El exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo Valderrama, aspirará a la primera magistratura de la Nación en el año 2018, como era de esperarse, más por su característica predecible de la vida política que ha tenido.
Esto va demostrando poco a poco que la campaña va arrancando antes de lo esperado y que para el mes de octubre o noviembre, ya pudiésemos tener decantada buena parte de los candidatos.
Fajardo tuvo un desempeño, para unos muy bueno, para otros más malo, en sus pasos como alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia. Primero porque no se la ha llevado bien con buena parte de la clase política y con algunos sectores independientes, por su forma de ser, por su orgullo, por la forma en que se dirige a quienes no lo acompañan y obviamente por las discriminaciones que usualmente hace en su discurso.
Fajardo tiene unas líneas ya muy conocidas, trilladas, más que todo, como las de pasar la página de la corrupción, de pasar la página de la violencia, pasar la página de las cosas malas para ir a las oportunidades, la educación, la transformación, los recursos públicos son sagrados, entre otros. Fajardo es un candidato previsible, se sabe para dónde va, cuál va a ser perfectamente su discurso y él lo tiene claro, es un encantador de serpientes, es un candidato que gusta en el centro del país, sobre todo en Bogotá, pues tiene ese estilo descomplicado, laxo y muy céntrico sobre la vida pública colombiana y su acontecer.
En Antioquia, hoy no registra buenos números. Le ha ido mal en las últimas elecciones locales en las cuales su candidato quedó en el tercer lugar con no más de 500 mil votos, fuera de eso Fajardo no ha logrado mostrarse en definitiva a qué sector pertenece, cuál es su ideología, pero por deducciones se podría inferir que es de izquierda, aunque él dice que no pertenece a ningún lado, y de pronto para la coyuntura que vive hoy el país no es nada favorable.
Fajardo hoy tiene posibilidades de ser presidente de la República, solo si logra ser el candidato de la centro izquierda colombiana, un candidato defensor del proceso de paz, en parte del actual Gobierno de Juan Manuel Santos y de la izquierda, para ser más concisos, alguien que reúna al Polo Democrático, la Alianza Verde, Partido de la U, al Partido Liberal y a otras minorías, que le puedan sumar una votación muy parecida a la del Sí, cuando se celebró el plebiscito. Un grupo población que hoy puede estar por encima de los 5.5 millones de votos.
Este escenario implica que Fajardo no competiría con Claudia López, ni con Humberto de la Calle, ni con Antonio Navarro, ni Jorge Robledo o Gustavo Petro. De lo contrario Fajardo la tiene muy difícil para ser presidente, pues la votación de izquierda se partiría en pedacitos y muy poco lograría recoger, quizá algo de opinión, el voto de los empresarios afiliados al sindicato antioqueño y obviamente de sus más cercanos colaboradores políticos, pero que difícilmente le alcanzaría para los 4 millones de votos.
Fajardo confía en que poco a poco irá dando a conocer más su nombre, ha estado recorriendo algunas regiones del país en compañía de su equipo, pero en la política nada está decantado, tocará eso sí, revisar con detalle cómo se organizan las coaliciones y no es de extrañarse que este termine siendo el candidato del actual Gobierno, ¿por qué? pues porque hace aproximadamente 7 días, Fajardo se reunió en un restaurante muy reconocido en la ciudad de Bogotá, con el señor Enrique Santos Calderón, hermano del presidente, y las personas del mundo político saben que Enrique, no solamente es el mandadero del presidente, sino el que va haciendo las avanzadas, los movimientos, organiza jugadas políticas y empresariales, y realmente es quien se mantiene en contacto con el presidente de la República, por lo cual no sería descabellado contemplar ese escenario.
Por algo se ha estado implementando en el Ministerio de Educación el slogan de «Colombia, la más educada», que va en línea con sus slogan de «Medellín, la más educada» y «Antioquia, la más educada», además de que se convierta unánimemente en el candidato del ahora partido político de las Farc, el Polo Democrático, la Alianza Verde y otras disidencias de otros partidos y movimientos significativos de ciudadanos.
Fajardo tiene a su favor el buen discurso, la facilidad que tiene para darse a entender, tiene una capacidad de convencimiento importante y su discurso en contra de la corrupción cala de manera considerable.
Fajardo fortalezas políticas en organizaciones grandes o líderes como tal poco o nada tiene, y eso es un gran reto para él, aunque no se quiera identificar como un candidato político él sabe, que si quiere ser presidente pues hay que hacer unas alianzas programáticas, hay que recibir unos apoyos y esos convenios suman y son decisivos a la hora de las elecciones.