Las políticas públicas y la planeación son incompatibles con la mala burocracia y los acuerdos politiqueros

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Cada vez más, distintas naciones entienden la importancia de planear y construir políticas con visión a largo plazo que son transformadores y trascienden los colores políticos, en Colombia se hace todo lo contrario. 

EDITORIAL

Ahora muchos quieren justificar los acuerdos políticos que antes criticaban e incluso denunciaban, bautizándolos de ciencia política y de acuerdos de representación. Y es que Colombia debería quitarse de una vez la careta y admitir que la mayoría de los presidentes, por no decir todos, hacen acuerdos políticos con los partidos políticos que están en el Congreso para poder tramitar favorablemente la mayoría de sus reformas. 

Algunos gobiernos han tenido tintes más autocráticos que no permiten ninguna modificación a las propuestas, que es lo que estamos viendo hoy en Colombia y por ende ese choque de posiciones tan fuerte entre Congreso y Gobierno, mientras otros gobiernos a parte de garantizar acuerdos con los partidos y tener planeaciones establecidas, para que no se afecte el país, pues tienen un punto de entendimiento y es que los proyectos son para debatirlos, revisarlos y corregirlos para apuntar a mejorar la calidad de vida del país. 

Las últimas dos semanas, con todo lo que ha generado la reforma a la salud, el presidente Petro le pidió la renuncia a varios funcionarios de rangos medianos y altos que representaban partidos como el Liberal, Cosnervador y de La U que hoy hacen parte del Gobierno y se las pidió por la sencilla razón de que no quieren aprobar la reforma a la salud, planteada por Carolina Corcho

Esto nos deja no solo un sinsabor, sino realmente un sentimiento de insatisfacción muy grande porque confirma que el presidente Petro está gobernando sólo para su vanidad, sus intereses, sus ideas mesiánicas y para lo que él considera es lo correcto y que todos quienes piensen distintos son enemigos suyos y están equivocados. 

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Entonces, prefiere echar a personas, unas mejores que otras y corta procesos en plena construcción y trámite del Plan de Desarrollo. En el Congreso prefiere cortar proyectos que vienen andando, estructuras que se vienen consolidando desde hace ocho meses y tirar por la borda la planeación, la estructuración, las ideas que se han venido difundiendo e implementando en cada una de las entidades, empresas del Estado, para poner otras personas ahí en menos de un año y volver a comenzar de cero. 

Y luego, seguirán yéndose otras personas, llegarán otras y el Gobierno de Gustavo Petro terminará siendo igual o pero que cuando fue Alcalde de Bogotá, no existían programas estructurales, no existían programas de Gobierno que tuviesen integración y que respondieran a las reales necesidades del país con indicadores de cumplimiento, con amplia participación. 

Acá hay un interés y es ‘si el Congreso no pasa lo que presentamos pues no gobiernan con nosotros y tiramos por la borda todo’; eso es pensar en los intereses personales y no en el bienestar del país, un país que necesita que todos sus ministerios, las empresas, entidades estatales funcionen todos los días, cumplan sus tareas y objetivos, respondan a los ciudadanos y sobre todo seguir trabajando por el país y no por un proyecto político personal que fue capaz de recibir opiniones contrarias. 

El presidente Petro debería fijarse en esta situación, hacer una reflexión y corregir esta manera de hacer política, de Gobernar porque no va a salir bien. 

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