Luego del informe que fue publicado por la revista británica, The Economist, se libró un fuerte debate sobre quién decía la verdad, sobre si el gobierno sabía o no la realidad de la situación y qué papel estaban jugando las Farc en todo este asunto de reparar a las víctimas del conflicto, cuando en diferentes micrófonos decían que estaban en la quiebra.
The Economist calculó la fortuna de las Farc en 33 billones dólares, esta fortuna viene obviamente de secuestros, extorsiones y principalmente del narcotráfico. Resulta y acontece que el Director de la UIAF, Luis Edmundo Suárez, quien era una de las personas con uno de los cargos más importantes en el país, tuvo que presentar la renuncia a este puesto por una llamada de un alto mando del Palacio de Nariño, pues desde allá se dieron cuenta que el señor Suárez fue quien le concedió una especie de entrevista y de información a la reconocida revista británica.
Lo cierto es que esto no salió bien, nuevamente el Gobierno Santos quedó mal parado al pedir la cabeza de un funcionario legal y decente que dijo la verdad sobre la guerrilla de las Farc, lo que sin lugar a dudas son los hechos que le generan una mala imagen al Presidente y a su Gobierno.
¡Y qué después no se quejen!
