Confidenciales 360.
No es un secreto que el uribismo es una de las fuerzas mayoritarias en el departamento de Antioquia, que a veces tiene reveses complejos de explicar como que no han puesto alcalde ni gobernador en las dos últimas elecciones locales, pero que es una fuerza que se mantiene bien consistente a través de cada ejercicio democrático.
Iván Duque ha logrado despertar mucha más simpatía que la que despertó en su momento el candidato Óscar Iván Zuluaga, ese proceso de desligamiento del expresidente Uribe le ha significado una independencia que le ha generado réditos y la captación de juventudes vitales en la geografía de Antioquia.
Dentro del ejercicio electoral, Antioquia es un departamento que algunos candidatos desprecian, otros que la ven imposible de alcanzar y otros que la cultivan cada fin de semana, como lo ha hecho Iván Duque a través de todos los congresistas, concejales y diputados en Antioquia.
La meta de Iván Duque para este próximo 27 de mayo es sacar mínimo 1 millón de votos en Antioquia, los que hacen cuentas más alegres hablan de 1 millón y medio, aunque esa cifra es imposible teniendo en cuenta que van a votar cerca de dos millones de antioqueños y que Fajardo y Petro pueden sumar más o menos, entre los dos, unos 700 mil votos, y sin desconocer que Germán Vargas Lleras puede alcanzar una cifra cercana a los 150 mil sufragios.
Iván Duque, con ese millón de votos en Antioquia no es que esté logrando su paso a segunda vuelta porque ya lo tiene logrado desde el 11 de marzo. Lo que logra es generar un revulsivo muy importante, pues ese millón de votos significa para la segunda vuelta un trabajo que se ahorra y que puede incrementar fácilmente convirtiéndola en el 20 o 25 por ciento de la votación necesaria para ser presidente de la República.
Duque no desprecia a Antioquia en su agenda, viene cada vez que se lo permiten sus acorralados espacios y sobre todo esa capacidad de lograr que todos trabajen como hormigas en cada calle de Medellín y en cada lugar de dicho departamento, le permite construir una estructura monumental de cara a las elecciones.