La investigación por el asesinato de Jorge Hernando Uribe Bejarano, empresario caleño desaparecido el 6 de abril y hallado sin vida días después en un cañaduzal del corregimiento de Navarro, ha dado un giro inesperado. El CTI de la Fiscalía capturó a su hermano, Juan Carlos Uribe, señalado como presunto determinador de la desaparición forzada y del crimen que conmocionó a Cali y al Valle del Cauca.
La detención de Juan Carlos Uribe ocurrió el 18 de septiembre en la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero, en un operativo que también incluyó la captura de otra persona presuntamente vinculada al caso. El hecho ha causado un fuerte impacto en la opinión pública, no solo por el vínculo familiar con la víctima, sino también por la trayectoria del detenido: fue modelo, relacionista público y jefe de protocolo en la Alcaldía de Cali y en la Gobernación del Valle.
De acuerdo con la investigación, el último contacto de Jorge Hernando se registró en WhatsApp a las 4:19 p.m. del 6 de abril. Minutos después, desapareció sin dejar rastro. Ese mismo día había sido visto por última vez en un restaurante del barrio Santa Mónica junto a Juan Carlos Uribe, quien hoy enfrenta la imputación de los delitos de desaparición forzada y homicidio agravado.
La pista del vehículo del empresario fue clave para dar con el paradero de sus restos. El 15 de abril, las autoridades encontraron el carro abandonado en la vereda El Estero, corregimiento de Navarro, oriente de Cali. Cerca del lugar, en un cañaduzal, aparecieron fragmentos óseos calcinados que fueron identificados por Medicina Legal como pertenecientes a Jorge Hernando.
Mensajes y testimonios que complican a Juan Carlos Uribe
La investigación que rodea a Juan Carlos Uribe incluye seguimientos, cámaras de seguridad y testimonios que lo ubican como la última persona en ver con vida a su hermano. Además, versiones recogidas por medios como Caracol Radio revelan que Alejandra Uribe, hija de la víctima, cree que el crimen fue planeado con premeditación.
“Mi papá salió solo a entregar unas cajas, pero fue raptado de inmediato. Lo desmembraron y luego lo quemaron. Lo que recibimos fueron fragmentos y cenizas”, relató entre lágrimas Alejandra. Sus palabras refuerzan la hipótesis de que detrás del crimen hubo una venganza cuidadosamente ejecutada.
La brutalidad del asesinato y la posterior aparición de pruebas habrían conducido a la Fiscalía a poner bajo la lupa las comunicaciones y mensajes de Juan Carlos Uribe, donde se indagaría si existían móviles económicos o personales que lo llevaran a participar en el crimen de su propio hermano.
Avances en la judicialización del caso
El proceso contra Juan Carlos Uribe apenas comienza. En las audiencias iniciales, la Fiscalía formalizó su captura y solicitó la imputación de cargos por desaparición forzada y homicidio agravado. Mientras tanto, otro implicado en el caso, identificado como Brayan Eduardo Garcés Peláez, de 32 años, ya fue judicializado por los mismos delitos.
Los investigadores también rastrean a otras personas que habrían participado en la ejecución del crimen, aunque por ahora no se han revelado más nombres. La Fiscalía mantiene bajo estricta reserva los detalles de los mensajes y las pruebas digitales que incriminan a Juan Carlos Uribe, con el fin de no entorpecer las audiencias.