La JEP se desprestigia sola

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La Justicia Especial para la Paz, que ha sido un tribunal ampliamente rechazado por la opinión pública, sigue dando de qué hablar y no precisamente por sus actuaciones en derecho, por sus avances en contra de la impunidad, la ilegalidad y de llamar a responder a los criminales como los cabecillas de las Farc por los crímenes que cometieron, pero no, eso no pasa con la JEP.

La JEP lo que ha hecho en pocas palabras es gastar, desde el año pasado hasta hoy, millones y millones de pesos en publicidad. Para algunos medios de comunicación de Bogotá tratando de limpiar su imagen, de darse supuestamente a conocer y de notificar a los ciudadanos de la necesidad de que conozcan la verdad del conflicto armado. Lo cierto es que todo se ha quedado en avisos, en la pauta que ellos han contratado, y de resto no han avanzado nada.

Se conoció que al interior de la JEP tienen grandes reparos y quieren evitar a toda costa la extradición de ‘Jesús Santrich’, y andan felices de la moña porque Estados Unidos ha comunicado que no enviará las pruebas de ese caso. Como si fuera poco que en este país, que parece un estanque de delfines rosados de los parques de Orlando, donde tenemos decenas de políticos referidos por familiares que han vivido de cuenta del erario público durante toda su vida.

En ese sentido, se conoció que el hijo de Ernesto Samper, Miguel Samper, quien estuvo en la Agencia Nacional de Tierras en el Gobierno Santos, y quien también le otorgó multimillonarios contratos a cadenas radiales con las que tiene cercanía para patrocinar incluso el Mundial de fútbol, cosa que nada tiene que ver como objeto de la Agencia Nacional de Tierras.

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Miguel Samper Strouss es otra de las cabezas que le nace a la JEP fuera de lo que se conoció recientemente con la captura de Carlos Julián  Bermeo, fiscal de esa Jurisdicción Especial para la Paz. Samper suscribió un contrato por $50 millones con la JEP a finales del año pasado para trabajar por un mes en el desarrollo del punto 5 del acuerdo de paz suscrito en La Habana. La única respuesta de Samper fue que a su hermano lo nombraron como cónsul en Miami sin tener mayor hoja de vida.

Lo cierto es que Miguel Samper no tiene ninguna razón para estar trabajando en la JEP, pero se conoció que recibió este contrato nombró al hermano de Patricia Linares, la presidenta de este tribunal, en la Agencia Nacional de Tierras.

En el año 2016 Miguel Samper inició la dirección de dicha agencia, y el 13 de octubre de ese año nombró a Harold Enrique Linares, hermano de Patricia Linares como experto código G3, grado 8, del despacho del director general de la planta de la Agencia Nacional de Tierras.

Como si fuera poco, al exviceministro de TIC del Gobierno Santos Juan Sebastián Rozo, quien ha saltado del sector privado al público sin ruborizarse en el sector de telecomunicaciones luego de trabajar para Telefónica y llegar a ser viceministro TIC y ministro TIC encargado, también recibió contrato de la secretaría ejecutiva de la Jurisdicción Especial para la Paz.

Argumentan que el contrato con Juan Sebastián Rozo se hizo para identificar grupos de interés que debe atender la JEP para el cumplimiento de su misión, lo cual es bastante cuestionable y con una explicación completamente vaga y ligera; y ligera fue la cifra que recibió Rozo Rengifo: $113 por un mes y medio de la cuenta de la JEP, es decir, de cuenta de los recursos de los impuestos de los colombianos.

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La JEP, tal y como va, no le queda otro camino que ser objetada y autoliquidarse porque jamás debió existir.

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