La moneda india se desploma en medio de la guerra arancelaria con Estados Unidos

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La rupia ha alcanzado su nivel más bajo frente al dólar, debido a los aranceles impuestos por Estados Unidos al país más poblado del mundo.


Los aranceles sobre los bienes producidos en India están socavando la confianza de los inversores globales, que han retirado miles de millones de dólares de los mercados financieros indios.

El gobierno indio ha introducido medidas fiscales y tributarias para paliar los efectos de la crisis monetaria.

La rupia, la moneda oficial de India, es una de las divisas más vigiladas en los mercados emergentes. Su estabilidad y valor son cruciales para la economía local y los inversores globales. Su valor resulta de una compleja interacción de factores internos y externos que, en conjunto, configuran su trayectoria.

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Un factor significativo que impacta a la rupia es el déficit por cuenta corriente. Este se produce cuando el valor total de los bienes y servicios importados por India supera el valor de sus exportaciones.

Para financiar este déficit, el país necesita capital extranjero. Cuando estos flujos, como la inversión extranjera directa, disminuyen, la demanda de rupias cae, lo que favorece el debilitamiento de la moneda. Un déficit creciente, especialmente si se mantiene alto, es una señal de alerta sobre la salud de la rupia, indicando que el país gasta más de lo que gana en sus transacciones internacionales.

El banco central desempeña un papel crucial en la gestión de la rupia. Su política monetaria, en particular sus decisiones sobre los tipos de interés, tiene un impacto directo. Para combatir la inflación, el banco central tiende a subir los tipos de interés.

Unos tipos de interés más altos hacen que los activos denominados en rupias sean más atractivos para los inversores extranjeros, lo que aumenta la demanda de la moneda y la fortalece.

Por el contrario, los recortes de los tipos de interés pueden tener el efecto contrario, desalentando el capital extranjero y debilitando la rupia. La lucha contra la inflación es, por lo tanto, una lucha por la estabilidad monetaria.

India es uno de los mayores importadores de petróleo del mundo. Las importaciones de energía representan uno de los mayores gastos del país, y las fluctuaciones en los precios internacionales del petróleo afectan directamente a la rupia.

Cuando los precios del petróleo suben, India debe gastar más dólares estadounidenses para comprar la misma cantidad de combustible. Esto aumenta la demanda de dólares y, en consecuencia, debilita la rupia. El efecto es aún mayor cuando los precios del petróleo suben rápidamente, lo que presiona tanto el déficit por cuenta corriente como la inflación interna.

La rupia india, al igual que muchas monedas de mercados emergentes, es sensible a la aversión al riesgo a nivel global. En tiempos de incertidumbre económica global o volatilidad en los mercados financieros, los inversores tienden a trasladar sus activos de mayor riesgo a inversiones refugio como el dólar estadounidense, el yen japonés o el oro.

Esta fuga de capitales de la India genera presión vendedora sobre la rupia, provocando su depreciación. Lo contrario ocurre en períodos de optimismo global, cuando el capital regresa a la India, impulsando la moneda.

La rupia india refleja las complejas interacciones entre la balanza de pagos del país, la política monetaria interna, los precios de las materias primas y la confianza de los inversores globales. Su estabilidad es un barómetro de la salud de la economía india, y la gestión de estos factores sigue siendo un desafío central para el gobierno y el banco central.

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