La saga Gilinski – GEA, el banquero se va quedando sin opciones

Compartir

A pesar de las habilidosas estrategias jurídicas de Gilinski, el abanico de salidas para conseguir su principal objetivo: tomar el control del enroque empresarial, hoy se le hace lejano. 


Por: Redacción 360 Radio

La reciente decisión del Juzgado Décimo Civil del Circuito de Oralidad de Medellín, al ratificar su decisión de admitir la demanda que cursa en el proceso de Acción Popular en contra de la exministra de comercio María Ximena Lombana, Angela María Tafur Domínguez y el exgea Andrés Bernal Correa. Esto permite que sus decisiones no sean atendidas por los directivos del grupo en lo que se relaciona con la nueva OPA por el Grupo Nutresa.

Acompañado de esta decisión, se profirió también las medidas cautelares que ordenaron al Grupo Sura abstenerse para proceder con directrices de María Ximena Lombana, Angela María Tafur Domínguez y Andrés Bernal Correa, sobre el hecho en mención entre las dos partes.

Semanas atrás 

En los negocios como en muchas áreas de la vida, las formas y las maneras tienen cierto tiempo de camuflaje y pueden incluso albergar una capacidad de confusión que está allanándose. Los principios de la buena fe, pueden terminar creando una distorsión en el mercado. Lo que empezó como una OPA por una empresa de alimentos.

Poco a poco, terminó configurándose en un gran plan de guerra para apoderarse del conocido grupo empresarial antioqueño y en él, en la cúpula de la pirámide, el grupo bancolombia. Ese mismo banco que se convirtió en una obsesión para Jaime Gilinski hace muchos años luego de la conocida batallas que estuvo con el grupo de empresarios antioqueños luego de haber tenido que abandonar su presencia, influencia y negocios en esa compañía. 

Es una historia a la que le falta poco para poder compararse con una novela, incluso sus inicios son bastante pintorescos y se remontan al ocasiones en España y luego en los Emiratos Árabes. Coincidencias de la vida, quizá favorables para los intereses del magnate caleño, que terminaron configurándose a su favor para conocer al jeque de la familia real de Abu Dabi, con el que empezaría a hablar de distintos negocios y en el que encontró un socio inmejorable para acometer un plan que siempre estuvo trabajando tanto en su inconsciente como en su corteza frontal. 

Y era algo realmente increíble, que pasando por temas de una marca de bicicletas, de los gustos personales, del jeque y de inconvenientes, que en su momento tuvieron para hacer negocios en Colombia, lo que encadenara toda una secuencia de objetivos que empezaría con una inocente oferta disfrazada en el interés por una empresa de alimentos, pero que realmente siempre ha tenido como objetivo hacerse con el control del banco más grande de Colombia. 

En su momento, cuando inició toda esta trama, la mayoría de los agentes relevantes en el sector empresarial, los gremios y la política, se mostraron muy a favor de la libertad de mercado, la libre competencia y la capacidad que tenían los empresarios para hacer distintos negocios. Con el tiempo, esta percepción y otras sensaciones se han diluido en el tiempo y no parecen contar con tanto apoyo .

¿Por qué ha sucedido esto? 

Como lo mencionamos, al principio las formas y las maneras en la vida, si son importantes y aún muchos conglomerados empresariales, el mercado de valores y los mismos accionistas terminan valorando el como para poder hacerse a un objetivo, y la utilización de mala manera de algunas empresas del conglomerado de la familia caleña, como un medio de comunicación adquirido hace algunos años, en donde claramente se ha incidido de mala manera, distorsionando la información y evidenciando, que no se trata de una oferta corriente en los negocios, termina convirtiendo toda esta saga de negocios en una disputa personal, costosa jurídicamente y que para nada beneficia al tejido empresarial del país. 

Seguramente, y sin lugar, a duda pueden existir errores de parte y parte, tanto en algunas o en todas las empresas del grupo empresarial antioqueño como en la familia Gilinski, es apenas normal en un país que poca acción tiene en el negocio de fusiones y adquisiciones.  Pero así como no existía un blindaje, lo suficientemente efectivo en las empresas del Gea, y en algún momento alguien tendrá que responder por esto, las últimas jugadas del banquero Gilinski, como afirmar que nada tiene que ver la familia árabe.

En esta última OPA por Nutresa con ellos, pero luego radican la garantía de la transacción a través de uno de sus bancos, y semanas atrás esa misma familia Arabe compra un porcentaje importante de acciones en su banco digital (Lulo Bank). 

Lo anterior se cae de su propio peso y deja ver que este conglomerado está agotando sus últimas cartas en este intento de desmoronar todas las empresas antioqueñas que se han construido en los últimos 50 años y que sean relevantes no solo en el mercado nacional, sino en el continente. 

Este medio de comunicación has conversado en las últimas tres semanas con importantes e influyentes, empresarios, analistas económicos, abogados y consultores internacionales, para encontrar otras miradas distintas percepciones, y desde luego poder seguir construyendo la radiografía de esta negociación del Grupo Gilinski, que, a nuestro modo de ver, como lo decíamos al comienzo de este artículo, estaba camuflado en sus inicios con otras intenciones, pero luego de surtir decenas de dificultades, termina viendo desencajada su estrategia y en las últimas semanas, una serie de decisiones erráticas permiten inferir que los planes se le van agotando al poderoso empresario caleño. 

Le puede interesar:  Camacol Antioquia: construcción de viviendas en el departamento genera casi 400.000 empleos

Luego de estos diálogos que hemos sostenido, una de las primeras conclusiones es que la confianza en las instituciones, la transparencia de ellas y su independencia claro está, que no debería estar en duda, son determinantes en este momento del negocio y pueden terminar siendo quienes desbaraten todo lo que se ha hecho en más de 12 meses Por cuenta de conflictos de interés, inhabilidades e interés indebido en cierto tipo de negociaciones. 

Para uno de nuestros invitados al análisis, llama poderosamente la atención, la velocidad con la que se aprobaron en sus inicios las OPA’s. Sumado a unos requisitos que presuntamente no cumplieron su debido proceso, entendiendo que este tipo de transacciones tocan aspectos fundamentales de negocios que se dedicaban a servicios esenciales para las personas, como la salud, el sector financiero y el sector asegurador.

Eso, desde la parte más legal y netamente, apegada al debido proceso, hasta llegar a lo comunicacional, que es identificar como un medio de comunicación de la familia interesada en las OPA’s, termina elogiando y haciendo distintas puestas en escena con funcionarios que están directamente involucrados en la toma de decisiones en este negocio. El brazo político y mediático de la familia Gilinski, fue fácilmente palpable en las pasadas elecciones presidenciales, en donde ellos tenían unos intereses muy específicos de sostener a ciertas personas que requerían para garantizar no solo comunicación horizontal, sino en una buena relación para ir un paso adelante en lo que políticamente se necesita en este tipo de negociaciones.

Acá, otro de los puntos que terminó demostrando que las formas y las maneras en este negocio empezaban a importar cada vez menos. 

Luego de esto se le puede sumar ya como un tercer factor, toda la capacidad de juego para impresionar al grupo empresarial, antioqueño desde adentro, buscando cambiar parecer es y con la intención de alterar convicciones de funcionarios que han sido leales a ese grupo para que por una u otra razón, se terminen cambiando de bando en esta operación . Esto sí que dolió en el seno del empresariado antioqueño, y en definitiva terminó llevándolos a identificar que esta guerra se podía ubicar en otros contextos de la negociación, y no precisamente en los más puritanos y bien intencionados que se hayan visto.

También, en donde poco éxito lograron, su estrategia se concentró en nombrar a importantes personas en los asientos de la junta directiva que ya habían alcanzado, personas que habían tenido que ver directa e indirectamente cargos de gobierno en la administración de Ivan Duque. A esto se le agrega que ese nombre aún exgea, que por temas personales, con un directivo de una de las compañías, terminó sirviendo de instructor y debelador de información sensible e importante sobre la estructura de ese grupo empresarial.

“Realmente han cometido muchos errores en la estrategia comunicacional, de gobierno y empresarial. En lo jurídico no tanto, pero cuando se le empiezan a ver las orejas al burro, el tono y el color del ambiente cambian ostensiblemente”; señaló un abogado consultado, que considera que se ha ido desvaneciendo ese objetivo inicial tanto en la sustancia como en lo externo para el Grupo Gilinski. 

Y es que, claro, hace unos meses las relaciones entre la familia real de Abu Dabi y los empresarios caleño se siguieron fortaleciendo notoriamente ante los personajes mínimamente, si interés de Noticias y como lo mencionamos en líneas anteriores, los episodios rosa de esta novela, y aunque no se creía esto ha terminado incidiendo de manera muy trascendental en con los mercados perciben y entiendes más este negocio

Primero, no se entendió así fuese parte de una negociación que sintiera en varias ocasiones cuando se hablaba de que era la primera ni la última oferta por acciones que se hacía luego se decía que era el máximo precio que se podía pagar y así sucesivamente ha sido esta fecha y van apareciendo nuevas intenciones en la negociación que mostraban que las primeras personas y otros agentes que habían vendido sus participaciones en las compañías no Tresa o grupo Sura habían resultado bastante perjudicados, pues su venta se había visto completamente desvalorizada ante esas nuevas propuestas al mercado por parte de la familia cuando demostraba que si valían más las acciones que ellos estaban comprando, pero que se negaban a reconocer dicho valor. 

Y es que claro, la desconfianza, luego de cada transacción viene decayendo al entender que se ha faltado a la verdad no solo en las intenciones, las declaraciones públicas y lo que incluso privadamente habían conversado entre la familia caleña y los empresarios antioqueños.

Todo eso, sin contar el gran y esencial interés que tienen los fondos de pensiones en todo este escenario, pues son los encargados de velar por los ahorros de muchos años de miles de colombianos que no pueden ver como esos dineros pierden valor ante ofertas, efímeras que parecen ser muy buen negocio, pero que en el futuro se terminan de dibujando por cuenta de los mismos interesados en las OPA’s. Eso sin contar arandelas cómo el episodio donde una empleada del Grupo Gilinski fue camuflada como accionista de una de las empresas del GEA para incidir en la negociación. 

Le puede interesar:  Grupo Sura presenta candidatos a nueva Junta Directiva de la compañía

Para un analista económico que consultamos en Estados Unidos, uno de los países en donde puede ser más corriente ver a diario compras, fusiones y otro tipo de transacciones que involucran miles de millones de dólares, existen particularidades en este negocio que tienen que llamar la atención y pedir, casi que una revisión intensiva y profunda sobre las puertas que se abren, los controles que permiten y desde luego la revisión del valor que podría estar por debajo por cuenta de una estructura empresarial.

Para Gilinski no era lo suficientemente compacta y eficiente, y que permitió que a través de algunos foros se filtrara esta estrategia del banquero caleño para hacerse con el control de todo el grupo empresarial antioqueño. 

Uno de los ejemplos más evidentes puede ser el acceder a empresas como a cementos Argos, Odinsa y Celsia, pasando por otras unidades de negocio estratégicas de grupo Nutresa y terminando en un banco muy poderoso como Bancolombia y sus filiales. 

En su momento Nequi pudo caer bajo el control del empresario dueño del Banco GNB Sudameris y LuloBank, por mucho menos de su valor real en el mercado, si se hacen ejercicios comparativos similares y a la luz de clientes, infraestructura y transacciones. 

Lea también: Regístrate y recibe en tu casa o trabajo la edición especial de Revista 360 – 2022

¿Cómo abrir semejante control y poder por un valor tan inferior?

La anterior pregunta es la que ha frenado a muchos inversionistas para no vender sus participaciones en las últimas OPA,s, pues entienden que las empresas del GEA tienen un valor fundamental, estratégico y creciente, que en el futuro les puede representar mucho más de lo que terminarían percibiendo hoy.

Para uno de estos accionistas con los que pudimos conversar, “Es inevitable que luego de toda esta toma hostil por parte de Gilinski no cambien cosas en las empresas que eran más vulnerables y salieron más afectada, por ellos creemos en que no solo el valor de las acciones aumentará, sino que algunos negocios se van a disparar”. 

Aunque para muchos, el tema escapaba en medio de las noticias financieras, los ánimos transaccionales y la importancia del billete verde, para algunos interesados en aspectos geopolíticos y otros asuntos que hoy en día han tomado mucha importancia en buena hora, preocupa lo que los Emiratos Árabes Unidos tienen como concepción sobre democracia, la mujer, las libertades individuales, los derechos de los trabajadores, entre otros preceptos, que para nada conviven con lo que tenemos en occidente. 

Y claramente la gran última jugada, que intentaron hacer, cuando sin estar facultados intentaron aprobar una venta de acciones al Jeque Árabe, publicitarlo en medios y crear distorsión en el mercado, confirmó que “ir con todo sin importar el medio” es una de las maneras que se encuentran en los anaqueles del plan A-Z. Este último escenario terminó de quebrar cualquier puente que existiera de confianza entre las partes interesadas

¿Y la mano política – legal?

Hace algunos días se conoció públicamente que Jose Nicolás Gomez Alvarado, quien fuera abogado de la firma Gómez-Pinzón, hoy alto funcionario de la superintendencia de sociedades, ordenó la medida cautelar de sacar dos miembros de junta del Grupo Sura por presuntos conflictos de interés. La función actual de Gómez Escobar es ser juez para resolver conflictos, pero el problema es que hasta hace poco era asociado senior de esa firma (Gómez-Pinzón) que hoy es una de las varias firmas que defiende los intereses de Gilinski, por ejemplo, junto a DLA Piper.

Arriba de Jose Nicolás Gomez, está el ratificado superintendente de sociedades Billy Escobar, muy cercano a quien lo posesionara; Maria Ximena Lombana, exministra de comercio en el gobierno Duque y quien fue la más feroz impulsora de un TLC con los Emiratos Árabes Unidos y ahora es miembro de junta directiva de Grupo Sura. 

Y así cómo existió un clima político nacional bastante favorable para Jaime y Gabriel Gilinski, en donde encontraron carriles expeditos para tramitar sus procesos que les permitieran triunfas en sus intenciones, las circunstancias politicas de Medellín y Antioquia no le fueron tampoco adversas. El Alcalde Daniel Quintero, acérrimo crítico del grupo empresarial antioqueño, ya venía hace varios meses, abonando un camino en donde se cuestionaba a ese conglomerado empresarial, a sus empleados, sus prácticas y sus presuntas, relaciones políticas, las cuales Quintero, tenían intereses en la administración de Medellín. 

A hoy Gilinski tiene el 38% del grupo Sura. Máximo accionista. El acceso a cementos argos, odinsa y celsia. Tiene 3 asientos en Grupo Sura y dos en Nutresa. 

Última hora

Le puede interesar

[mc4wp_form id=”74432″]