“Lección de Infamia de las FARC” Columna de Antonio Sanguino.

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Lección de Infamia de las FARC

Una lección de infamia. Es lo que acaban de dar las FARC por boca de “Diana”, la guerrillera fariana que escribió su versión sobre el abominable secuestro de Ingrid Betancourt y Clara Rojas y el trato cruel e inhumano al General Mendieta, si acatamos las normas internacionales que regulan la guerra que proscriben el secuestro de civiles y exigen un trato digno cuando se trata de “prisioneros de guerra”. En esta ocasión se ofende la dignidad de las víctimas y cometen un acto de torpeza política. Porque ocurre cuando la Mesa de La Habana discute precisamente este punto que busca encontrar un adecuado tratamiento a sus derechos a la Verdad, la Justicia, la Reparación y de no repetición sin estropear la posibilidad de un Acuerdo de Paz.

Humberto de La Calle como vocero del gobierno ha reaccionado acertadamente. Le ha pedido a las FARC respeto por estas víctimas. Y los voceros de la guerrilla recularon, aunque lo hicieron con una timidez que no alcanza para ocultar la ignominia de “Diana”. Porque cuando esta iniciada “cronista guerrillera” “aclara” que Clara e Ingrid nunca fueron amarradas en cautiverio reconoce que sí lo hicieron con los demás secuestrados. “Advierte” que Clara Rojas estuvo autosecuestrada por un acto reprobable para las FARC de lealtad con Ingrid. Cinismo comparable al de Carlos Castaño, el tristemente célebre jefe paramilitar, cuando calificaba las masacres cometidas por las AUC como “el ataque a un objetivo militar múltiple”.

La infamia no tiene límites. La crónica fariana pretende “demostrar” el “mal comportamiento” de las cautivas. También, en una elocuente muestra del machismo primitivo que impera en el ethos sociocultural de esta organización guerrillera, se burlan del General Mendieta cuando sin sonrojo dice “Diana” que “llora como mujer lo que no fue capaz de hacer como hombre” porque se negaba junto a Ingrid a caminar en medio de la selva. Hace un listado de la dieta alimentaria y de la atención en salud, para concluir que el trato recibido por personas que duraron cautivas 6 o 7 años en condiciones crueles, “fue el más adecuado desde el punto de vista humano”. Los más aberrante del escrito es que pretende “denunciar” las reacciones psicológicas normales de personas sometidas a un secuestro largo y doloroso.

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Pero lo que más ofende la dignidad de las víctimas es el atrevimiento de jugar con su vida privada. Como si todavía se sintieran dueños por entero de las vidas de quienes aún califican como “prisioneros” se abrogan el derecho de disparar contra su intimidad. Ofende también que quieran descalificar la condición de madre de Clara Rojas y maltratar la relación que hoy construye con su hijo Emanuel. Y hasta produce risa la “agudeza política” de la “cronista Diana” cuando pretende “recordarnos” que Clara Rojas Representante a la Cámara por Bogotá en nombre del Partido Liberal lo hace en “representación de la ultraderecha”. Que perversa versión de la verdad tiene esta guerrillera convertida ahora en “escritora de guerra”.

La sociedad colombiana ha respaldado mayoritariamente las negociaciones de paz con las FARC. La propia Ingrid Betancourt, desde su condición de víctima, no ha dudado en el apoyo al proceso de paz. Hemos aceptado con realismo que los diálogos ocurran en medio del conflicto y en consecuencia en medio de acciones armadas de la guerrilla. Pero lo que no puede ser aceptado es que la negociación ocurra en medio de la infamia de las FARC contra la dignidad de las víctimas.

@AntonioSanguino

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