La calle real

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Por: José Miguel Santamaría Uribe


Independientemente que Bogotá siga creciendo desordenadamente, la carrera séptima llamada desde sus inicios calle Real es y seguirá siendo la avenida más importante y representativa de la capital, desafortunadamente es una vía que no se le ha dado la preponderancia ni los recursos suficientes acorde con su importancia.

Estos días cobra mas importancia cuando la alcaldesa Claudia López advirtió que no va a construir el Transmilenio por esa vía y que va a utilizar los recursos para la ampliación del metro de la calle setenta y dos hasta la calle cien por la autopista del norte, y que el Regiotram del norte que se construirá por la vía férrea de la avenida novena lo suplirá.

Un grave error se comete con esta decisión, la vía especial para Transmilenio era simplemente una de las muchos temas que se lograrían con este proyecto, obras como los puentes e intercambiadores de la calle ciento veintisiete y calle cien, el puente de la calle noventa y dos para coger la circunvalar, el puente de la circunvalar con calle ochenta y cinco de sur a norte y el deprimido de la calle setenta y dos entre otros son fundamentales para la renovación urbana y desarrollo de esta vía, tristemente sin Transmilenio todos estos arreglos pasan a la historia.

El estado general de esta vía es deplorable, la peatonalización que se viene llevando a cabo desde la plaza de Bolívar hasta la avenida veintiséis lleva años es construcción, ha quebrado muchísimos comercios y la ha marginalizado, lo peor, no se ve luz al final del túnel para su terminación.

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La carrera séptima recorre la ciudad de norte a sur, pasa por muchas localidades y a través de ella viajan infinidad de personas diariamente, su importancia no está acorde con su condición, durante su recorrido se ven numerables edificios desocupados donde sus dueños aguardan que sean ruinas para construir, adicionalmente por cuenta de las innumerables marchas muchos edificios y comercios han sido vandalizados, están pintorrejeados y grafiteados burdamente.

Además de las universidades que llevan años construidas por esta vía, hoy en día hay muchas mas funcionando con el agravante que no tienen ni la infraestructura si los campus necesarios para su correcto funcionamiento, esto ha generado una especie de tugurización de la vía en algunas partes. Ni que decir de los predios ya comprados para las estaciones de Transmilenio que están abandonadas y quedaron sin uso, seguro serán sitios que ayudaran a acabar la ya deteriorada carrera séptima.

Seguimos con el gran problema de carecer de planeación a mediano plazo, el exalcalde Enrique Peñalosa hizo un gran esfuerzo para dejar las bases para reorganizar la ciudad, no solamente dejo licitado el metro si no también otras vías que terminan siendo fundamentales para el desarrollo de la ciudad, la troncal de la calle trece que dejó planeada con Transmilenio y seis carriles por lado será otra de las obras importantes que la actual administración deseche, empezará una nueva planeación que durará los cuatro años de esta alcaldía y se perderán los anteriores. Afortunadamente lograron dejar bloqueada la troncal de la avenida sesenta y ocho, esta será un inter conector muy importante para el metro. No es bueno que se  administre con ideologías y sin sensatez, todos deberían remar por la ciudad.

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Esperemos que la alcaldesa recapacite y le dé la mano a la carrera séptima, a su renovación urbana y la saque del hueco en el que está, así no haya Transmilenio haga las demás obras necesarias para que renazca y sea otra vez la calle Real.

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