“La literatura es el alma de la sociedad”, Jorge Franco

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El escritor colombiano nacido en Medellín señaló además que la literatura “es el derecho y la necesidad que tiene cada cultura para contarse a sí misma”. También se sinceró sobre lo que ha significado ser escritor para su propio beneficio, esto relacionado a su trato con el ser humano.

Este contenido hace parte de 360 Revista en su cuarta edición, la cual se distribuyó en las principales ciudades del país.


Revista 360: Usted mencionó en algún momento que la literatura es un movimiento constante, pero para poder decir eso debió tener primero un encuentro con la literatura. ¿En qué momento decidió convertirse en escritor?

Jorge Franco: Mi relación con la literatura la tengo desde niño, aunque solo como lector pues tardé mucho tiempo en decidirme a escribir. Y realmente comencé a escribir por accidente porque me fui a Londres a estudiar cine y en la escuela comencé a escribir guiones cortos, que más adelante pasaron, algunos de ellos, a convertirse en relatos, es decir, con un matiz literario. Esos primeros escritos me permitieron acercarme a la escritura literaria, y a mi regreso a Colombia ya quería seguir explorando la escritura como una posibilidad para contar mis historias.

360: ¿Usted cómo concibe la literatura?

J.F.: Como la forma más íntima y cercana para conocer la condición humana, sobre todo, en sus errores, en sus fisuras, en todo lo que hemos fallado, o acertado, como humanos. La literatura es el alma de la sociedad y es el derecho y la necesidad que tiene cada cultura para contarse a sí misma.

360: Las personas afamadas, como artistas, deportistas entre otros, generalmente dicen que han sido rescatados por la labor que desarrollan y se muestran agradecidos por ello. ¿A usted de qué lo ha rescatado el hecho de ser un escritor?

J.F.: Siempre he creído que la literatura me ha rescatado del odio. Al acercarme a un conocimiento más profundo de la condición humana, también me he acercado a la tolerancia y a la empatía. El odio nace de ver las situaciones o a las personas en blanco o negro. Si miráramos detenidamente la zona gris de cada ser humano, el odio disminuiría.

360: ¿Cómo ha sabido orientar la fama mundial que ha tenido por cuenta del éxito de sus obras?

J.F.: En saber diferenciar que una cosa es la fama y otra, el éxito. Cualquiera, con un poco de suerte, puede ser famoso. El éxito, en cambio, requiere de talento, de trabajo, de muchísima disciplina. Creo que la literatura no es un área para la fama, eso es algo más para el deporte, el cine o la televisión, la música, la política. Ahí sí hay muchos famosos, pero como la literatura es un territorio de minorías y para minorías, pues allí la fama es muy esquiva.

360: El análisis literario es el que se lleva a cabo sobre una obra y se debe reconocer su contexto histórico y social. ¿Cómo define usted la importancia del análisis literario, tanto desde la recepción como desde la crítica?

J.F.: Hay que ser respetuoso con todas las interpretaciones que vengan de los lectores, desde las más sesudas hasta las más frívolas. Sobre todo en mi caso porque no escribo para un lector especial sino para cualquiera al que se le atraviese un libro mío. Con lo que no comulgo es con la crítica que se me hace sin haber leído el leído el libro, es increíble pero hoy en día estas cosas suceden. En lo personal, prefiero las críticas que les hacen a mis libros los lectores por fuera de Colombia, porque no están tan amarradas a un contexto histórico o social, sino que juzgan el libro por sus cualidades literarias, y creo que así es como debería ser siempre.

360: ¿Cómo analiza el paso del tiempo entre Maldito amor y El cielo a tiros?

J.F.: Bueno, hay como 25 años entre el uno y el otro. Maldito amor fue mi libro de aprendizaje, de exploración, es un libro muy valioso para mí porque ahí está la semilla de lo que vino después. Siempre me dije que cada libro tenía que ser parte de un proceso de maduración como escritor, cada libro tenía que ser un peldaño, que lo escrito en uno me sirviera para el siguiente. En El cielo a tiros ya asumo sin miedo muchos riesgos literarios, creo que cierra un ciclo sobre Medellín en mi literatura. No es que piense abandonar a Medellín en mis historias, pero de alguna manera cierra en forma de trilogía, junto con Rosario Tijeras y El mundo de afuera, una mirada muy concreta y personal sobre Medellín.

360: ¿Cuál es la evaluación que hace del año 2019 y qué viene para usted en el año 2020 desde lo profesional?

J.F.: Este fue un año en el que tuve que continuar con la promoción internacional de El cielo a tiros, con muchos viajes, muchos eventos literarios que finalmente quitan mucho tiempo. Ha sido un año en el que he estado más dedicado a unos proyectos para cine y televisión. En el 2020 espero continuar con la escritura literaria aunque debo confesar que cada vez me decepciono más del mundo editorial.

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