Iván Cepeda y el futuro del Pacto Histórico: ¿líder natural o candidato de transición?

Como parte de nuestro ejercicio dominical de perfiles presidenciales, analizamos la trayectoria de Iván Cepeda Castro, uno de los rostros más representativos de la izquierda colombiana.

Compartir

Como parte de un ejercicio periodístico que realizamos cada domingo, publicamos los perfiles de los principales aspirantes a la Presidencia de la República. Este trabajo forma parte de un esfuerzo continuo por analizar, de manera individual, a quienes buscan llegar a la Casa de Nariño, desde una perspectiva amplia, rigurosa y plural, que abarca candidatos de todos los sectores y corrientes ideológicas.


Iván Cepeda Castro nació en Bogotá el 24 de octubre de 1962, hijo de Manuel Cepeda Vargas y Elvira Castaño. Su destino político estuvo marcado por la tragedia: su padre, un destacado dirigente de la Unión Patriótica, fue asesinado en 1994, en uno de los episodios más dolorosos de la historia política reciente. Ese hecho definió el rumbo de Cepeda, quien decidió dedicar su vida a la defensa de los derechos humanos y a la búsqueda de justicia.

Formado como filósofo en la Universidad San Clemente de Ohrid, en Bulgaria, y con una maestría en Derecho Internacional Humanitario en la Universidad Católica de Lyon (Francia), Cepeda construyó una carrera en la que los derechos humanos se convirtieron en su bandera, mucho antes de que el término fuera de uso común en la política colombiana.

Durante años acompañó procesos de víctimas, impulsó redes de apoyo jurídico y social, y fue uno de los fundadores del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), desde donde se enfocó en denunciar los abusos cometidos por agentes del Estado en el marco del conflicto armado.

Iván Cepeda y el futuro del Pacto Histórico: ¿líder natural o candidato de transición?

El salto al Congreso y su papel como voz de la izquierda

En 2010 llegó al Congreso de la República como representante a la Cámara por el Polo Democrático Alternativo. Cuatro años después, ascendió al Senado, donde ha sido reelegido en dos ocasiones. Su estilo, pausado pero firme, y su discurso coherente con los ideales de la izquierda, lo han convertido en una figura reconocible —y también polémica— dentro del panorama político nacional.

Le puede interesar:  Pico y placa en Cali: Requisitos y precios para eximirse de la restricción

Cepeda ha sido un intérprete constante de la izquierda más ortodoxa en Colombia. Ha acompañado causas sociales, procesos de paz y diálogos con grupos armados como las FARC y el ELN, siempre bajo el argumento de la reconciliación y la verdad. Su cercanía con algunos de los líderes de la antigua guerrilla, como Jesús Santrich, le generó fuertes críticas. Fue uno de los principales defensores de la tesis del “entrampamiento” judicial en su caso.

Iván Cepeda y el futuro del Pacto Histórico: ¿líder natural o candidato de transición?

No se puede hablar de Iván Cepeda sin mencionar su larga confrontación política con Álvaro Uribe Vélez. Desde hace más de una década, ambos han protagonizado uno de los enfrentamientos más intensos en la esfera pública. Cepeda investigó las denuncias sobre la supuesta conformación de grupos paramilitares en Antioquia durante la gobernación de Uribe, y el expresidente respondió con una demanda por presunta manipulación de testigos.

El proceso terminó con una decisión judicial favorable a Cepeda, mientras que Uribe fue vinculado a una investigación penal. Ese episodio le dio al senador un nuevo nivel de reconocimiento dentro de la izquierda, donde fue visto como el político que logró poner en aprietos al líder más influyente de la derecha colombiana.

Tras la confirmación de la condena en primera instancia contra Uribe, Cepeda anunció su aspiración presidencial, presentándose como una figura de continuidad del proyecto político de Gustavo Petro, pero con un discurso más enfocado en la justicia social y la defensa de las víctimas.

Iván Cepeda, entre la coherencia ideológica y el reto de conquistar el centro político

Iván Cepeda genera adhesiones profundas y rechazos igual de intensos. Sus críticos lo acusan de mantener una visión parcial del conflicto armado, centrada únicamente en la responsabilidad del Estado, y de guardar silencio frente a las violaciones cometidas por las antiguas FARC. También le señalan sus afinidades ideológicas con líderes latinoamericanos como Rafael Correa, Hugo Chávez, Daniel Ortega y Evo Morales, lo que ha reforzado su imagen de político alineado con la izquierda más radical del continente.

Le puede interesar:  FMI alerta sobre el debilitamiento del marco fiscal en Colombia

Su coherencia ideológica, sin embargo, es también su principal carta de presentación. En un contexto político donde las lealtades cambian con facilidad, Cepeda ha mantenido una línea clara, aun cuando eso lo ha dejado muchas veces en minoría.

Iván Cepeda y el futuro del Pacto Histórico: ¿líder natural o candidato de transición?

La consulta del Pacto Histórico del próximo 26 de octubre de 2026 será determinante para medir el alcance real de su liderazgo. Tras la salida de Quintero, Cepeda aparece como el favorito para encabezar esa coalición, aunque enfrenta un desafío evidente: ampliar su base electoral más allá de la izquierda.

El electorado de centro, formado por votantes desencantados, apolíticos o sin militancia partidista, podría ser decisivo en una primera vuelta presidencial. Cepeda, pese a su experiencia y trayectoria, tiene dificultades para conectar con ese segmento, que percibe su figura como demasiado ideologizada o lejana a sus preocupaciones cotidianas.

A esto se suma la coyuntura de seguridad y la creciente desconfianza hacia los acuerdos de paz, factores que podrían jugar en su contra entre quienes asocian su nombre con la defensa de esos procesos.

El reto de Iván Cepeda no es menor: mantener su coherencia sin quedar atrapado en el nicho ideológico que lo ha definido por décadas. De lograrlo, podría consolidarse como el candidato de continuidad del actual gobierno y, al mismo tiempo, ofrecer una visión de izquierda más racional y menos polarizante. Pero si no logra conectar con el centro, podría repetir la historia de otras candidaturas progresistas que, pese a su solidez moral, terminaron aisladas electoralmente.

Lea también: Reforma pensional está a punto de hundirse: esto se sabe

Última hora

Te recomendamos

Le puede interesar