Latinoamérica se viste de rojo

Compartir

La izquierda de Latinoamérica entendió que la batalla no es solo ideológica y militar, la batalla también es cultural, así que desde hace décadas vienen ejecutando un juicioso plan en la región que ha impactado especialmente a las nuevas.


Por: Catalina Escobar

A pesar de las evidencias que tenemos sobre los nefastos gobiernos socialistas, los latinoamericanos siguen eligiendo y reeligiendo presidentes socialistas. ¿Qué estamos haciendo mal?

Hay países como Colombia que hasta hoy, no habían sucumbido a los engaños del socialismo, pero en la región, hay países que ya habían caído y vuelven a elegir ese modelo en el que en carne propia experimentaron su fracaso. En efecto, el pasado domingo Brasil volvió a elegir a Lula Da Silva, un hombre con graves cuestionamientos por corrupción, fundador del Foro de Sao Paulo junto a Fidel Castro.

La izquierda latinoamericana entendió que la batalla no es solo ideológica y militar, la batalla también es cultural, así que desde hace décadas vienen ejecutando un juicioso plan en la región que ha impactado especialmente a las nuevas generaciones que no supieron lo que significó para el mundo la expansión del marxismo-leninismo después de la Segunda Guerra Mundial.

DE LA MISMA AUTORA: Las salidas en falso de la ministra Irene Vélez, nos están costando mucho

Así pues, hablando de inclusión e igualdad amparados en diferentes movimientos (derecho humanistas, ideología de género, ecologistas, etc) han permeado la cultura silenciosa y pacientemente.  Un ejemplo de esto es el feminismo moderno, que aunque muchas feministas ni lo sepan, sus movimientos tienen sus bases en textos de escritoras y filósofas como Simone de Beauvoir y Shulamith Firestone, quienes en sus teorías hablan de que “no se nace mujer, se llega a serlo” o que “se debe lograr que las relaciones (sexuales) entre personas de edades muy dispares se conviertan en algo común” una de las frases de Firestone en su Programa mínimo para la revolución feminista, en su libro La dialéctica del sexo. Incluso, Firestone argumenta que el fracaso de la Unión Soviética fue concentrarse en temas económicos y no enfocarse en las familias; la autora mezcla el marxismo y freudianismo y sostiene que “hay un nivel de realidad que no viene directamente de la economía. Ese nivel proviene de la cultura”.

En conclusión, si no empezamos a informarnos sobre lo que hay detrás de las ideologías que pregonan los mandatarios de la región, estaremos condenados al fracaso de nuestros países. El fondo de todos estos movimientos, es mucho más de lo que vemos superficialmente.

Le puede interesar:  Los colombianos abusaron de la confianza británica

Última hora

Te recomendamos

Le puede interesar

[mc4wp_form id=»74432″]