La Alcaldía de Bello, en Antioquia, se perfila nuevamente como un epicentro de las estrategias políticas con miras a las elecciones legislativas del próximo año. Esta dinámica, común en el contexto político colombiano, implica que muchos alcaldes movilizan su maquinaria burocrática y clientelista a favor de sus candidatos al Congreso.
Sin embargo, en el caso de Bello, la situación cobra un matiz particular debido a los vínculos de la administración actual con figuras polémicas y cuestionadas por la justicia.
El rol de la Alcaldía de Bello en la contienda electoral de 2026
Panorama general: Lorena González, la actual alcaldesa, ha sido cuestionada por participar en política, tanto de manera directa como indirecta. Su llegada a la administración municipal estuvo respaldada por el exalcalde Óscar Andrés Pérez Muñoz, quien actualmente enfrenta una condena de 10 años de prisión. A pesar de su situación judicial, Pérez Muñoz ha sido visto en diversas ocasiones en Medellín y su área metropolitana, evidenciando su continuo involucramiento en la política regional.
En un principio, el exalcalde aspiraba a una curul en el Congreso, pero sus problemas judiciales truncaron esa posibilidad. No obstante, siguiendo una estrategia utilizada por otros políticos en situaciones similares, ha optado por postular a su esposa, Diana Marcela Uribe. Uribe ha trabajado previamente en la Gobernación de Antioquia bajo la administración de Andrés Julián Rendón, quien también pertenece al partido Centro Democrático.
Además de Uribe, el grupo político liderado por Pérez Muñoz también busca posicionar a Melisa Orrego como candidata a la Cámara de Representantes. Orrego estuvo a cargo de las comunicaciones de la Alcaldía de Medellín durante la administración de Pérez Muñoz y recientemente renunció a su cargo en la Alcaldía de Bogotá, lo que refuerza las especulaciones sobre su participación en la contienda electoral.
Las listas cerradas del Centro Democrático y la posición de Uribe
Dentro del mundo político existe una percepción de que ciertos sectores tienen «derechos adquiridos» en el Centro Democrático para obtener avales en las listas al Congreso. No obstante, si las condiciones no cambian, las listas serán cerradas, lo que podría afectar los planes de estos candidatos.
De hecho el líder del partido, Álvaro Uribe Vélez, está evaluando ajustes profundos en la conformación de estas listas, lo que podría excluir a aspirantes que representen intereses cuestionables. La gran interrogante es si Uribe está dispuesto a avalar candidaturas que, en la práctica, son promovidas por figuras condenadas judicialmente.
Esto es particularmente relevante considerando que la actual representante a la Cámara por este grupo político, Yulieth Sánchez, tuvo un desempeño discreto en el Congreso, porque estos grupos políticos colocan este tipo de personajes como una especie de «mandaderos» que poco son reconocidos en Bogotá y poco tienen influencia.
El movimiento político de Bello ha comenzado a quedar aislado de otros sectores del Centro Democrático en Antioquia. Un ejemplo de ello es la postura de Esteban Quintero, también miembro del partido, quien ha tomado distancia de este grupo. Sin duda, los habitantes de Bello deben estar muy pendientes de cómo se realiza esta campaña al Congreso, además porque el municipio vive momentos complicados en su adminsitración y podría quedar a la deriva sin un correcto proceder electoral.
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