Mientras más de 100 millones de personas se preparan para unirse a la clase de consumidores mundial en 2024, algunos países enfrentan el desafío opuesto, anticipando una notable disminución en el número de sus consumidores para 2030, según el World Data Lab. Este fenómeno es resultado directo de cambios demográficos significativos que afectan el patrón de consumo a nivel global.
Cómo la disminución de la clase de consumidores afectará la economía mundial para 2030
Panorama general: Según datos de 2023 del World Data Lab, más de la mitad de la población mundial, aproximadamente 4 mil millones de personas, se clasifica como parte de la clase consumidora, definida por un gasto diario mínimo de 12 dólares. Sin embargo, la proyección indica una reducción en el tamaño de esta clase en varios países, con Japón a la cabeza esperando una disminución de hasta 3.6 millones de consumidores.
Esta tendencia se atribuye en gran medida a la baja tasa de natalidad y al envejecimiento de la población, factores que reducen la fuerza laboral y, por ende, la base de consumidores potenciales. En Japón, por ejemplo, más de la mitad de todos los municipios están designados como «distritos despoblados», un claro indicativo de las dificultades demográficas que enfrenta el país.
Italia y otros países europeos como Alemania, Bulgaria y Portugal también experimentan disminuciones similares. Italia, donde los nacimientos cayeron a un mínimo histórico en 2022, ve esta disminución como una «emergencia nacional». Por otro lado, en Asia, Taiwán enfrenta un declive poblacional debido a la emigración de personas en edad de trabajar, lo que se suma a su disminución en el número de consumidores.
Por qué es importante: La reducción de la clase consumidora tiene implicaciones económicas profundas. A medida que la población envejece, aumenta la demanda de servicios de salud y actividades de ocio adaptadas a las personas mayores, lo que podría cambiar el enfoque de los mercados hacia productos y servicios específicos para esta demografía.
Además, la disminución en la cantidad de consumidores puede afectar la dinámica económica general de un país, disminuyendo el crecimiento potencial y alterando las estrategias de mercado de las empresas. Este cambio requiere que los gobiernos y las corporaciones ajusten sus políticas y estrategias para atender una población que está cambiando rápidamente.
Detalles: Frente a estos desafíos, es crucial que los países afectados preparen políticas efectivas para manejar la transición demográfica y sus consecuencias económicas. El fortalecimiento de los sistemas de salud y pensiones, junto con el fomento de políticas que incentiven la tasa de natalidad y la inmigración de trabajadores cualificados, son pasos necesarios para mitigar el impacto de la disminución de consumidores.
En resumen, mientras algunos países se preparan para acoger a nuevos consumidores, otros deben adaptarse a una realidad donde la clase consumidora no solo está envejeciendo, sino también disminuyendo en número. Los próximos años serán cruciales para determinar cómo las naciones globales enfrentan este cambio demográfico inevitable.