La COP26

Compartir

Por ello el mundo tiene fincadas sus esperanzas en que los jefes de Estado que concurren a esta cita no sean inferiores al reto planteado. Bien ha dicho el más reciente Informe de las Naciones Unidas sobre el medioambiente que “si no reducimos las emisiones actuales a la mitad, el mundo asistirá a un peligroso aumento de la temperatura global al menos de 2.7 grados este siglo. 


Por: Amylkar Acosta

Estamos en vísperas de la Conferencia anual de las Naciones Unidas sobre el Cambio climático (COP26), organizada por el Reino Unido, la cual deliberará entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre en Glasgow, Escocia. Previa a esta Conferencia tuvo lugar la reunión de los 234 científicos integrantes del Grupo intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, creado en 1988 y produjo el Informe titulado Cambio Climático 2021: bases físicas para someterlo a su consideración. 

Y allí dejaron consignado que el calentamiento global avanza a pasos agigantados y se intensifica con inusitada rapidez y que el tiempo apremia para reducir de manera sustancial las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que lo atizan.   Concluyeron, además, que existe una muy estrecha correlación entre el medio ambiente, el clima, la energía y la pobreza. 
Ya lo había advertido el Secretario General de la ONU Antonio Guterres al instalar sus sesiones del 2019: “la emergencia climática es una carrera que estamos perdiendo, pero es una carrera que podemos ganar. La crisis climática es causada por nosotros y las soluciones deben venir de nosotros. Tenemos las herramientas: la tecnología está de nuestro lado”. Por ello la COP26 es considerada crucial para enfrentar con éxito el que pasó de ser una amenaza para convertirse en un reto: el cambio climático. 

Le puede interesar:  Informe ONU: ¿Gobernabilidad en riesgo?

DEL MISMO AUTOR: ¿Hidroicuándo?

La expectativa está centrada en el objetivo de que la ambición en materia de reducción de las emisiones de GEI sea mucho mayor que la de la COP21, con su estrategia de la descarbonización de la economía, en la que se planteó como objetivo un umbral de 2 grados centígrados por encima de la temperatura global previa a la primera revolución industrial. Ello, en razón de que estudios y análisis posteriores a la misma han llevado a la conclusión de que sólo fijándolo en 1.5 grados, considerado como el punto de no retorno, puede evitar la debacle. 

Por ello el mundo tiene fincadas sus esperanzas en que los jefes de Estado que concurren a esta cita no sean inferiores al reto planteado. Bien ha dicho el más reciente Informe de las Naciones Unidas sobre el medioambiente que “si no reducimos las emisiones actuales a la mitad, el mundo asistirá a un peligroso aumento de la temperatura global al menos de 2.7 grados este siglo. 

1.5 grados sería el punto de inflexión a partir del cual, según los entendidos en la materia, los peligros inminentes del calentamiento global, con sus olas de calor, la inminente escasez de agua, los huracanes, la pérdida de las cosechas y la hambruna, así como el colapso de los ecosistemas, se tornan irreversibles. De hecho la temperatura de la tierra está 1.1 grados por encima del promedio preindustrial. Si durante este siglo el mayor calentamiento es del 1.5 o 2 grados centígrados arribaríamos al extremo de volver inhabitable nuestra “Casa común”, que es como llama el Papa Francisco a nuestro Planeta Tierra! 

Le puede interesar:  Reforma Agraria: ¿Y de esto qué?

www.amylkaracosta.net

Última hora

Le puede interesar

[mc4wp_form id=”74432″]