Confidenciales 360
Se ha conocido en los últimos meses con más firmeza la decisión del expresidente Álvaro Uribe de no retornar al Congreso de la República, de no aspirar nuevamente a ser senador.
Uribe se lo ha expresado a su círculo más cercano de amigos personales, el senador tiene claro que quiere descansar de su agitada agenda para dedicarle más tiempo a sus nietos y evidentemente para preservar una buena condición de salud.
Con esta decisión, el expresidente ha tenido a más de un congresista de su partido cabezón con la situación, pensando qué hacer y sobre todo estar con un ojo encima de una posible puerta al trasfuguismo que se abra en este año, pues el partido de la U está interesado en radicar dicho proyecto y de este se podrían beneficiar todas las personas que quieran cambiarse de partido. Y el hecho de que Uribe no regrese al Congreso no solamente le quita ese peso a la lista del Centro Democrático sino que el mismo desgaste de tener un presidente en este momento en funciones también golpea bastante la favorabilidad de sus congresistas.
Lo que este medio de comunicación ha podido establecer a través de distintas charlas con algunos congresistas del Centro Democrático es que la desunión del partido es absoluta, es un partido desintegrado por completo y que como en una especie de monarquía solo existe un consenso alrededor de Álvaro Uribe Vélez. Hoy en el partido se han mezclado toda clase de tendencias, convicciones, posiciones e ideologías que difícilmente comulgan unas con otras además de otros intereses particulares.
Hoy existe una facción en Antioquia que ya estaría creando su propio partido, claramente por fuera del Centro Democrático, y de igual manera estaría pasando en el Caribe, donde los pocos militantes del Centro Democrático ya estarían tomando otros destinos, en tanto que algunos residuos estarían considerando la posibilidad de llegar al partido Cambio Radical o al partido Conservador. Serían esas las casas políticas las que se verían beneficiadas con la desintegración del hoy Centro Democrático.
Sin embargo, para otros congresistas existe la posibilidad real de que el Centro Democrático en estos dos años de gobierno restante vuele bajo el radar y confeccione una lista que podría ser encabezada por personas como Óscar Iván Zuluaga o algún otro que no logre el aval para llegar a la Presidencia de la República y que sea de renombre, con peso e influencia, para liderar nuevamente una lista cerrada al Senado de la Republica bajo el logo del Centro Democrático.
A nivel de representantes a la Cámara se inclina más la balanza por buscar listas abiertas, en donde hoy existe todavía apetito por los avales del uribismo, aunque no siendo el mismo de hace cuatro años.
Algunos precandidatos presidenciales que hoy tiene el Centro Democrático fácilmente podrían deslindarse de esta casa política y presentar sus aspiraciones en otros matices. A hoy se conoce que Edward Rodríguez, Alirio Barrera, Rafael Nieto, María del Rosario Guerra, Ernesto Macías, Paloma Valencia, Carlos Holmes Trujillo y Paola Holguín buscarían ese aval del partido uribista para aspirar a la Presidencia de la República.
Lo anterior, sin tener en cuenta aún que de seguir los planes Marta Lucía Ramírez renunciaría en un año a su cargo de vicepresidenta para ser candidata presidencial. Aún se desconoce si sería por el partido Conservador, pero, hoy en día, es que tendría descartado presentarse por el Centro Democrático.