De acuerdo con un experto en temas electorales, hay tres hechos que parece que estarán presentes en las elecciones de este año en Bogotá: segunda vuelta, coaliciones y un desgaste de la izquierda que podría pasar factura de cobro.
Sin lugar a dudas la Alcaldía de Bogotá es uno de los cargos políticos más apetecidos del país, por no decir que el segundo que más ansiedad y expectativa genera en la esfera política a nivel nacional.
Es el segundo cargo de elección popular más importante del país y quien se haga al Palacio Liévano tendrá en sus manos la contratación de 106.520 puestos (cifra confirmada por la Secretaría General a 360 Radio), y ha sido utilizada por varios alcaldes, con éxito, como trampolín político para llegar a la presidencia de la República.
Pasados ocho meses desde que el exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro, se posesionó como presidente de la República, y a siete meses de que se lleven a cabo las elecciones regionales en las que la ciudadanía seleccionará a los alcaldes para el próximo cuatrienio, hay dos hechos de coyuntura que hacen pensar que estas serán unas elecciones por la Alcaldía Distrital hondamente complejas y que van más allá de los problemas más apremiantes que tiene Bogotá.
Dos hechos de coyuntura
Por primera vez en la historia existe la posibilidad de que haya una segunda vuelta; y la Alcaldía de Bogotá siempre ha sido un contrapeso para el Gobierno Nacional (rara vez están ideológicamente alineados), lo que suscita curiosidad sobre la forma en la que votará un electorado tradicionalmente de izquierda, pues Bogotá es un electorado, y amerita repetirlo, tradicionalmente de izquierda.
Con candidatos ya claramente definidos, Diego Molano (Centro Democrático), Juan Daniel Oviedo (Con toda por Bogotá) y Rodrigo Lara, quien lanzará su candidatura la semana entrante, más otros nombres por confirmar pero que ya expresaron sus intenciones de candidatura como Hollman Morris e incluso Gustavo Bolívar, y a los que se suma un tercer grupo de nombres que están sonando pero frente a los cuales ha habido hermetismo total, como el de Carlos Fernando Galán y Guillermo Alfonso Jaramillo, ¿habrá consultas y se decantara el sonajero? ¿O por el contrario habrá fragmentación de candidatos, lo que llevaría a coaliciones en la segunda vuelta?
Hay que esperar y es muy temprano todavía. Nombres clave tienen que oficializar su posición, Claudia López, alcaldesa de Bogotá, no ha avalado aún a ningún candidato, al igual que el petrismo, y los tres concejales de la Alianza Verde (Lucía Bastidas, Martín Rivera y María Fernanda Rojas) están esperando definiciones de su colectividad, además de los demás candidatos que ya se sabe, saldrán del Concejo y que tienen que oficializar su campaña.
Por ahora, tres hechos que parece que estarán presentes en las elecciones de este año: que haya segunda vuelta, que haya coaliciones y que el desgaste de la izquierda pase factura de cobro. Veamos.
¿Habrá segunda vuelta en Bogotá?
Con relación al primer aspecto, como quedó determinado en el Acto Legislativo 03 del 2019, «por el cual se modifica el artículo 323 de la Constitución Política de Colombia y se establece la segunda vuelta para la elección de alcalde mayor de Bogotá», este año podría haber una segunda vuelta pero, ¿bajo qué condiciones la habrá efectivamente?
Deberán cumplirse dos preceptos: el primero de ellos, que quien lidere la contienda deberá tener el 40% de los votos; y el segundo, que sobrepase al siguiente candidato por el 10% de los sufragios.
“El alcalde mayor será elegido para un período de cuatro años, por el 40% de los votos que, de manera secreta y directa, depositen los ciudadanos con las formalidades que determine la ley y siempre que sobrepase al segundo candidato más votado por 10 puntos porcentuales. Si ningún candidato obtiene dicha mayoría, se celebrará una nueva votación que tendrá lugar tres semanas más tarde, en la que sólo participarán los dos candidatos que hubieren obtenido las más altas votaciones”, precisa en forma textual el acto legislativo.
Sólo por afecto y a la anécdota política el único alcalde que habría ganado en la primera vuelta, en las últimas dos décadas de elecciones, sin necesidad de que la ciudadanía volviera a las urnas tres semanas después, habría sido el exalcalde Samuel Moreno, quien no terminó su mandato, enfrentó un juicio por corrupción y sobre quien pesó, hasta su muerte, una condena de 19 años por su participación en el carrusel de la contratación.
Las coaliciones son indispensables
Ahora, ¿qué tantas probabilidades hay de que haya una segunda vuelta? “Muchas” le respondió a 360 Radio el politólogo experto en temas electorales docente de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo.
“La tendencia histórica en Bogotá en las últimas elecciones ha sido de fragmentación. Hay muchos precandidatos que deberán ser decantados, pero en términos generales casi nadie ha ganado con la mitad más uno de los votos para pensar que esta vez vaya a ocurrir así. Lo más seguro es que haya segunda vuelta y muy difícilmente un candidato se impondrá en primera”, advirtió a 360 Radio el profesor Jaramillo, quien añadió que también es altamente probable que se vean coaliciones, aún cuando hay aspirantes a la Alcaldía que no se ven propensos a las alianzas.
“Con el desprestigio de los partidos tradicionales es muy rentable para algunos candidatos que aspiran a la Alcaldía de Bogotá, como en el caso de Juan Daniel Oviedo, de presentarse por firmas. El caso de Rodrigo Lara es más sorpresivo porque la maquinaria de Cambio Radical es importante pero el de la independencia es un discurso atractivo. Y las coaliciones son una figura obligada que les tocará aplicar. En una elección con semejantes niveles de fragmentación y con la segunda vuelta como posibilidad, es indispensable para quien quiera ser alcalde de Bogotá, pensar en alianzas desde ya. Y seguramente las habrá”, añadió a este medio de comunicación el profesor Jaramillo.
A este respecto, con el sonajero de candidatos que se ha venido consolidando durante los últimos tres meses, y que ya suma por lo menos diez aspirantes de los cuales ya hay cinco que serán candidatos.
Una ciudad con tendencia al voto de izquierda
El recuerdo de las elecciones que le dieron la victoria al exalcalde Samuel Moreno (Polo Democrático Alternativo), son un ejemplo claro de esa tendencia de izquierda en la que siempre ha estado la ciudad capital, pues contrario a castigar su vergonzosa salida de la Alcaldía Mayor, en las urnas, el fue sucedido por otro político de su misma ideología: Gustavo Petro.
Sin entrar a calificar que tal inclinación sea buena o mala, ¿cómo podría estar votando una ciudad de tendencia a la izquierda con una Casa de Nariño progresista, pero que también ha sido siempre una ciudad que le ha hecho contrapeso al poder central?
En este sentido, hay que tener en cuenta que el Gobierno Nacional ya habrá acumulado un año de desgaste, natural del quehacer político, y ese es un desgaste que tradicionalmente se cobra en las elecciones locales a través de un voto castigo.
En ese orden de ideas, la izquierda la tendrá difícil por un desgaste doble. En una primera medida, si bien es cierto que Claudia López está hoy divorciada de la izquierda, es una candidata que la mayoría de la gente percibe de esta orientación política, su gobierno ya habrá sumado cuatro años de desgaste.
“Al margen de que Claudia López lo haya hecho bien o o haya hecho mal, no entraré a hacer ese análisis, tiene el desgaste de haber estado en el poder cuatro años. Y a eso se sumará el primer año de desgaste del gobierno de Gustavo Petro. Para la izquierda va a ser muy difícil renovar esos votos y renovar ese mandato, y en ese orden de ideas yo sí creo que la primera opción la tiene el centro y la derecha, porque la izquierda está doblemente desgastada”, indicó.
Y concluyó el profesor llamando la atención sobre cómo ya no podrán ganar con el discurso del cambio que le dio la victoria al presidente Petro porque ya ganó. “La tiene difícil y el único chance que tiene de ganar es aliándose con un sector robusto del centro”, concluyó a este respecto el analista experto en temas electorales, Mauricio Jaramillo.