360 Analiza con detalle el por qué de la victoria del magnate, como sucedió este episodio en la política mundial y la realidad que se vivió en EE.UU.
La campaña de Donald John Trump inició el 16 de julio en la torre Trump en Manhattan, su precandidatura tomó por sorpresa a muchas personas en la política americana y más por que se produjo en una oleada de candidaturas que alcanzó hasta los 9 precandidatos. Medios de comunicación y opinadores descartaron la aspiración de Trump, tildándola de estrategia para valorizar sus negocios en todo el territorio y como una jugada para favorecer a otro precandidato. Todo parecía indicar en ese momento que el candidato con mayor favorabilidad era Jeff Bush o Marco Rubio, quienes liberaban una corriente importante de derecha con más coherencia que el mismo Trump.
Para romper el hielo Donald J Trump comenzó a hablar sobre temas sustanciales, profundos y trasversales; migración, economía, negocios, seguridad y soberanía. No lo hizo con la mayor prudencia que se debe según el «modelo» de política mundial, sino que atacó con toda crudeza lo que no le parecía que estaba funcionando, mencionó con nombre propio a personas y países que según el estaban afectando a EE.UU e indicó cuales serían sus estrategias para volver a América «grande de nuevo». Lo cierto es que Trump comenzaba a tocar unas fibras que nadie se atrevía a tocar, cosas que muchos pensaban pero siempre callaban por miedo a ser atacados por su pensamiento, y logró ir cautivando un voto silencioso que en un futuro le daría la presidencia de la mayor potencia del mundo.
Los niveles de inseguridad en el país eran en serio que estaban aumentando, la aparición de pandillas y las conocidas «Maras» asustan a personas del común y de la elite, el aumento del paso de droga por la frontera entre México y EE.UU es muy alto, y si le sumamos a eso la amenaza mundial de ISIS, todo estaba servido para un candidato de oposición a Obama y que mostrara más carácter frente a temas de defensa nacional. Es conocido que la seguridad, la tranquilidad para quien vive en Estados Unidos es primordial, es algo que no se negocia y que está en las prioridades de cualquier ciudadano, al sentir que eso se pierde, no quedaba más que decantarse por la candidatura del Republicano.
Sus constantes declaraciones sobre lo que sucedía con México, su advertencia sobre lo que podía pasar con el «Chapo» Guzmán, la fuga de este mismo a los pocos días de esa declaración de Trump, y la aparición de conflictos urbanos en Estados Unidos entre Mexicanos y Americanos por asuntos políticos, le estaban dando la razón a Trump en todo lo que estaba advirtiendo. Habló de Isis, de las grandes amenazas que corría Estados Unidos ante un detrimento de las políticas de defensa y seguridad nacional, y sucedió otra cosa que fortalecería la candidatura del candidato: Atentados en París, Bruselas y Niza, el aumento de las amenazas a nivel mundial, también terminaban dandole la razón a Trump en todo lo que estaba diciendo. Sus números se movieron en la dirección correcta, el apoyo a su candidatura se fortaleció y ahí comenzaba la preocupación de los grandes medios de comunicación, bancos, encuestadoras, artistas y del propio presidente Barack Obama.
Las reuniones principales de Trump a lo largo y ancho del país se comenzaron a ver afectadas por protestas de ciudadanos que quemaron llantas, atacaron a los asistentes a dichos eventos y trataron de evitar circulación de vehículos y la caravana del candidato. El asunto no se ponía nada fácil, se recomendó redoblar la protección de Trump y llamar al orden y el respeto por la pluralidad política, cosa que no sirvió de nada, pues hasta el 8 de noviembre día de la elecciones, la violencia seguía en las calles, sobre todo de personas que atacaban a quienes apoyaban al candidato Trump.

Trump se enfrentaba entonces ya a una recta casi final de campaña, el solo contra todos los grandes medios de comunicación de Estados Unidos y la mayoría de medios de comunicación de Latinoamérica. Le sacaron escándalo tras escándalo, inventaron chisme tras chisme, publicaron fotos de su esposa desnuda y hasta trataron de hacerlo ver como una mala opción por que le dijo «gorda» a Alicia Machado. Noticias rosa, sin fundamento, que no hacían nada más que volver un circo la campaña presidencial, pero que en la realidad poco o nada le importaban a los electores. En todas las encuestas lo deban como perdedor, todas las cadenas de TV, radio e impresos se aliaron para acabar con la candidatura del magnate. Editoriales, columnistas, presidentes, líderes económicos y de opinión se alineaban para apoyar a Hillary Clinton, pues creían que era mejor opción que la candidatura del republicano.
¿Quiénes son los derrotados?
El «Establishment» en su totalidad, esto comprende las viejas elites políticas americanas, los grandes empresarios que volcaron todo su dinero a la campaña de Hillary Clinton para evitar que Trump ganara, los grandes medios de comunicación, sobre todo; CNN, un canal que aparentemente era imparcial pero que demostró en esta carrera presidencial como se puede fácilmente sacar de contexto información, retardar resultados incluso como lo hizo el día de la elección, solo colocar a panelistas que apoyan a un candidato, entre otras maniobras que le costaron mucha credibilidad. The New York Times, medio en el que tiene buena parte de derechos el mexicano Carlos Slim también perdió, aunque fue el primero que reconoció a eso de las 10 – 11 PM que la victoria de Trump era inminente.
Los bancos, las encuestadoras, Wall Street, columnistas, opinadores, influenciados, deportistas, artistas y hasta algunos presidentes como Macri de Argentina o Santos de Colombia, quienes habían demostrado simpatía por Hillary y no por Trump. El presidente Obama, otro gran derrotado, no le bastó con acompañar casi toda la campaña a Clinton, la derrota en el congreso y presidencia fue contundente. Los americanos no querían 12 años o 16 de un gobierno demócrata. En conclusión; era Donald J Trump contra todo el mundo.
¿Cómo logró Trump capturar los votos y cual fue el fenómeno?
Una equivocación en la que caen miles de personas es creer que lo que dicen tres o cuatro medios de comunicación es lo que piensa el país, lo que es correcto y lo que es incorrecto, quien es malo y quien es bueno. Peor aún, creer en lo que dicen los columnistas o influenciadores. Eventos tan importantes como el Brexit en el Reino Unido y el plebiscito en Colombia, han demostrado una vez más que la opinión pública no es la opinión publicada en medios, y que ese direccionamiento político e ideológico que han querido dar las grandes cadenas de noticias ya no tiene efectos serios ni profundos.
Estados Unidos es un país con tres mundos en su interior, una cosa piensan en el este, otra en el centro y otra en el oeste. Las realidades sociales, culturales, políticas e ideológicas cambian de manera sustantiva, lo que hace imposible que se quiera medir un pulso en general del país con unas pequeñas muestras o tomando como referente la declaración de cualquier persona. Queda demostrado que el famoso «voto latino» impulsado sin cansancio por CNN no es relevante, sigue siendo una minoría y antes por el contrario produce un mayor levantamiento de los americanos a las urnas. No queda bien decir en México, «el voto americano decide» o en Colombia, «El voto venezolano decide». Desde cualquier punto de vista es ilógico e incoherente, cualquier ciudadano se puede ver molesto con dichos escenarios, pues puede ver amenazada su democracia y soberanía.
Ahora, un punto muy importante que vale la pena resaltar es el apoyo de no-americanos pero si legales al candidato Donald Trump. Esto se pudo evidenciar en Florida, donde Cubanos y Venezolanos expresaron su apoyo al magnate, al considerar que es el camino de la legalidad el que se debe seguir. Trump ha sido claro en muchos momentos, su conflicto no es con los latinos, es con quienes han llegado a territorio americano ilegalmente y han cometido crímenes de cualquier índole, para el, ellos son quienes se tienen que ir.
Trump caló en el sentimiento y pensamiento de muchos ciudadanos que venían con una queja recurrente sobre el aumento de la inseguridad en las calles, la creación de pandillas que perturbaban el orden público y el alto consumo de drogas alucinógenas. El problema de la migración ilegal es serio, otro tema que muchos pensaban en silencio pero que pocos o nadie se atrevían a debatir en público. Un sentimiento olvidado de la «Gran America», ese país del «sueño americano», la potencia mundial, el policía del mundo, parecía haber quedado solo en la historia, la realidad era otra. Trump le apostó a eso, a mencionar la recuperación de todo lo que se había perdido, invitó a pensar en grande, a proyectar grandes obras que mejoren la vida de todos los americanos. Más empleos, menos impuestos, más infraestructura y más seguridad. Ese discurso tocaba fibras muy sensibles, surtieron efecto positivo para Trump y terminaron favoreciendo ampliamente. El voto silencioso es real, por miedo a ser víctimas de ataques muchos escondieron su preferencia por el magnate, pero el 8 de noviembre salieron a votar sin ninguna duda por el.
Bonos extra
Toda campaña necesita de bonos o plus que permitan fortalecer y proyectar candidaturas, para eso existen temas coyunturales que pueden generar polarización y un buen debate, pero producen importantes apoyos que pueden ser determinantes. El gobierno de Obama es considerado flojo en su política exterior; guarda silencio ante lo que acontece en Venezuela y Nicaragua, mientras que viajó a Cuba para hacer las «paces» con el régimen de Castro, algo que no cayó muy bien en la Florida, estado donde ganó Trump.
Trump se vendió como un candidato «provida», a favor del porte de armas legalmente, la ley y el orden, además de prometer una mano dura contra los gobiernos de Cuba y Venezuela, algo que se estaba pidiendo en el debate electoral hace mucho tiempo. Lea más Trump promete mano dura contra gobiernos de Cuba y Venezuela
Clinton era considerada como mentirosa por el uso de un servidor privado cuando era Secretaria de Estado, y se le habían formulado serios cuestionamientos por las movidas de la fundación Clinton y su desconsiderado incremento patrimonial. Eso, comparado con lo que sucedía con Trump, demuestra que para el americano los chismes rosa no importan, mientras que los señalamientos de corrupción y mentiras si tienen importancia e esa democracia. Además, Clinton estaba a favor del aborto y atacaba el porte y uso de armas, mientras que Trump había logrado la adhesión de toda la asociación del rifle.
Para terminar este análisis, se va configurando un nuevo orden mundial donde los grandes medios de comunicación, emporios, encuestadoras e influenciadores, están sobrevalorados y en nada están aportando a los eventos políticos. Otra lección que queda es la de no subestimar candidatos, ser más imparciales en la información y guardar la compostura en cada uno de los sucesos que conlleve el trajín de las elecciones y posterior conformación de gobiernos. Trump tiene grandes retos a nivel diplomático, económico y de seguridad, tendrá que reunir lo necesario para que el país sane luego de una gran división política, además tendrá que trazar toda una política de migración que sea justa pero a la vez progresiva con lo que fue elegido por el país. Tiene todo para ejecutar un buen gobierno; congreso republicano, el poder nominar jueces a la suprema corte y gozar del beneplácito de otras potencias como Rusia.