En el marco de nuestras conversaciones con protagonistas de la vida pública, 360 Radio dialogó con Juan Felipe Vélez, diputado de la Asamblea de Antioquia por el partido Creemos. En esta conversación, el diputado comparte cómo ha sido su llegada a la corporación, las limitaciones que enfrentan las asambleas departamentales, la relación con el Gobierno Nacional, los desafíos en seguridad y financiamiento, y las apuestas prioritarias que deberían marcar el futuro del departamento.
Antioquia, una pequeña Colombia con grandes retos
360 Radio: Juan Felipe, quisiera empezar por la pregunta más elemental, sobre todo por ser su primera aparición en política. ¿Cómo fue ese aterrizaje en la Asamblea de Antioquia?, ¿qué se siente ser diputado? y, sobre todo, ¿qué sorpresas se ha llevado al pasar de ver los toros desde la barrera a estar directamente en la arena?
Juan Felipe Vélez: Yo creo que es impactante. Al principio no sabíamos ni siquiera cómo prender el micrófono. Eso es algo que nadie le cuenta a uno y son espacios de participación que uno de pronto ha visto, como vos lo decís, desde afuera. Pero es una arena bastante fuerte porque uno ya conoce gente que lleva en la corporación tranquilamente los años que uno tiene.
Tienen un bagaje y un conocimiento del departamento bastante grande, y uno entra quedando, entra quedando porque hay que empezar con el tema de plan de desarrollo, hay que empezar con el tema de presupuestos y son cifras que, por ser la primera vez, de pronto uno nunca concebía poder llegar a aprobar, porque en la Asamblea Departamental, que es esa junta directiva que da el visto bueno para que el gobernador haga o no haga las cosas, las decisiones pesan mucho.
Entonces yo creo que ha sido una experiencia bastante enriquecedora, donde se aplican las cosas que hemos estudiado, el conocimiento del territorio que todos los días crece y aún falta, porque Antioquia es bastante grande. Pero ahí hemos hecho la tarea bastante juiciosa.
360 Radio: Ahí, Juan Felipe, me da espacio para una pregunta que tengo que admitir, se la he formulado a muchos diputados en el pasado e incluso a aspirantes a gobernadores. Las asambleas quedaron mal diseñadas en la Constitución del 91, como que estaban muy de afán, se acababa el tiempo, no habían tocado el punto, le dieron broche al final y quedaron desfinanciadas, quedaron sin muchos dientes.
Los concejos quedaron más robustos, con más fuerza, sobre todo financieramente. Y en casos como el de Antioquia, tener una asamblea con tantas limitaciones para un departamento de 125 municipios, con esa representación que muchos líderes políticos han dicho que es lo más parecido a gobernar Colombia —porque es un departamento con mar, con distintas culturas, con etnias, con problemas topográficos graves, pero también con temas de seguridad que representan todo lo que tiene Colombia en cada esquina—, ¿cómo ha evaluado ese papel, ese peso de la Asamblea como instrumento?
Y, desde luego, eso mismo que ya mencionabas ahora: las problemáticas de un departamento que, especialmente en los últimos dos años, ha venido pasándola mal por estar marginado desde el orden nacional.
Juan Felipe Vélez: Vos lo decís. La verdad, el choque es muy fuerte porque es un departamento que tiene que responder por 123 municipios y dos distritos, un presupuesto de un poquito más de 6 billones de pesos. Pero si vos escoges Medellín, el distrito de Medellín tiene 11 billones de pesos solamente para Medellín. Entonces ahí uno ya empieza a ver la diferencia de lo que significa. Y es lo que vos decís: las asambleas y las gobernaciones quedaron con muy pocos dientes por parte de la Constitución de 1991. Antioquia, puntualmente, a diferencia de otros, y afortunadamente, depende de las ventas del licor, del cigarrillo y de los juegos de azar.
Entonces, rentas totalmente arcaicas, que yo creo que la gobernación tiene que buscar maneras de financiar, no por vía impuesto, porque ya no necesitamos más, ya hay bastante. Las empresas no aguantan un impuesto más y la gente no aguanta un impuesto más. Pero sí hay que ser creativos y buscar la manera de tener medios de financiación para la satisfacción del plan de desarrollo desde otras perspectivas. Entonces, es bastante fuerte. Antioquia es una pequeña Colombia, como vos lo decís. Es un territorio bastante extenso, un territorio que tiene 125 espacios que hay que cuidar y sacar adelante.
Cuatro municipios con mar, páramos… tenemos absolutamente todo. Y la seguridad, yo creo, es el problema más grande en este momento, porque sin seguridad no pueden acceder los niños a la educación en las zonas rurales, sin seguridad no puede haber brigadas de salud en algunas partes del departamento y sí, hemos estado bastante golpeados por el tema del gobierno nacional.
360 Radio: Cuando ustedes aprobaron el plan de desarrollo del gobernador Rendón y hoy, próximos de cierta manera a cumplir dos años —la mitad de un periodo—, los tiempos en política son muy cortos para hacer el bien o muy largos para hacer el mal. ¿Qué va sintiendo usted, no solo como diputado sino como ciudadano? ¿Cómo evalúa el trabajo de la Asamblea, el trabajo de la Gobernación, sobre todo con las reformas introducidas, no solo en lo administrativo por parte del ejecutivo, sino también en seguridad, que usted mencionaba? La ciudadanía viene haciendo un esfuerzo con el asunto de la tasa de seguridad.
Vemos que a dos horas y media, en Valdivia, hay combates del Ejército con el ELN, y en cada esquina tenemos distintas amenazas. Pero también un departamento frenado en algunos frentes y que, desde Gobernación y alcaldías, hacen esfuerzos muy grandes para terminar obras que ni siquiera eran de su responsabilidad. La gente, cuando está metida en el problema, no lo ve. Cuando va al Suroeste y ve que el peaje de La Mansa no funciona y que las obras no se han terminado, se pregunta qué está pasando. Cuando van a Oriente, ven un intercambio vial, pero también que el aeropuerto lleva ampliándose 15 años.
Tampoco pasa nada con el aeropuerto, no hay quien reciba a los turistas, no hay espacio para quienes van a viajar. Cuando salen por el norte, ven que no hay un intercambio en Niquía, ven una deficiencia de obras en general, un problema de seguridad y un problema financiero. Entonces, ¿cómo se siente respecto a esto?
Juan Felipe Vélez: Mira, yo tengo la fortuna y el honor de ser en esta vigencia el presidente de la Comisión Tercera de la Asamblea Departamental de Antioquia, que es la que se encarga del seguimiento del plan de desarrollo, de los conflictos limítrofes, de todo este tema de provincias administrativas que ha sido una manera muy eficiente de gobernar el territorio. Nos hemos encontrado con muchas problemáticas. Yo creo que la mayor, aunque tenemos que dejar de pensar que todo es culpa del Gobierno Nacional o de la desfinanciación, también ha sido eso. A la Gobernación le ha tocado asumir con su propio presupuesto muchas obligaciones que estaban a cargo de la Nación.
El tema de la salud en el departamento es bastante grave. Los hospitales públicos han tenido una crisis muy importante, también a raíz de giros que no se han hecho por parte de las EPS del Gobierno Nacional al estar intervenidas. Vemos un déficit enorme, gigantesco, que ya supera el billón de pesos en Savia Salud, donde casi 2 millones de antioqueños están afiliados. Eso también compromete a Medellín. Entonces, muchos programas destinados a cumplir los indicadores del plan de desarrollo se han tenido que desfinanciar para atender otras necesidades urgentes.
A esto súmele las rentas: si bien aumentan el impuesto vehicular, nosotros hicimos una ordenanza que considero muy valiosa, y es combatir el hambre. Pero hoy todavía hay gente aguantando hambre en Antioquia, y para mí eso es lo peor que puede pasar. Una cosa es que una persona no tenga el mejor transporte público, pero acostarse con hambre no lo debería padecer nadie. Ahí se ha hecho un esfuerzo muy grande, pero faltan cosas.
Nos corresponde hacer seguimiento al tema de las vías en las zonas más lejanas del territorio, y esos debates los estamos llevando en la comisión. Ya vamos casi a la mitad del periodo, y es ahora cuando realmente vemos si el plan de desarrollo se está cumpliendo. El primer año es de acomodación, de establecer, de contratar, de organizar. Pero ahora es cuando empieza la ejecución. Y entramos en una coyuntura muy importante: la ley de garantías. Lo que no se contrate en los próximos dos meses se aplazará hasta junio del otro año, y eso obviamente va a repercutir.
360 Radio: Un presidente nuevo que, igual, mientras llega, mientras se acomoda, mientras organiza una casa que no se sabe si le van a dejar casa o rancho, se la va a encontrar implosionada, sin dinero y con todos los problemas del mundo. Va a ser una coyuntura vital.
Juan Felipe Vélez: Es un presidente que va a tener la misma situación con Antioquia que con otros departamentos: un montón de obras desfinanciadas, un montón de acuerdos incumplidos. Y uno se pregunta si de verdad van a tener al departamento en el radar como lo necesitamos, o si nos seguirán dejando de lado como lo han hecho gobiernos anteriores.
360 Radio: Juan Felipe, y si le preguntara por esos dos años que faltan, incluyendo el cambio de gobierno presidencial, ¿en qué se debe centrar el departamento? Usted ya mencionaba un asunto muy grave: personas que todavía se acuestan sin comer, sin estar bien alimentadas, lo que transgrede cualquier derecho humano mínimo y cualquier sentido común.
¿Dónde se deberían enfocar los esfuerzos de la Asamblea, del ejecutivo y de las bancadas ante el próximo gobierno para buscar una nivelación en la situación del departamento?
Juan Felipe Vélez: Mira, yo creo que hay apuestas muy grandes por parte del Gobierno Departamental, con las que yo, como diputado, y la bancada de gobierno estamos de acuerdo. Hay una gran apuesta en el tema del hambre, una gran apuesta en infraestructura vial: más de 700 kilómetros de vías secundarias y terciarias por mejorar en todo el departamento, lo que le cambiará la vida a mucha gente.
Muchas personas dicen que el desarrollo no necesariamente es cemento, pero yo creo que alrededor de eso sí se puede mejorar bastante la calidad de vida de los campesinos. Muchos tienen lotes importantes para sus cosechas, pero no tienen cómo sacar los productos. Les cuesta más transportarlos que la ganancia que reciben, y mucho se pierde.
El tema de la salud también es crítico. Los hospitales en Antioquia se recibieron bastante mal y se ha hecho un esfuerzo grande por intentar devolver dignidad a los territorios. Hoy todavía nos encontramos con hospitales como el de Girardota, en el área metropolitana, donde las personas prefieren ir a Yolombó porque hay un hospital de mejor nivel. Ese tipo de situaciones son muy lamentables.
Y no podemos dejar de lado la seguridad. El problema es que mientras el presupuesto de la Gobernación es de 5 pesos, el del Clan del Golfo es de 15. Entonces, si no hay ayuda del Gobierno Nacional, no vamos a lograr recuperar los territorios, no solo en Antioquia sino en todo el país.
360 Radio: Para ir cerrando, una pregunta que ha estado muy de moda: el tamaño del Estado, tanto regional como nacional. El gobernador Rendón empezó con una liposucción de la estructura departamental. Sobre eso han existido debates académicos: ¿es necesaria o no? Antioquia es un departamento muy grande. ¿Cómo atenderlo sin personal? Pero, al mismo tiempo, ¿cómo no seguir endeudando el territorio?
Además, un gobernador puede hacer una obra pequeña en un municipio y ser un gran logro para esa comunidad, pero irrelevante para otra. ¿Cómo administra usted esa tensión, que también será un reto para el próximo gobierno nacional?
Juan Felipe Vélez: Bueno, primero, la burocracia siempre se ha entendido como aparato estatal. Pero en el debate político, el término burocracia suele verse como algo negativo. En realidad, el Estado funciona gracias a las personas. Cuando la inteligencia artificial logre suplir muchas necesidades, seguramente veremos cambios, pero hoy todo depende del recurso humano.
Vamos a ver, en el seguimiento al plan de desarrollo, si esa política de austeridad fue o no efectiva. Antioquia, en todo caso, es un departamento financieramente sano. Ha sido responsable con la deuda, nunca ha comprometido recursos futuros de Hidroituango, y en pocos meses se supone que empezará a recibir ganancias de la venta de energía, lo que ayudará mucho a las finanzas.
Hoy es temprano para decir si esa reducción de personal es positiva o negativa. Va año y medio de gobierno, pero en la ejecución del plan de desarrollo veremos si realmente funciona.
Además, hay municipios con recursos de cooperación internacional guardados porque no tienen un gerente de proyectos que estructure iniciativas para bajar esos dineros. Eso demuestra que a veces no es solo cuestión de plata, sino de capacidad técnica. Por eso, además de las obras y los programas, debe haber un trabajo político fuerte: definir a quién le ponemos el ojo para que se comprometa con Antioquia y con recursos que se necesitan aquí.