No solamente el gigante incremento de los accidentes de tránsito tienen en apuros a las firmas que operan el Soat, sino también y en otras latitudes su alta participación en homicidios y robos, tienen preocupadas a las autoridades. Siguen muchos sectores pidiéndole a Juan Manuel Santos, al ministro Mauricio Cárdenas y al nuevo Ministro de Transporte, que por favor por el bien del país, incluso hasta por la finanzas que están mal, se le cobren peaje a las motos en todas las vías nacionales.
El Gobierno ya está caído, no puede caer más bajo y es una medida necesaria, antipopular obviamente, pero que se debería tomar.
Pero volviendo al tema del Soat, la sostenibilidad de este se está viendo amenazadas por cuenta de ese incremento del que hablamos en los siniestros por cuentas de las motos. Un reporte de Fitch Ratings habló diferentes variables que están afectando a la industria; el aumento de los costos médicos, la fluctuación del dólar y los elementos ortopédicos están restándole estabilidad a este sistema.
Simplemente y en virtud del negocio, ya no es negocio, ni rentable vender la póliza del Soat a las aseguradoras. Las cifras de Fasecolda son muy claras; entre los primeros 9 meses del 2015 el Soat arrojó pérdidas por más de 160 mil millones de pesos. Recordemos que hoy las motos no solamente son las fuentes móviles más contaminantes en todo el país, son las que más peatones matan todos los días en las ciudades, son las que más participan en robos a vehículos, peatones y obviamente sicariato.
Medicina Legal informó que el grado de accidentalidad está en su nivel más alto desde el 2001 y lo peor es que la mayoría de accidentados son de los estratos 1, 2, 3 y están entre los 15 y los 24 años de edad. Esto en otras palabras dice que la mayoría de motociclistas son personas de escasos recursos, corta edad, precoces, que manejan sin ningún tipo de responsabilidad, sin ningún grado de conciencia y se están convirtiendo prácticamente en una amenaza cada segundo que están en las vías.
Los usuarios de las motocicletas representan el 45% de los muertos y el 51% de los heridos en los accidentes de tránsito en Colombia. Las cifras superan con creces el promedio de América Latina y lo peor es que el Gobierno no está haciendo nada en materia de seguridad vial, aunque suene imposible, de crear cultura entre los motociclistas.