial.
Podríamos enfocarnos en los principios de producción y consumo responsables, como el principio de precaución y el principio de prevención. Estos principios implican repensar los modelos actuales de producción y consumo, reducir riesgos en la cadena de valor y adoptar nuevos modelos de negocio circular. Por ejemplo, podríamos fomentar negocios enfocados en servicios, economías colaborativas y procesos de codiseño que eviten la extracción de recursos vírgenes y generen productos más duraderos y reparables.
Es crucial aumentar la eficiencia de los procesos y generar conciencia ecológica, sensibilizar a la población sobre la importancia de mantener y reparar productos en lugar de desecharlos. También debemos fomentar la cooperación y trabajo colaborativo entre todos los actores de la cadena, desde el sector productivo hasta los consumidores.
Es importante pensar en generar beneficios para todos los actores de la cadena y fomentar procesos de investigación y desarrollo para identificar nuevas tecnologías sostenibles. También debemos fortalecer la cadena de gestión de residuos, involucrando a todos los participantes y promoviendo la separación de residuos desde los hogares. Apoyar la economía local y regional, alinearse con herramientas como el sistema de gestión Basura Cero y ser críticos con nuestros hábitos de consumo son pasos esenciales hacia la sostenibilidad.