En el discurso que duró 18 minutos, Gustavo Petro comenzó con un mensaje conmovedor de su hija, Antonella Petro, centrado en la paz y la preservación del medio ambiente. A partir de allí, el presidente destacó la desconexión entre las voces de los países menos poderosos y las decisiones que afectan la comunidad global.
«Los que no tenemos el poder de destrucción hablamos sin que nos escuchen. Por eso, no nos escuhan cuando votamos que se detenga el genocidio en Gaza; aunque seamos la mayoría de los presidentes del mundo y representantes de la mayor parte de la humanidad, no nos escuhan», afirmó, reflejando su frustración ante la falta de atención hacia las naciones que luchan por la justicia y la paz.
En un tono vehemente, hizo un llamado a la comunidad internacional para que actúe con urgencia en favor de la población civil en Gaza. Mencionó el alarmante número de víctimas civiles, especialmente niños, a causa de los bombardeos en la región, añadiendo que los líderes de las potencias responsables parecen ignorar el sufrimiento humano en sus decisiones.
Petro no escatimó en críticas hacia el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a quien describió como un «criminal».
«Netanyahu es un héroe para el 1% de la humanidad que puede destruir a los pueblos bajo las bombas«, afirmó, evidenciando su indignación por la impunidad con la que operan algunos líderes en el contexto del conflicto.
Aunque el presidente mencionó a Venezuela, su enfoque se limitó a condenar las sanciones impuestas al país, calificándolo como un «país rebelde«. Sin embargo, evitó abordar las recientes elecciones y las alegaciones de fraude que han dominado la narrativa política sobre la nación vecina.
Petro argumentó que las sanciones y bloqueos económicos son herramientas utilizadas por las potencias para mantener su dominio global.
«La poderosa oligarquía global permite que se tiren bombas a los inocentes y que se bloquee económicamente a países que no encajan en su agenda«, manifestó, señalando la necesidad de una reevaluación de las políticas internacionales que perpetúan la violencia y el sufrimiento.
La Crisis Climática en el Centro del Debate
»Hoy las cosas están peores que hace un año; se han quemado once millones de hectáreas en la selva amazónica en un mes; nos abvirtieron que si esto pasaba, llegaríamos a un punto de no retorno climático donde las decisiones humanas serían inocuas; pues bien, ahora las campanas doblan por la vida; ha comenzado el fin». Afirma el presidente.
Además de la crisis humanitaria en Gaza y la situación en Venezuela, el presidente también destacó la crisis climática como uno de los principales desafíos que enfrenta la humanidad. Su discurso enfatizó que, mientras se ignoran las necesidades de las naciones más vulnerables, el planeta enfrenta un deterioro irreversible que amenaza el futuro de todos.
El discurso de Gustavo Petro en la ONU ha generado reacciones diversas tanto a nivel nacional como internacional. Mientras algunos aplauden su valentía al abordar temas tan delicados y relevantes, otros critican su falta de atención hacia problemas específicos como las elecciones en Venezuela.
A medida que el mundo se enfrenta a múltiples crisis interconectadas, desde la violencia en Gaza hasta la crisis climática, el llamado de Petro a la acción resuena como un recordatorio de que la justicia y la paz deben ser prioridades globales. No obstante, su silencio sobre las elecciones en Venezuela plantea interrogantes sobre su postura y compromiso con la democracia en la región.
El discurso del presidente Petro en la ONU destaca la urgencia de actuar ante las crisis actuales, pero también revela las complejidades y tensiones que caracterizan la política internacional contemporánea. La lucha que han librado las naciones más pequeñas que son dominadas por ese 1% y permiten el progreso de conflictos y problemas globales sin ningún escrúpulo.
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