Una vez más se comprueba que la intervención del Banco de La República frente a la inflación no tiene mayor efecto en esta coyuntura y su papel ha quedado relegado ante una tormenta con diferentes ingredientes que las autoridades no han querido enfrentar.
Empecemos por lo poquito bueno pero hagámoslo de manera que no crean que se trata de un ejercicio continuo de crítica. El decreto mediante el cual el Gobierno desindexa cerca de 85 productos, servicios, bienes de la inflación es un paso hacia la dirección correcta porque a pesar de que muchos economistas están en contra de este tipo de movimientos, también es válido poner sobre la mesa que se mire en una espiral inflacionista pues llevando a cabo un alza de precios en todos los frentes para nada va a contribuir a la inflación.
Sería hacer lo que tantos han criticado de Hugo Chavez o de Maduro de subir el salario mínimo cada cierto tiempo para que alcance y la gente vaya al supermercado. No se trata de ganar más, sino de gastar menos, se trata de que el comer, vestirse, moverse pues sea barato. No se gana nada si a una persona le suben el salario en un 15 o 20% pero la inflación se le va a ir comiendo ese aumento.
Ya conocemos lo que ha pasado en Venezuela y Argentina. De manera que si bien todo empezó con un aumento injustificado e irresponsable del Gobierno, siendo una medida populista y demagógica en año electoral que para nada le sirvió, si lo comparamos con el alza del salario mínimo del Gobierno Petro en el cual se esperaba que fuese peor, fue un alza responsable que fue recibida por el mercado.
Pero, lo que tiene hoy Colombia, con el dato que recibimos es realmente grave pues la inflación en 2022 fue de 13,12% en solo diciembre alcanzó el 1,25%, van a venir más alzas de interés. El Banco de la República lo hará pero nada va a pasar y nada pasará porque es de amplio conocimiento que en Colombia no existe la cultura financiera, más de la mitad del país sigue sin entender que es el BANREP, sigue sin entender lo que significa que una tasa de interés suba en los niveles que está, que usar tarjetas es un pésimo negocio y por nuestra parte no esperábamos un dato alentador.
En cualquier ciudad de Colombia se podría observar como las calles, centros comerciales, todo estaba desbordado, el colombiano es un consumista nato y la gente seguía comprando a muchas cuotas sin importar lo que pueda pagar en intereses hasta que no les ocurra una catástrofe financiera y a esto se le suma otro fenómeno como tener la tercera moneda más devaluada, una pésima noticia. México y Brasil tuvieron su mejor año frente al Dólar y en Colombia se normalizó que la tasa de cambio estuviera por encima de 2.800 pesos.
Este dato atenta contra la inflación en Colombia pues sigue importando el 70% de todo lo que consume y de esto nadie quiere hablar, nadie quiere hacer una reflexión porque creen que es una crítica contra el Gobierno. La tasa de cambio actual es nociva para las empresas, para los ciudadanos.
Hoy, Colombia está entre los primeros cuatro países con más inflación mientras las situaciones en Perú, México, Ecuador y Brasil son mejores. Es hora de que el Gobierno se siente de una manera seria a tomar decisiones porque este puede ser un año muy negativo a nivel económico con pésimos resultados y efectos para la salud financiera de todos los colombianos.
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