Lo positivo y lo negativo del denominado «Plan Marshall de Bogotá»

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Este contenido hace parte de nuestra quinta edición de 360 Revista.


El año 2020 ha estado lleno de retos y desafíos para todos los sectores económicos, pero también para las ciudades y sus mandatarios. Ante la pandemia no hubo una medida infalible, pues debido al comportamiento del virus y las diferentes condiciones en cada lugar del mundo, las medidas fueron todas muy cambiantes.

En Colombia la cuarentena entró en vigor el 25 de marzo y desde el 1 de septiembre las autoridades indicaron que iniciaba la fase de cuarentena selectiva. En Bogotá, Claudia López, lideró una estrategia para responder ante la emergencia de salud. En comparación con otras capitales de Latinoamérica, Bogotá tuvo una tasa de fallecimientos por millón de habitantes de 571, mientras que en Buenos Aires la tasa fue de 775, Lima 984 y Ciudad de México 1.151. Estos datos son con corte al 17 de agosto, momento del pico más alto de contagios en el país.

Ante la crisis han surgido varias iniciativas que buscan la reactivación de manera urgente. Iniciativas con convergencia, debido a que los sectores de la actividad económica fueron los más golpeados. En Bogotá, desde la Alcaldía, se ha impulsado el «Plan Marshall de Bogotá», un proyecto que otorga alivios tributarios para la ciudadanía y las empresas más afectadas.

El Concejo de Bogotá aprobó el proyecto de Acuerdo 315 de 2020, para la ‘Reactivación Económica y la Formalización Empresarial en el Distrito Capital’, plan que contiene medidas como el congelamiento del impuesto predial durante el 2021 para 2.6 millones de personas, alivios para empresas con descuento hasta del 25 % en el Impuesto de Industria y Comercio (ICA) y exención parcial del predial durante 2021 para colegios, jardines infantiles y unidades de servicio del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

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Es apenas lógico que el impacto más fuerte se sienta en las micro y pequeñas empresas, lo que representa un duro golpe contra el crecimiento económico, pues este tipo de compañías representan el 97 % de la estructura empresarial de Bogotá.

La ocupación en el país se redujo fuertemente en comparación al año anterior y el desempleo en la capital alcanzó una tasa del 19,4 % en septiembre del presente año, según cifras del DANE, implicando que el número de desempleados en la ciudad es de 897.000 personas, de 449.000 personas más que en el mismo mes de 2019. Por eso, propuestas como el «Plan Marshall de Bogotá» son indispensables para la recuperación y el impulso que demanda la capital del país. No obstante, la propuesta puede presentar efectos contraproducentes en otros sectores y un alcance limitado para lo que requiere el contexto a un costo muy alto.

Es positiva la propuesta de alivios económicos a los sectores afectados y los mecanismos dispuestos para hacer el recaudo más transparente, atacando de manera frontal la corrupción y la ilegalidad.

Sin embargo, llama la atención el aumento en las tarifas del ICA para actividades como la fabricación de productos químicos y farmacéuticos, y las actividades de telecomunicación, lo que terminará afectando los precios de los productos.

Además, partiendo de la base de las altas pérdidas en ingreso que han sufrido las empresas de la ciudad por la pandemia, los porcentajes que se plantean en el descuento de ICA no representan un apoyo significativo en el proceso de recuperación.

El apoyo que se anunció al sector de entretenimiento y recreación, es decir, museos y teatros, es vital, pues representa un gran valor para Bogotá, pero más allá del foco, la propuesta no incluye a los establecimientos de la rama económica de alojamiento y servicios de comidas, como son hoteles, restaurantes y bares, cuya operación se ha encontrado fuertemente limitada por las medidas de confinamiento. Por eso, es importante la convergencia de todos los sectores en las propuestas.

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El reto es aumentar la generación de empleo formal, disminuir la pobreza, crear empresas y mejorar la calidad de la mano de obra de la capital, así como aprovechar la potencialidad de la ciudad con el fin de atraer capitales extranjeros. Este desafío, si bien debe ser liderado por la Administración Distrital, debe contar con la articulación del sector privado, el Gobierno Nacional y los habitantes.

Lo anterior va muy ligado con las propuestas que hacen desde el sector empresarial, donde consideran vital el liderazgo de Claudia López para convocar y articular a los demás sectores necesarios para la reactivación de la capital. Esto con el propósito de crear 1.5 millones de empleos y mejorar el nivel de protección social para los más vulnerables.

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