La ciudad tendrá que cuidarse de elegir en las próximas elecciones a un alcalde populista, irresponsable, demagógico y con poca visión en temas de transporte. Necesitamos una persona que tenga una visión responsable, de largo plazo y con amplios conocimientos sobre la temática y el sector.
Por: Andrés Gaviria
La infraestructura vial es clave en todas las ciudades avanzadas del mundo y esto no lo pueden los estudios o los elementos culturales, pero algunos pretenden de manera malintencionada, ingenua o por desconocimiento, comparar a Medellín con ciudades como Ámsterdam y Oslo.
No hay nada más alejado que eso y en realidad no vale la pena entrar en ese debate con algunos románticos que ven con desdén el tema de la infraestructura vial.
No se trata de construir más infraestructura para los vehículos particulares, que es como lo han querido satanizar en debates, llevándolo extremos y casi que a un debate de lucha de clases.
Por las vías de una ciudad transitan desde vehículos de transporte público, rutas escolares y ambulancias, hasta vehículos de la industria cementera, metalúrgica o de comercio, servicios, etc. Las calles son para todos, no solamente para vehículos particulares.
En ese sentido, también tenemos que entender que no toda la población de Medellín es joven, que no toda la población de Medellín tiene un estado físico como el de Nairo Quintana o Rigoberto Urán y que no a todas las personas les gusta montar en bicicleta o en bicicleta eléctrica.
No podemos obligar, como si fuera una dictadura de algunos auto denominados expertos en movilidad, a que las personas se movilicen de una otra manera.
De cualquier manera, a Medellín le hacen falta vías, intercambios viales, mejoras en el sistema de transporte público, además de nuevas líneas del metro. Desafortunadamente Medellín siempre carecerá de soluciones en esta materia.
Aunque hoy estamos más adelante que cualquier otra ciudad del país en esta materia, eso no nos puede llenar de orgullo y relajarnos, ya que seguimos estando lejos de las grandes capitales del mundo, que es a lo que tenemos que apuntar.
¿Cómo no resaltar la necesidad de construir un intercambio vial de la Calle 33 hacia la Avenida Las Palmas?
En otras columnas ya he tocado la importancia de generar soluciones puntuales, responsables y concretas. No se puede repetir en el Túnel de Oriente el caos que generó la inauguración del Túnel de Occidente en el sector de Robledo.
Un deprimido que conecte el final de la doble calzada a Las Palmas en San Diego con el puente de la 33 sobre el río Medellín, es necesario y no puede generar discusiones.
Me alejo en que este implique un pago de peaje con utilizarlo, aunque no lo descarto. Lo que sí creo es que esta debe hacerse porque es una obra necesaria y que debe ejecutarse en los próximos 4 años. Un gobernante responsable seguramente compartirá esta idea.
Además, es necesario retomar los proyectos de las circunvalares en Medellín y hacer el debate sobre el futuro del aeropuerto Enrique Olaya Herrera, de si se construirán allí soterradamente unas vías, las cuales se pueden hacer sin importar si el aeropuerto se va o se queda. Lo único cierto es que hay que construir vías que traviesen el aeropuerto por debajo.
La continuación en la construcción de intercambios viales, como los impulsados en el programa de valorización de la administración de Aníbal Gaviria, tienen que replicarse por toda la ciudad. Obviamente no con modelos de valorización, sino con otros menos impactantes para los bolsillos del contribuyente, pero que es una necesidad, ¡Claro que la es!
Se debe avanzar en la construcción de nuevos metro cables, en el proyecto más ambicioso luego de la construcción del metro, es decir, la construcción de una nueva línea de metro. Por ejemplo, este puede ser por la carrera 80, lugar en el que se ha debatido de un sistema de transporte público, que para mí concepto, debe ser una línea del metro.
Obras hay por montones. He sido promotor de construir por lo menos 10 puentes sobre el río Medellín, los cuales deben incluir anillos únicos de retorno vial, así como otros puentes que nos permitan conectar con el occidente y el oriente.
Hay que recortar esas distancias existentes entre el puente de la Calle 30 y el puente de la Calle 10, dejando sola a merced la zona industrial de la ciudad, la cual se ha ido desarrollando cada vez más rápido y un proyecto como Ciudad del Río es una muestra de ello.
El debate es muy claro y genera propuestas como las que humildemente lanzo desde acá.
Qué bueno que Medellín siga avanzando en el sentido de construir nuevas vías, dobles calzadas, intercambios viales, túneles, deprimidos, intercepciones y metro cables, para así generar democratización del transporte y brindar espacios e incentivos a nuevas modalidades de transporte como las patinetas eléctricas.
No se pueden olvidar las vías. Unas deben ser construidas con recursos públicos de la ciudad, los cuales son finitos y generan limitantes, mientras que otras deben ser con APP, con pagos de peajes (obviamente no muy costosos).
Se le debe permitir a los ciudadanos transportarse de una manera más óptima, eficiente y sobre todo, que le genere a la ciudad menores tiempos de desplazamiento, menos tiempo perdido en los trancones y menos contaminación para todo esto se traduzca en mejor calidad de vida para quienes habitan en Medellín y el área metropolitana.
Por último, es importante mencionar que es vital el concurso de la organización Área Metropolitana, el cual ha sido precedido con éxito en los últimos años por Eugenio Prieto.
Esta organización debe ser protagonista en los próximos 4 años en la integración de los 10 municipios con proyectos de infraestructura gigantescos.