Los defensores de la paz

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Defender la paz no es ponerse del lado de los bandidos, ni mucho menos apoyar la impunidad de estos para que estén a sus anchas riéndose de la sociedad que los perdona; la manera válida de hacerlo es respetando las leyes, protegiendo a los vulnerables y demostrándole a la sociedad que el que hace el bien le va bien y el que hace el mal le va mal.


Por: José Miguel Santamaría Uribe

Cuando el expresidente Álvaro Uribe Vélez sale a prevenirnos sobre el 2022, debemos oírlo y apoyarlo de frente porque todas las condiciones nos están llevando a que, si cerramos los ojos, tendremos un gobierno de izquierda populista en nuestro país.

El circo que montaron algunos senadores en el Congreso esta semana, cuando salieron a defender a un mafioso y narcoterrorista como alias ‘Jesús Santrich’, nos demuestra que los que buscan este cambio no tienen límites para lograrlo, pueden aliarse y trabajar hasta con el diablo si es necesario.

Los daños colaterales que sigue generando el ‘chambón’ proceso de paz con las Farc es aterrador y cada día le salen más micos y problemas; no es solo la JEP o la impunidad que esta generó a sus líderes que posan de adalides de la moral sin haber pagado un solo día de cárcel por sus crímenes, es la sensación que existe de que algunos crean que sí hubo un acuerdo de paz cuando la realidad es otra. El circo de La Habana fue un acuerdo de impunidad.

Es que es inaudito que los supuestos grupos interesados en defender ese ‘chimbo’ proceso de paz, lo hagan generando más guerra, acabando con su vandalismo las calles de Bogotá y perjudicando al comercio y la industria formal, sobre todo cuando estas tratan de recuperarse tras situación en la que quedaron después de las cuarentenas sin cuartel que decretó la alcaldesa sin ningún estudio y planeación.

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Es obvio que todos los colombianos vivimos consternados por la cantidad de asesinatos que han venido ocurriendo en los territorios donde operan los grupos ilegales, las mal llamadas disidencias de las Farc y los carteles de las drogas.

Es claro que el Estado debería estar protegiéndolos, pero tambien lo es que se están matando entre ellos; mientras sigamos teniendo esos niveles de cultivos de coca y la imposibilidad de combatirlos con aspersión aérea, será muy complicado hacer el cambio.

Acá vale la pena preguntarse, ¿por qué existen tantos interesados en no dejar combatir estos cultivos y buscan desesperadamente su legalización? Yo todavía no entiendo.

Defender la paz no es ponerse del lado de los bandidos, ni mucho menos apoyar la impunidad de estos para que estén a sus anchas riéndose de la sociedad que los perdona; la manera válida de hacerlo es respetando las leyes, protegiendo a los vulnerables y demostrándole a la sociedad que el que hace el bien le va bien y el que hace el mal le va mal.

Desafortunadamente después de todas las concesiones que el gobierno Santos le dio a las Farc para que firmaran el acuerdo, estos no han cumplido nada y ni siquiera han entregado los bienes ni los dineros que tenían.

Con más veras la sociedad debe ser implacable con estos personajes que salen a defenderlos a capa y espada a cambio de algo que todavía no entendemos, esperemos que las urnas en el 2022 les demuestre que los colombianos no queremos congresistas que defiendan bandidos y narcotraficantes.

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