Ley de garantías: Otro globo más

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Por: Federico Hoyos

No pasa semana sin que el país entre en debate por las polémicas decisiones y declaraciones del presidente Santos. El nuevo caso que surge en medio de la crisis de la justicia es la propuesta de eliminar la Ley de Garantías. ¿Por qué hace el presidente esta propuesta?

Primero. Santos está en deuda con los alcaldes y gobernadores del país. Prometió tramitar la ley que permitiera su reelección y falló. La cuenta pendiente que tiene con miles de gobernantes locales que disimuladamente apoyaron su reelección, sigue vigente, y en aras de mantener su contrato vivo, es el presidente quien ahora debe devolver el favor para las elecciones locales de octubre, y qué mejor manera de hacerlo que con la orden de gastar, gastar y gastar.

Segundo. El crecimiento de Centro Democrático en el país amenaza las estructuras de los partidos tradicionales de la Unidad Nacional, quienes se ven en apuros en las regiones al ver que un partido recién nacido de oposición está poniendo en jaque su dominio político de antaño. El gobierno es consciente que al carecer de voto de opinión como lo han demostrado las encuestas, debe recurrir a las estructuras políticas para mantener vivo su proyecto político.

Tercero y en relación al anterior punto. El gobierno sabe que no puede evadir el compromiso de hacer un referendo sobre los acuerdos logrados en la negociación de La Habana para que la ciudadanía apruebe o desapruebe lo conseguido con la guerrilla. Las encuestas sobre la impopularidad de lo acordado hasta ahora en Cuba y del rechazo que habría si el referendo se lleva a cabo, resulta en que el gobierno busque en el voto duro de maquinaria, el salvavidas para aprobar lo que el voto calificado de opinión seguramente rechazará en las urnas. Para lograr lo anterior, es clave que el gobierno tenga mandatarios locales de su coalición para poder movilizar votantes.

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Cuarto. La atrevida propuesta de derogar la Ley de Garantías se da en medio del profundo escándalo de la Corte Constitucional y la justicia en general, escándalo que crecía como bola de nieve y cada vez iba salpicando a más involucrados en todos los sectores del poder. El presidente lanza un capote con la propuesta de la Ley de Garantías para desviar la atención y ganar espacio para resolver un problema que tiene tambaleando las instituciones republicanas y que hasta ahora no ha sido capaz de resolver.

Diferentes sectores políticos tanto de la oposición como de la coalición de gobierno han expresado desacuerdo sobre la eliminación de la Ley de Garantías. Es probable que se hunda en el Congreso y que nuevamente esta polémica y dañina propuesta, resulte siendo uno de los muchos globos que el gobierno constantemente lanza para medir la reacción de la opinión y luego echarse para atrás. No deja de preocupar que del gobierno vengan propuestas tan infortunadas que no sólo atentan contra la garantía electoral sino contra la democracia misma.

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