Productores y exportadores de banano de Latinoamérica enfrentan grandes desafíos para obtener precios justos, que sean consecuentes con los esfuerzos y costos involucrados en la cadena productiva, así como las cada vez mayores exigencias del mercado.
Las compañías bananeras de la región enfrentan uno de los momentos más desafiantes de los últimos tiempos. Por una parte, debido al constante incremento en los costos de producción, especialmente en la mano de obra, los insumos, el control de enfermedades, así como en los precios del transporte, las certificaciones y la seguridad. Por otro lado, están presentes las presiones de los supermercados europeos para reducir los precios del banano.
Al analizar los principales costos involucrados en la cadena de abastecimiento del banano, se observan las complejidades que afectan su comportamiento y control para asegurar la eficiencia productiva.
Debido a la naturaleza del cultivo, este requiere diversas labores manuales en todas las etapas del proceso productivo, por lo cual, el sector bananero es un gran generador de empleos y un impulsor significativo del desarrollo social en diferentes localidades. Consecuentemente, la mano de obra es uno de los costos más relevantes y puede representar alrededor del 50% del costo total en ciertos casos.
Como parte de su responsabilidad social, además de los sueldos y beneficios de ley, el sector también incurre en gastos importantes para capacitar a sus trabajadores y, en algunos casos, a sus familias, a través de otras acciones sociales. Dependiendo de las regulaciones laborales de cada nación, las cuales en algunos países son poco flexibles, este es un costo fijo que debe ser absorbido por el volumen de producción y en caso de caídas en la productividad de este afecta de manera importante la rentabilidad.
Por otro lado, en los últimos años se han presentado eventos geopolíticos y ambientales que han afectado los costos de insumos y de la cadena de abastecimiento, por ejemplo, la guerra entre Rusia y Ucrania generó un significativo incremento en el valor de los fertilizantes e insumos que se importan desde Europa; también la sequía en los canales de Panamá y Suez, así como la guerra en Medio Oriente, encarecieron los costos del transporte internacional, lo que sin duda ha afectado el precio del producto al trasladarlo a su destino.
Adicionalmente, los eventos climáticos, cada vez más extremos y frecuentes, generan inundaciones, sequías, cambios en temperaturas y tienen un impacto considerable en los niveles de producción de los cultivos y, por ende, en la oferta y en los precios de los productos.
En los últimos años, los niveles de inseguridad han incrementado en varios países latinoamericanos, lo cual ha requerido que las compañías realicen mayores inversiones en seguridad para poder operar ante la falta de garantías ofrecida por los gobiernos de turno.
Además, las compañías bananeras deben cumplir con diversas certificaciones, como GLOBAL G.A.P., SA8000, Rainforest Alliance, entre otras, para asegurar que sus productos cumplan con estándares de sostenibilidad y responsabilidad social exigidos por los clientes. Al no existir un requerimiento estandarizado, esto genera costos adicionales para el sector que no son necesariamente retribuidos por el mercado.
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Transición a modelos sostenibles
Actualmente, existe la necesidad mundial de realizar una transición de una economía lineal a una circular (al pasar hacia modelos productivos sostenibles), lo cual requiere investigación, inversión, financiamiento, educación e implementación de políticas públicas que soporten e incentiven este cambio.
A pesar de las complejidades cada vez mayores que afectan los procesos productivos y logísticos a los productores y exportadores bananeros, así como las exigencias del mercado, este parece no reconocer estos esfuerzos, ya que se han presentado casos de supermercados que solicitan reducciones en los precios del banano.
Los gremios bananeros de los principales productores latinoamericanos han realizado gestiones para solicitar a los supermercados europeos que los precios utilizados sean justos, los cuales han solicitado reducciones en los precios, lo que resulta contraproducente para la productividad y la sostenibilidad del sector.
¿Qué acciones se deben seguir?
Es fundamental que se respeten los principios de precio justo, determinado por leyes de libre mercado, las cuales deben reconocer los esfuerzos realizados por los productores y exportadores de banano para llevar el producto hasta las estanterías.
Por lo tanto, es importante que los gremios bananeros de Latinoamérica continúen realizando gestiones como bloque para concientizar a los clientes sobre las complejidades y costos involucrados en los procesos productivos, a fin de que los precios pagados sean consistentes con el valor entregado al mercado, así como estandarizar los requerimientos de certificaciones para evitar costos adicionales derivados de estos procesos.
Por otra parte, es importante que los productores y exportadores continúen invirtiendo en nuevas tecnologías que les permitan ser aún más eficientes para hacer frente a los desafíos que enfrenta la industria y que han sido descritos previamente.
La innovación tecnológica también es un factor para tomar en cuenta, pues permitirá obtener variedades cada vez más resistentes a los eventos climáticos, optimizar costos de producción mediante la agricultura de precisión, la robótica y el uso de la inteligencia artificial, así como el valor agregado que generarán las inversiones para implementar estrategias de ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) en la cadena de abastecimiento.
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