“Los siguientes meses van a ser difíciles para muchos hogares colombianos” José Ignacio López en Conversaciones 360

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El PhD en economía UCLA y Economista de la Universidad de los Andes, José Ignacio López, nos dio precisiones sobre la inflación, el precio del dólar y sobre la tasa interés del Banco de la República.


Conversaciones 360

360 Radio: Hablaremos sobre economía, sobre nuestro país sobre lo que está pasando en todas las variables que nos importan, tanto a las personas, como a las empresas en un año electoral que tiende a ser bastante complejo pero que desde luego los retos que imponen son naturales y es mejor estar bien informado y saber por dónde caminar. Nos acompaña el director de investigaciones económicas de Corficolombiana, él es José Ignacio López.

Comencemos por un tema que para muchos colombianos estaba hasta hace unos años muy alejado de la cotidianeidad, y era la inflación, la gente a duras penas entendía que era la inflación y luego de la pandemia empezó este fenómeno inflacionario en todo el mundo. Colombia tuvo el año pasado una serie de sucesos sociales y de seguridad bastante complejos que ya venía el gobierno advirtiendo que tendrían repercusiones en la inflación, no fue tan horrible la del 2021 como la que registró Estados Unidos; pero si vemos la de enero ya nos estamos acercando -por no decir que estamos iguales que Estados Unidos-

Crisis en la cadena de suministro, petróleo por encima de los noventa dólares que no se veía desde el dos mil catorce, casi que una tensión inminente de una confrontación entre Rusia-Ucrania, con un gigante como Estados Unidos; pero si lo limitamos a hablar de inflación desde Corficolombiana José Ignacio: ¿Qué te preocupa? ¿Cómo lo ves? ¿Qué está pasando con esto? Y desde luego ¿Cómo está afectando la vida de los colombianos?

José Ignacio López (J.O.L.): Es un tema álgido, es un tema de preocupación; porque además es un tema que se venía cocinando a fuego lento el año pasado y quizás en Colombia como estábamos en un proceso de recuperación muy acelerado y estábamos recuperándonos de un choque deflacionario como fue el de la pandemia porque recordemos que la pandemia pues muchos sectores cerraron, muchos servicios no prestaron su atención normal.

Muchos rubros de la economía tuvieron un proceso fue de contracción y de caída en precios, y eso fue lo que ocurrió en 2020 cuando cerramos con una inflación cercana al 1,6%; y en 2021 nos estábamos recuperando y parte de eso era que se podía asimilar como un rebote también en el nivel de precios. Pero en todo el 2021 se empezó a cocinar a fuego lento como decía un choque que el año pasado en nuestro informe de fin de año lo llamamos la tormenta perfecta, y lo llamamos la tormenta perfecta, porque es la confluencia de muchos factores al mismo tiempo

Es decir, hay unas unas causas comunes que explican buena parte de la inflación, pero aquí tenemos otros elementos que también están contribuyendo de manera importante. Entonces voy a ir sobre algunos de esos elementos, y luego pues podemos discutir un poco de que estamos esperando nosotros, de forma prospectiva.

Entonces ¿Cuáles son las causas de este aumento de precios? Bueno, el primero tiene que ver con la reacción de la economía global a la pandemia; tuvimos un periodo de confinamientos muy fuertes a nivel global, incluso a nivel regional y local todavía en algunos en algunos países vemos algunas medidas de confinamiento, sobre todo por ejemplo en Asia, en esta digamos última ola hemos visto que nuevamente hay confinamientos-parálisis.

Pero en general después de que la mayoría de países entraron en confinamiento en 2020; en 2021 una reapertura, una vuelta a la normalidad si se quiere, y esa vuelta a la normalidad, esa recuperación económica global, fue más rápido de lo que la oferta global estaba en capacidad de atender. Entonces lo primero es que tuvimos un desbalance rápido, entre una oferta que venía trabajando a media máquina, paralizada por la pandemia; y luego una demanda que se recupera muy rápidamente y ese desbalance pues genera una influencia, una presión sobre los precios.

En ese componente uno de los temas más importantes ha sido los temas logísticos, muchos analistas lo han venido comentando y esto pues tiene una multiplicidad de fenómenos, el más claro fue, y nosotros hicimos un informe muy temprano de dos mil veintiuno sobre esto, es decir, ya estábamos alertando que en este tema de fletes por ejemplo iba a haber un problema; era que por ejemplo los contenedores de Asia estaban viajando a Estados Unidos o Europa, estaban pasando por unos procesos de protocolos de bioseguridad mucho más lentos, mucho más restrictivos y además no estaban regresando a Asia porque pues no estaba ocurriendo el flujo normal de comercio.

Entonces el año pasado vimos por ejemplo un atascamiento que nunca habíamos visto en los últimos años de contenedores por ejemplo en los puertos, o incluso una vez en los puertos en las en las en las zonas de descargue; por ejemplo, el puerto de Los Ángeles que es un puerto muy importante por el comercio Transpacífico, pues tenía un bloqueo enorme de barcos esperando afuera, y entonces había una fila enorme, y finalmente cuando lograban bajar el contenedor, no había conductores para llevarlo, digamos a zonas de tránsito y además no había espacio

Ese bloqueo empezó a tener un efecto muy importante sobre los costos de los fletes, adicionalmente una reconfiguración de la industria de transporte marítimo donde hubo más consolidación en parte por la pandemia y digamos en parte por ya un proceso que se venía dando. Y a esto hay que sumarle pues el aumento de los precios del combustible.

Por ese lado, ya tenemos una un gran canal donde mover bienes en la economía global hoy en día es mucho más costoso, ya empezamos a ver indicios de mejora, y es claro que por ejemplo en Estados Unidos ya hay un esfuerzo enorme de incluso de crear nuevas empresas. La economía de Estados Unidos es muy dinámica para tratar de solucionar estos cuellos de logística, porque pues realmente están entorpeciendo el proceso normal de recuperación de muchas economías.

Ese es un pedazo, el otro pedazo es digamos complemento y es los precios del hidrocarburo y la energía y eso tiene que ver en parte por la pandemia que hubo pues una caída de la demanda, recordemos que en algún momento los precios del petróleo cayeron a precios inéditos, incluso en algún momento no había la capacidad de almacenar petróleo; a tal suerte que la gente estaba dispuesto a pagar porque alguien se quedara con el petróleo. Es decir, por primera vez creo que en la historia vimos precios negativos en entregas a un mes.

Y eso lo que generó fue una parálisis de la producción y ustedes saben que la producción de petróleo no es una llave inmediata que yo abro y cierro a mi necesidad, sino que cuando yo paralizo y cierro pozos, luego la vuelta en marcha es más lenta; y a este fenómeno que es muy coyuntural se les se le suma un fenómeno más estructural, que tiene que ver con el cambio climático.

Jose Ignacio Lopez
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Es decir, muchas empresas en ese sector están con planes de inversión más austeros pensando ya en transición energética, y en muchos países ya ha habido un avance importante en la transición energética; pero ese salto les está generando un vacío de digamos de oferta de energía. Ese es el caso que se ha comentado mucho en los medios de Alemania, donde Alemania en algún momento pues toma la decisión de reducir mucho su producción nuclear, su producción de carbón con miras a energía renovables, limpias como pues la solar o de otro estilo; y en esta transición se han quedado cortos, sobre todo pues con una demanda que se recuperó muy rápido.

Y pues ahí le podemos sumar la tercera pata y es: esto está todo enmarcado dentro de un conflicto geopolítico donde pues Rusia que es el gran proveedor de gas, ahora tiene más cartas, más poder de negociación porque precisamente encuentra a una a una Alemania y a otros países europeos con un faltante de energía.

Entonces el suministro que hace Rusia de gas que pasa por Ucrania, pues se vuelve crítico en una coyuntura así, como la cereza en el pastel es: este conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania que pues lleva muchos años, pero que ahora pues toma una repercusión global porque está afectando los precios de los energéticos y también tiene un efecto muy importante sobre los fertilizantes dada la producción de urea, de Rusia y Ucrania; y pues eso es digamos es ese es el choque global que nos llega.

Para cerrar esta respuesta, en Colombia tuvimos los paros y los bloqueos, que en ese momento parecían no iban a tener un efecto tan importante; pero pues repito esto fue algo que se fue cocinando a fuego lento, porque entorpeció la actividad de transporte, la actividad por ejemplo en los puertos, obligó a los a los empresarios a buscar nuevas rutas más costosas, eso empezó a tener una presión en los precios sumado a todo este fenómeno global, más el aumento del salario mínimo que se da a final del año que pues en últimas encarece los costos.

Entonces fíjate que pues me tomó un tiempo tratar de describir un choque que es bien complejo porque es digamos multifacético, tiene muchas dimensiones. Y hoy básicamente estamos sentados en una inflación del 7%, que nosotros pensamos va a alcanzar casi el 8% y podría cerrar el año por encima del 6%; es decir, muy por encima de la meta del Banco de la República.

360: José Ignacio, si aterrizáramos toda esta cantidad de problemáticas, de variables en nuestro país, nos encontramos con diferentes conclusiones, la primera de ellas es: todo está muy caro, todo está muy costoso; la gente va al mercado, le rinde menos su dinero, la gente ya acusa digamos una situación y es “lo que me aumentaron en mi salario” -los que ganan un mínimo el diez por ciento, que fue seguramente el incremento más alto que se ha hecho- “ya se me lo comió el alza de los precios”

Algunos dicen que esa alza en el salario afectó mucho esa variable de inflación; ustedes habían previsto que el banco iba a subir 75 puntos, el banco de la república alza 100 puntos básicos. Y por el otro lado tenemos que las personas dicen –hasta el mismo presidente-, no debieron subir tanto las tasas, no podemos frenar la reactivación; pero también el banco como lo decías pues tiene esa misión constitucional y es controlar la inflación, que si le sumamos la tasa TRM -el precio del dólar-, que golpea más de 70% de las importaciones que hace Colombia, se convierte en otro impuesto indirecto.

Esa situación para el colombiano, José Ignacio ¿cómo crees que se pueda desarrollar en los próximos meses? ¿Qué previsiones tienen ustedes y sobre todo cómo evalúan las medidas que se están tomando? por parte del banco, por parte del gobierno que ayer anunciaba un aumento por ejemplo en los subsidios, y desde luego una tasa de desempleo que también está por ahí vacilando bastante y distorsiona todo este ambiente económico y laboral.

J.I.L.: Vamos a partir, de dos puntos distintos; uno, hablemos primero de qué pensamos, va a ocurrir en los próximos seis meses, incluso podemos hablar de las proyecciones a un año. Y luego tengamos una discusión que es más compleja del deber ser, un poco ¿Cómo, cómo debería ser la respuesta? Porque ese es más controversial, porque hay matices en estos aspectos que son tan complejos.

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Entonces, lo primero es: ¿cuáles son nuestras proyecciones? Bueno, como ya mencionaba, lo que estamos viendo es una aceleración en la inflación. En enero, por ejemplo, la inflación de alimentos fue casi 4%, en términos anuales está llegando a 20%, las prendas de vestir y otros rubros relacionados también tuvieron una presión inflacionaria muy importante en enero, en febrero va a haber una presión por el tema del sector educativo; recordemos que durante la pandemia el sector educativo estuvo funcionando de manera muy intermitente -sino apagado completamente- y  en algunos establecimientos educativos eso generó pues recorte de tarifas o por ejemplo que algunos servicios no se prestaban y por tanto no aparecían como costo.

Ahora, en la medida que estamos teniendo un regreso a la normalidad, todos esos servicios se van a prender, las tarifas van a aumentar, sobre todo que el salario mínimo tiene un efecto muy importante en los costos de los planteles educativos, y por mantenimientos y demás. Entonces en febrero también esperamos una inflación a un ritmo muy similar a la de enero, y eso pues nos pondría ya cercanos al 7,5%-7,6%.

En las proyecciones que tenemos, también hay que decirlo pues se ve como algo de luz al final del túnel -esperemos estar acertados-, y es que también recordemos que la inflación como la medimos es una comparación de los precios hoy, y usualmente la comparamos con los precios hace un año, esa es la inflación que usualmente citan los medios y que tenemos en la cabeza; es decir, una inflación doce meses.

Y a partir de marzo-mayo en particular vamos a enfrentarnos a una comparación donde el año pasado los precios ya habían empezado a subir, sobre todo por el efecto de los paros en aquel momento, entonces quizás la dinámica de la inflación anual, va a alcanzar un pico entre marzo y mayo, y de ahí va a empezar a descender. Ahora, ese descenso, como lo estamos viendo, no es un descenso vertiginoso, no es una corrección muy fuerte, sino que es una corrección que va a tomar buena parte del año, porque vamos en nuestras proyecciones, en nuestros modelos estadísticos, pues estaríamos cerrando con un seis y pico.

Acá cuando hacemos los modelos lo hacemos con la mejor información disponible y con unas técnicas econométricas, pero pues no podemos anticipar los choques que vendrán; entonces ahí es muy importante tratar de hablar de la robustez, o si se quiere, de otros escenarios y ¿Cuáles son los escenarios? Bueno, podemos estar enfrentando una inflación incluso más alta a la que nosotros estamos mencionando, si por ejemplo este, esta tensión entre Rusia y Ucrania se intensifica y genera por ejemplo no sé, una ronda de retaliaciones, de sanciones, etcétera; que bloqueen más ese cuello de botella energético en Europa, lo cual haría aumentar los precios del gas.

Dada la escasez de energía en Europa, ese déficit está empujando hacia arriba los precios del carbón y el petróleo, entonces podríamos estar enfrentando incluso a precios del petróleo mayores a 100%.

Es que en ese escenario, la inflación incluso podría ser más alta a la que estamos viendo nosotros y todo esto repito se va alimentando en la inflación de alimentos, que es la inflación que en últimas los consumidores sienten más; por dos razones:

Primera porque pues los alimentos son de necesidad básica, es decir, pues una canasta mínima de nutrientes pues que todos necesitamos consumir; y segundo, porque también incluso para hogares que están digamos que están más holgados y que pues consumen alimentos y demás, también -y eso está mostrado en la literatura económica-, como los alimentos son aquellos bienes que pagamos con más frecuencia, tendemos a sobre ponderar los precios de esos alimentos de manera más importante a la hora de pensar la inflación

Un ejemplo muy claro es, si yo pago mi arriendo, y mi arriendo está por un año congelado, solo hasta que lo renegocie, voy a saber exactamente cuánto va a ser la inflación del arriendo; y usualmente, por ejemplo, el arriendo para la mayoría de hogares es el rubro más importante, pero pues es infrecuente cuando cambia el precio, cambia una vez al año, quizás -o si pues me mudo, voy a otro sitio-.

En cambio, los alimentos pues los estamos pagando frecuentemente. Entonces, está probado en la literatura que la inflación de alimentos: uno es muy regresiva, porque los hogares más pobres, más vulnerables, gasta una fracción mayor de ese ingreso en ese rubro. Es decir, cuando aumentan los precios, alguien que está con un ingreso bien bajo pues es el que más más sufre; y dos, es la inflación que más sienten los consumidores.

Entonces en ese escenario que estoy planteando, los siguientes meses van a ser difíciles para para muchos hogares colombianos. Y van a ser difíciles porque mes a mes, quincena a quincena. Van a ir a comprar esos bienes digamos de necesidades básicas, alimentarias -un huevo, la carne, la cebolla-, y van a ver un aumento de precios y por tanto pues su poder de compra se va a ver disminuido.

Y por eso los choques inflacionarios son tan duros para para una buena parte de la población y para la economía en general. Vemos con buenos ojos lo que el gobierno está tratando de hacer, sobre todo pues tratar de reducir aranceles en los insumos, manejar bien o monitorear bien cuáles son los insumos que están aumentando. Pero en últimas, hay que decirlo en, en los siguientes meses pues va a haber un malestar en el consumidor probablemente por este tema de la inflación.

Ahora pasemos a la pregunta de qué hacer, que ya algo estaba mencionando, pues, porque estaba hablando de ¿Qué está haciendo el gobierno? Bueno, este es de los choques más desafiantes para las autoridades de política económica en Colombia y en cualquier parte del mundo; de hecho en países como por ejemplo del sur de Asia, esto se ha estudiado mucho por la inflación de alimentos 2008-2009, que también fue muy importante -y en otros episodios y sabemos que es de los temas más difíciles de digamos de conjurar-.

Por un lado está el Banco de la República, la discusión del Banco de la República es una discusión difícil porque el Banco de la República tiene un mandato claro que es mantener el poder adquisitivo del Peso, es decir que no haya una inflación sostenida; pero pues también tiene que hacer eso compatible con un proceso de que la economía tenga un buen funcionamiento, es decir, no solo puede controlar la inflación y completamente a ahorcar la economía. Es un mandato, digamos que si bien tiene más peso en el control de la inflación, pues tiene que tener un ojo en el balón si se quiere del crecimiento económico, eso es por un lado.

Entonces, este es un choque que es bastante incómodo para un banco de la república, porque por un lado sí hay un fenómeno de recuperación de la demanda local, es decir, los hogares colombianos el año pasado fueron los grandes dinamizadores de la economía. Estamos viendo un componente de demanda, incluso componente de demanda acompañado por crédito, y por ese lado el Banco de la República pues ve una oportunidad de que en la medida que va subiendo tasas pues ir moderando o normalizando esa dinámica del consumo.

Ahora, por el lado de la oferta es una discusión más compleja. Porque claramente pues al subir las tasas del de interés, el Banco de la República no tiene un instrumento directo de controlar ni los fletes, ni controlar el precio de los insumo y demás. Pero si hay una discusión muy general y es, que si un banco central no interviene para anclar las expectativas de inflación, es decir que esa inflación no se siga propagando en el tiempo; pues sí podemos caer en lo que llamamos los economistas un ciclo o un círculo vicioso inflacionario donde la gente dice: “bueno acá la inflación va a seguir subiendo, entonces yo subo los precios hoy y como subo los precios hoy, entonces decimos bueno los salarios tendrán que subir a ese mismo ritmo” y empezamos a un espiral que pues lo que nos hace es acelerar la inflación. Y el banco de la república claramente sí tiene que evitar eso a toda costa.

Es un balance bien difícil y por eso hay preferencias y uno ve incluso disensos al interior de la de la junta del banco de la república, en las últimas votaciones no ha habido consenso porque hay unas afinidades donde hay gente que dice “nos preocupa más este tema de expectativas de inflación, de credibilidad” otros dirán “no, nos preocupa más el proceso operación”.

Ahí la discusión de qué debe hacer el banco de la república es compleja, no habrá una única respuesta. Yo les anticipo que nosotros estamos esperando que en la próxima junta aumenten otros 100 puntos básicos sino más, es decir, no descartaríamos un aumento de ciento veinticinco, lo más probable, pero vamos más probable un aumento de cien puntos básicos; eso llevaría a la tasa al 5 y luego incluso pensamos en otro aumento. De tal manera que a mitad del año vamos a estar en una tasa del 6 y de ahí podríamos saber incluso incrementos adicionales hasta 6,5-7 dadas las expectativas de inflación que tenemos nosotros, si tenemos choques positivos quizás pues con ese seis que alcancemos, ellos van a poder pausar.

Eso es lo que pensamos que va, qué debería hacer el banco de la república, repito, creo que no hay una respuesta única. En mi opinión, el Banco de la República, creo que ha estado bien, al acelerar, el ritmo de aumento de tasas; porque repito, si bien el banco no controla todos los precios, sí es muy importante que logre controlar las expectativas de inflación, y hay un elemento que hay que agregarle a esta ecuación y es que la reserva federal de los Estados Unidos es probable que también empiece a aumentar tasas, y sabemos que en Colombia hoy tenemos un problema que es cuasi estructural -por no decir estructural-, que es una falta de ahorro a nivel  nacional, y mantener un nivel de tasas bajos pues podría ponernos en una situación de mayor fragilidad financiera.

Entonces pues aumentar las tasas sabiendo que las tasas afuera van a aumentar, pues yo creo que es adecuado, y pues a mí me parece que en general el Banco de la República -si bien uno puede discutir en el margen si un ritmo aquí, un ritmo allá fue menor o mayor al ideal-, creo que en general el banco es una institución seria, que trata de ponderar todos estos elementos. El balance por ahora es que vamos en la dirección adecuada.

360: La última pregunta muy global, como las anteriores. José Ignacio todos estos fenómenos, la economía, las crisis de las que hemos hablado; han dado espacio para que los políticos hablen tanto durante la pandemia como en la “post pandemia”, ¿Por qué no imprimen más billetes? como lo hace Inglaterra, como lo hace Estados Unidos ¿Porque se le ayuda a los bancos y no a las personas directamente?

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Y las personas han estado escuchando cosas por primera vez y han entrado al mundo económico, tanto que el banco de la república ha tenido que salir a explicar por qué no pueden imprimir billetes como si fuera un juego de Monopoly; y luego este año tenemos varios ingredientes, primero -lo mencionamos ahora- un dólar muy alto, acá hemos tenido otros invitados que nos han señalado que el dólar está muy por encima de lo que debería estar realmente, más teniendo en cuenta a como está el precio del barril del petróleo, que cuando estaba a estos niveles en el 2014 estaba a 2,024 pesos el dólar.

Cito un trino que está en tu cuenta: “Desde el punto de vista financiero una cláusula que si algo ayuda a completar los mercados no puede clasificarse como pánico económico, el pánico web provendría más bien de propuestas insensatas en el manejo de la economía” y a esto le añado que la economía no tiene poder político, la economía responde a mensajes, a incentivos, a acciones y luego vienen las consecuencias.

Ahora que estamos en campaña pues hay propuestas de todos los lados: de reforma, de bajar impuestos, de subir impuestos, poco se habla de deuda, poco se habla de la crisis digamos que hay en el tema pensional, de lo que destina el gobierno cada año a ese barril sin fondo que son las pensiones públicas; pero no hay espacio en esta campaña para esos temas tan técnicos, si vemos a los candidatos están todos en un nivel muy panditos, absolutamente pandos o: por temor o porque los asesores les dicen no hablen de eso, pero que también tiene una irresponsabilidad gigante, porque no se puede gobernar un país desconociendo las leyes básicas de la economía.

Nos encantaría conocer las apreciaciones personales de José Ignacio López, también las que tiene Corficolombiana sobre la economía en esta época electoral sobre lo que se habla, de las cláusulas, de sacar patrimonio, del dólar, de todo lo que a diario estamos consumiendo, que hay mucha falsedad, que hay muchas verdades también; pero que a lo último tendríamos que encontrar es la verdad, porque es la verdad la que va a prevalecer y va a afectar o a beneficiar a los colombianos.

J.I.L.: Esa pregunta es muy amplia y me tocaría sacarme aquí un cafecito y ponerme aquí a charlar un buen un buen rato contigo; yo les voy a decir que, y por eso me parece que iniciativas como estas son tan importantes, y es pues los temas hay que discutirlos, siempre habrá espacio para disenso. Los economistas sí es importante ser honestos con esto, ahí tenemos muchas veces conjeturas pero no tenemos pruebas exactas, la economía es pretende ser una ciencia pero pues estamos lejos de tener la última palabra, entonces siempre hay un espacio para el disenso para la experimentación pero es muy importante que se den estas discusiones de forma digamos serena pero con argumentos y demás; y desafortunadamente la campaña política no presta mucho para eso.

En las campañas muchas veces en el discurso  lo que prima es: ataques, controversias,  mensajes muy ligeros, y los candidatos no quieren realmente entrar una situación seria porque entre otros no ven los beneficios, una palabra que digan mal, lo pueden como puede ser usado en su contra, entonces esa mentalidad no es exclusiva Colombia creo que desafortunadamente es algo que se ha venido imponiendo en muchos en muchas esferas políticas; hoy tenemos las redes sociales, las redes sociales son un gran instrumento pero están llenas de agresividad, las mismas hacen que por ejemplo a veces muy difícil, uno con un número limitado de caracteres, hacer una idea compleja.

Entonces, a veces las ideas quedan a medio camino, incluso las redes les encanta y promueven este tipo de discusiones; y por tanto lo que estamos viendo es un fenómeno de polarización, no solo ya en el país de varios años, sino a nivel global.

Yo diría que desafortunadamente, un fenómeno que estamos viendo en las democracias modernas, es la incapacidad de tener dentro de las campañas discusiones serenas y sensatas de política económica; y no solo de política económica, sino de política social en general. Entonces muchas veces son declaraciones a flor de piel, llamativas. Seguramente un asesor le dice a un candidato “diga algo llamativo” no pero es que eso no es así “no importa y diga algo controversial para ponerse usted, porque está el tema de mejor que hablen mal a que no que no hablen”.

Jose Ignacio Lopez
Fuente: Valora Analitik

Es difícil, es difícil, y bueno ese es un problema de Colombia y te repito es un problema. Es difícil hacer debates serios, en esta campaña en particular también ha sido difícil porque tenemos muchos candidatos y eso hace que por ejemplo incluso cuando ha habido debates donde asisten buena parte de los candidatos, pues incluso tiene que haber ronda uno, ronda dos, ronda tres, porque no caben todos.

También yo pensaría que la calidad del debate va a mejorar en la medida que tengamos una consolidación, no va a mejorar digamos sustancialmente pero probablemente va a mejorar. Lo otro es que claramente estos temas económicos se prestan para para ideas simples que muchas veces caen en el populismo y ¿Por qué? Porque las cuando la gente está angustiada en una situación difícil pues las respuestas fáciles, las respuestas digamos que me tranquilizan, que me prometen el cielo y la tierra, pues de pronto en un momento de desesperación, digamos difícil, pues uno cae en la tentación.

Y eso pues está probado incluso en el mercadeo con los productos cómo funciona eso. Y los políticos usan un poco ese instrumento. Entonces, en la campaña hemos tenido unas discusiones bien ligeras sobre temas muy sensibles, como por ejemplo, la política monetaria; se ha mencionado muchas veces el tema de imprimir billetes. Con una discusión bastante imprecisa.

He tratado digamos en mis en mis redes de hacer algo de pedagogía, demostrar por ejemplo por qué cuando se dice que Estados Unidos estaba imprimiendo plata, no es preciso -esa afirmación no es precisa- de hecho una de las cosas que es interesante es que por ejemplo mucha gente que ataca el sistema financiero en Colombia decía que había que hacer lo que hacía Estados Unidos y Banco Central Europeo, que son programas eminentemente dedicados a la estabilidad del sistema financiero.

Entonces, acá las discusiones han sido muy precisas y es peligroso que, que se vayan sembrando esas ideas de que hay soluciones fáciles, que por ejemplo un país puede imprimir billetes y pues con eso puede financiar gastos social y que eso nos saca la pobreza, por ejemplo esa es una idea bastante peligrosa; o por ejemplo que si uno tiene problemas de productividad entonces lo que hace es que cierra la economía y entonces pues con eso rescata los sectores.

Quizás una de los problemas que nos está faltando en Latinoamérica es estudiar nuestra propia historia, porque muchas de las fórmulas que aparecen hoy en día como avanzada habla de progresismo, entonces suena como como que estamos hablando de progreso. Casi todas esas ideas que hoy en día nos estaba ofreciendo el progresismo, son recicladas de experimentos que ya hicimos en estas latitudes y fallaron.

Por ejemplo Colombia ya ha imprimido billetes, por ejemplo en la guerra de los mil días, y tuvimos una hiperinflación; y teníamos un sistema de políticas monetarias del Banco de la República antes era mucho menos independiente y tenía una influencia más fuerte y teníamos unas inflaciones más altas. Y en Colombia en América Latina estamos pero llenos de ejemplos de como una política monetaria puede ser súper nociva, el caso más más brutal es Venezuela que tenemos al lado pero también Argentina o los casos de hiperinflación en Brasil o en Bolivia o en Perú, países que incluso tuvieron que cambiar, la moneda y su institucionalidad.

Muchas de estas propuestas parecen ya avanzadas, ya se intentaron y fracasaron; por ejemplo lo de aranceles, cerrar la economía, para favorecer el campo, fue lo que hicimos durante casi treinta años en un modelo que fracasó. Entonces es muy importante revisar bien la historia y avanzar en fórmulas, sí hay que pensar fuera de la caja, pero no reciclando quizás las ideas que no funcionaron sino pensando en cosas nuevas que pues en últimas terminen favoreciendo a la gente.

Y cierro con esto, les decía en últimas, el trabajo de los economistas es un poco ingrato, porque es decirle a la gente, mirar la cara y decirle “mire, lo que nos saca acá es cooperación y trabajo entre todos. Necesitamos trabajar más y cooperar más. Todos para el mismo lado, pero trabajando más”.

Las soluciones populistas son muy fáciles porque te exclusa de tu personalidad. No, no es tu culpa. Hay un enemigo. Vamos, tras él, y tú vas a estar mejor, y la verdad es que las sociedades nunca han salido digamos, han salido de la pobreza por esas razones, han salido porque encontramos lugares donde todos podemos: coincidir, trabajar todos más, a esforzarnos.

Desde el estudiante que tiene que ser más juicioso con sus tareas, con sus exámenes, hasta el profesional que tiene que ser más disciplinado con su trabajo, hasta el político que tiene que ser más honesto, hasta el empresario que tiene que ser más serio , al tomar sus decisiones-

Ósea, todos tenemos que trabajar más y esforzarnos más para salir adelante, el populismo vende una idea de que podemos salir adelante con unos atajos, y la verdad es que esos atajos nunca han funcionado y lo que es paradójico. Es que el populismo esta otra vez de vuelta con sus promesas en una región, donde si algo hemos fracasado por buscar esos atajos.

Creo que el vecino nuestro que es Venezuela es la prueba más clara de que que si los precios son altos, entonces controlemos los precios, pues suena, suena a primera eso, si uno no estudia economía suena intuitivo; pues yo tengo un precio que sube, ¿Por qué no lo freno? Y por decreto

Entonces el precio no sube, pero de eso es, detrás está, que si yo, por ejemplo freno un precio daño los márgenes de las empresas,  daño a los incentivos, luego las empresas no pueden producir, y por ejemplo en Venezuela esa fue la, la espiral; inflación monetaria, proclive la inflación, vino la inflación, control de precios, las empresas no podían responder, y luego vino el último paso que fue expropiación: es decirlo “bueno, es que si usted con estos precios no es capaz de producir, es que es ineficiente, venga yo produzco mejor que usted, yo soy el estado” y finalmente pues, desafortunadamente, hubo una destrucción del aparato productivo en Venezuela que tiene digamos pocas de una gravedad que en pocos países se ha dado.

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En América Latina, tenemos ya muchos ejemplos de promesas que sabemos que son simplemente pues un albur lo que el país necesita es tener discusiones tranquilas, hay disensos sí, no sabemos exactamente por ejemplo en este tema de inflación hay que tratar de pensar un poquito fuera de la de lo convencional, buscar cosas pero no experimentar; experimentar con las recetas fallidas que ya sabemos que no nos van a llevar a buen punto.

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