En un reciente informe, Corficolombiana analiza la decisión del Gobierno Nacional de implementar inversiones forzosas en el sistema financiero, una medida destinada a incrementar los créditos a sectores clave como la industria, la agricultura y el turismo. Aunque la intención de aumentar el crédito productivo es loable, la implementación de esta estrategia podría generar importantes distorsiones en el mercado financiero, aumentando el riesgo y elevando los costos de financiamiento.
Históricamente, las inversiones forzosas no son una novedad en Colombia. Estas han sido empleadas y posteriormente desmontadas en diversas ocasiones debido a sus efectos negativos en el mercado financiero. Actualmente, la única inversión forzosa vigente para los Establecimientos de Crédito (EC) en el país son los Títulos de Desarrollo Agropecuario (TDAs). Creado por la Ley 16 de 1990, estos títulos son emitidos por FINAGRO y están indexados a la DTF o la IBR menos un margen, con un plazo de un año. Los EC deben destinar el 1% de sus inversiones a estos títulos.
Le puede interesar: Corficolombiana detalla puntos críticos que están provocando contracción económica en principales regiones de Colombia
El informe destaca que el aumento en los requerimientos de inversión en TDAs ha tenido una correlación positiva con el crecimiento del saldo de la cartera de créditos del sector agropecuario. Sin este mecanismo, FINAGRO no habría podido soportar dicho crecimiento. Sin embargo, este crédito se ha concentrado en los grandes productores debido a la alta informalidad y al limitado acceso al financiamiento.
Uno de los principales problemas que plantea el informe de Corficolombiana es que incrementar las inversiones forzosas reduce el margen de intermediación de los EC. Esto podría afectar negativamente sus decisiones sobre colocación, inversión y financiamiento. Especialmente en el contexto actual, donde los EC están ajustando sus estrategias, un aumento en las inversiones forzosas podría disminuir la participación relativa de la cartera de créditos, impactando de manera adversa a segmentos sensibles como el crédito a la microempresa.
Las inversiones forzosas también representan deudas para las Sociedades Públicas Financieras (SPF), lo que incrementa la deuda pública aunque no la del Gobierno Nacional Central (GNC). Un uso excesivo de estas inversiones podría deteriorar la calidad crediticia de las SPF y encarecer tanto la deuda soberana como el costo del capital propio.
Análisis de las inversiones forzosas en Colombia: impacto y perspectivas
Por qué es importante: Las inversiones forzosas son cruciales para entender la dinámica del sistema financiero colombiano y su impacto en la economía real. Al imponer obligaciones de inversión en sectores específicos, el gobierno busca orientar los recursos hacia áreas prioritarias para el desarrollo económico. Sin embargo, esta intervención puede alterar la eficiencia del mercado financiero, afectando tanto a los prestamistas como a los prestatarios. Un análisis detallado de estas políticas es esencial para balancear el objetivo de desarrollo con la estabilidad financiera.
Detalles: Los TDAs, la principal forma de inversión forzosa en Colombia, requieren que los Establecimientos de Crédito destinen el 1% de sus inversiones a estos títulos. Estos TDAs son emitidos por FINAGRO y tienen un rendimiento indexado a la DTF o la IBR menos un margen. Este mecanismo ha permitido que el crédito agropecuario crezca, aunque mayoritariamente ha beneficiado a los grandes productores. La normativa actual impone un costo de oportunidad para los EC, que deben gestionar su portafolio de inversiones teniendo en cuenta estas obligaciones.
Contexto: Desde la década de 1970, Colombia ha utilizado las inversiones forzosas como una herramienta para corregir fallas en el mercado financiero y dirigir recursos hacia sectores estratégicos. Sin embargo, las experiencias pasadas han mostrado que estas políticas pueden tener consecuencias no deseadas, como la reducción de recursos disponibles para el crédito ordinario y la distorsión de los precios en el mercado de capitales. En el contexto actual, donde los bancos están adaptando sus estrategias a un entorno económico desafiante, reintroducir o aumentar las inversiones forzosas podría tener repercusiones significativas.
Panorama general: El informe de Corficolombiana sugiere que, aunque es esencial aumentar el crédito productivo para la reactivación económica, las inversiones forzosas no son la solución óptima. En lugar de imponer estas obligaciones, se deben considerar mecanismos alternativos que fomenten la inclusión financiera y permitan una asignación más eficiente de los recursos. La modernización e interoperabilidad de la Superintendencia Financiera son pasos positivos en esta dirección. Además, el uso de garantías para créditos de mayor riesgo y otras medidas innovadoras pueden ayudar a mejorar el acceso al financiamiento sin los efectos negativos asociados a las inversiones forzosas.
En conclusión, aunque la intención de aumentar el crédito productivo es crucial para la reactivación económica, las inversiones forzosas no son la solución más efectiva. Es necesario buscar mecanismos alternativos que fomenten la inclusión financiera y que aborden las fallas del mercado sin generar distorsiones que aumenten los costos de financiamiento y pongan en riesgo la estabilidad financiera del país.
Lea también: Así le fue a Colombia en informe sobre transición energética: ¿Avanza o retrocede?