En medio de un panorama político convulsionado y con las elecciones presidenciales de 2026 cada vez más cerca, los expresidentes César Gaviria Trujillo y Álvaro Uribe Vélez se preparan para un encuentro que podría reconfigurar el mapa político colombiano. Ambos líderes, símbolos de los partidos Liberal y Centro Democrático, respectivamente, se verán en Medellín para discutir una posible gran coalición opositora frente al Gobierno del presidente Gustavo Petro.
El expresidente Gaviria confirmó que viajará a Medellín para asistir a un homenaje empresarial, pero aprovechó el anuncio para revelar que allí se reunirá con Uribe. Según sus propias palabras, el propósito es “reactivar un acuerdo que ya teníamos escrito”, en referencia a la construcción de un bloque político que agrupe a sectores de centro y derecha bajo una única candidatura presidencial.
César Gaviria y Álvaro Uribe hablarían de consulta
La idea que ronda entre los dos exmandatarios es la de convocar una consulta interpartidista en la que participen las principales fuerzas opositoras al petrismo. El objetivo: que de allí salga un solo candidato que represente a todo el bloque opositor en 2026. Gaviria fue claro al afirmar que “el que gane la consulta, votamos todos por él”, dejando ver su disposición a que el liberalismo comparta escenario con otras colectividades históricamente distantes, siempre y cuando coincidan en su propósito de derrotar al actual Gobierno.
Por el lado del Centro Democrático, la movida también tiene lectura estratégica. Uribe busca reposicionar a su partido tras un periodo de desgaste y pérdida de protagonismo, y entiende que la única forma de competir con fuerza en 2026 es articular un grupo que vaya más allá del uribismo puro. Gaviria, por su parte, intenta evitar la dispersión del liberalismo y recuperar el control sobre una colectividad que hoy se muestra dividida entre quienes mantienen cercanía con el petrismo y quienes buscan un giro hacia la oposición.

Un acuerdo con peso histórico
El encuentro entre ambos no solo tiene un valor coyuntural, sino histórico. César Gaviria y Uribe representan dos visiones distintas de la política colombiana: uno, el arquitecto de las reformas liberales de los noventa; el otro, el impulsor de la política de seguridad democrática en los 2000.
Esta reunión podría marcar el inicio de un reordenamiento del espectro político, con la creación de un bloque liberal-conservador que compita directamente con el Pacto Histórico y con eventuales candidaturas de centro. Sin embargo, las tensiones internas en ambos partidos —los liberales cercanos a Petro y los sectores del uribismo que desconfían del pragmatismo de Gaviria— podrían dificultar la consolidación de un acuerdo real.
Más allá de la foto del encuentro, lo que está en juego es la configuración de la oposición en un momento en que el país atraviesa tensiones económicas, debates sobre la seguridad y una creciente polarización. Tanto Uribe como Gaviria buscan recuperar protagonismo y proyectar un liderazgo que les permita influir en la definición del próximo candidato presidencial.
La cita en Medellín será, sin duda, uno de los movimientos más observados del ajedrez político nacional. De su resultado dependerá si la oposición logra unirse en torno a un solo nombre o si, por el contrario, las viejas rivalidades vuelven a fragmentar el camino hacia 2026.
