Liberalismo no muere, pero…

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Gaviria borró de un tajo la poca diferencia que quedaba entre los dos partidos históricos del país, el partido Liberal y el Conservador. Pero más grave de lo que sucedió es que el Liberalismo de ese jefe se conservatizó sin sonrojarse porque de alguna manera ya lo había hecho con su apoyo a Duque. ¿Y nos vamos a quedar callados? Es la reflexión que nos estamos haciendo todos los que estamos aterrados de la condición de dueño de ideas que ha demostrado Gaviria. Tan atrevido, sin duda. 


Por: Cecilia López

Esas ideas de progreso y justicia social que nos han movido a muchos colombianos a través de la historia, como afirma Ramiro Bejarano en su reciente artículo, no van a morir. Seguiremos siendo liberales hasta que nos vayamos de este mundo, pero el Partido Liberal, ese que nos aglutinó, ese cuyos ideales impulsamos desde el Estado, ese sí tiene hoy la cruz de la muerte. Lo que acaba de hacer su presidente César Gaviria es absolutamente inconcebible, como lo es también la actitud de quienes lo apoyan y pretenden personificar nuestros ideales en el Congreso de la República.

¿Por qué es inconcebible? Sencillamente porque es oportunismo de la peor calaña para cimentar aún más el populismo perverso en que han caído estos desprestigiados partidos políticos colombianos. Más aún, resulta que también el expresidente Andrés Pastrana, símbolo de lo peor del Conservatismo, salió a apoyar al mismo candidato a quien Gaviria le entregó su partido, que definitivamente no es el de nosotros. Por menos que esto muchos hemos renunciado varias veces a este simulacro de liberalismo en lo que lo convirtió Gaviria.

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Varios comentarios que muestran el desastre que ha causado quien debería desbancarse del Partido Liberal. Nadie le cree que Federico Gutiérrez se comprometió a unas ideas de Gaviria, que es tan irrespetuoso que aun sin consultar a las bases las presentó como liberales. Esa es la primera gran mentira, porque si de verdad fueran las que nos han unido a través de la historia Gutierrez tendría que haber dejado de ser uribista, y más aún dejado de ser conservador, Ley y orden, como es su discurso pobre y muy reducido. Pero las aceptó con otro gesto de oportunismo porque lo que le importa es ganar a todo costo. Sencillamente los unieron intereses mezquinos: uno, ganar sin beneficio de inventario y dos, tener poder en el gobierno en puestos claves. Y dónde está el país. Dónde queda este 70 % de colombianos que son pobres o vulnerables como lo acaba de demostrar el Dane. En ninguna parte porque sencillamente ni a Gaviria ni a Federico Gutierrez les interesa nada distinto a lo anotado. 

Un segundo comentario sí que nos duele a los verdaderos liberales: Gaviria borró de un tajo la poca diferencia que quedaba entre los dos partidos históricos del país, el partido Liberal y el Conservador. Pero más grave de lo que sucedió es que el Liberalismo de ese jefe se conservatizó sin sonrojarse porque de alguna manera ya lo había hecho con su apoyo a Duque. ¿Y nos vamos a quedar callados? Es la reflexión que nos estamos haciendo todos los que estamos aterrados de la condición de dueño de ideas que ha demostrado Gaviria. Tan atrevido, sin duda. 

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Un tercer comentario: Gaviria con esta adición demostró que apoya todos los desaciertos de este gobierno y su participación en la campaña. Es decir, su claro abuso del poder, el incremento de la corrupción con recursos del Estado, la incompetencia de su equipo de gobierno. Todo esto lo tiene sin cuidado y lo que le importa es el poder a todo precio. El es el país, posición arrogante, prepotente e inaceptable en alguien que ha asumido tantas responsabilidades y tantos honores inmerecidos. 

cecilia@cecilialopez.com

@CeciliaLopezM

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