Por: Juan Camilo Garavito E.
Durante la última semana se causó un revuelo a nivel nacional por la venta de las acciones de Isagén a la multinacional canadiense, Brookfield Asset Management. Isagén la tercera generadora de energía en el país, dejó de ser de los colombianos, tras vender el 57,6% de las acciones.
Ahora la pregunta es para las Empresas públicas de Medellín y los antioqueños en cabeza de sus representantes serán los que tienen que decidir qué hacer con el 13,14% de las acciones que poseen EPM. El debate no es nuevo en la ciudad, se vienen haciendo análisis y cuestionamientos desde la administración anterior, los cuales no han conducido a una decisión homogénea.
El Consejo de Medellín se encuentra divido y no sabe si vender o no las acciones de Isagén. Los que están en desacuerdo de vender las acciones hablan de que se podría entrar a supervisar el funcionamiento, además de aprovechar la posición estratégica en la que quedaría la compañía a nivel nacional e internacional, por mantener una participación minoritaria que le permitiría crecer en el campo energético.
Por otra parte hay quienes están de acuerdo con la venta de las acciones de Isagén, como es el caso del concejal, Jesús Aníbal Echeverri Jiménez, quien en unas declaraciones dijo lo siguiente:
“En el tema de Isagén, el daño ya está hecho. Ya esa empresa canadiense compró el 56%; ya tienen el manejo, ya pueden hacer lo que quieren. Hoy sabemos que esas acciones están valoradas en más de un billón, mirando todo esto yo creo que es mejor vender, al menos que no tengamos que salir a regalar”.
Esta es una decisión que no se puede tomar a la ligera porque está en juego el patrimonio y la participación en una de las más importantes empresas generadoras de energía del país como es Isagén, decidir si es mejor o no está en manos de los directivos, concejales y el Alcalde, quienes tomarán la mejor decisión para la ciudad.