Los retos de las cajas de compensación en Colombia

Por: Fernando Cárdenas, Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad El Bosque.

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Las Cajas de Compensación en Colombia, ya cumplen más de 70 años aportando de manera ininterrumpida al propósito de un país con menores desigualdades desde el punto de vista económico, cultural y social, haciendo énfasis en la clase trabajadora y como complemento a las políticas públicas diseñadas para tal fin. 

Desde sus inicios, las cajas de compensación han sido ampliamente reconocidas por los subsidios dirigidos a las familias de las empresas afiliadas a partir de recursos propios y de los empleadores. En este contexto, gran parte de las críticas han girado en torno a la construcción de sedes donde se ofrece una gran variedad de servicios de recreación y cultura, con ciertas características excluyentes. 

¿Qué deben proponerse las cajas de compensación?

De este modo uno de los principales retos de las cajas de compensación, está en la administración más equitativa de estos recursos, de tal manera que se genere mayor cobertura para la población clasificada en los niveles de menores ingresos.

El papel de las cajas de compensación: más de 70 años trabajando en la reducción de la desigualdad social

En muchos casos se destaca la oferta de alimentos, útiles escolares y servicios de salud, entre otros, en zonas o regiones periféricas, sin embargo, el acceso a estos productos no siempre tiene un carácter progresivo, en el caso de las grandes sedes de las cajas de compensación, el tema es más complejo, pues el acceso a estos centros de recreación y cultura demandan desplazamientos y recursos de difícil disposición para los más vulnerables. 

Recientemente, las cajas de compensación han empezado a tomar una parte importante del mercado de la educación formal en el país, en donde se podría afirmar que tienen un mayor acercamiento con el sector productivo.

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Esta relación se puede transformar en una gran oportunidad para mejorar las competencias de los jóvenes frente a las necesidades de los empleadores. Normalmente, las grandes empresas cuentan con el capital financiero para realizar importantes inversiones que les permitan aumentar su productividad, pero no es tan fácil ubicar el capital humano para aprovechar al máximo estas inversiones.

Una mejor conversación al respecto, puede generar mejores programas de capacitación estructurados en inteligencia artificial, programación, investigación y desarrollo, incluso se pueden generar efectos de desbordamiento en otras instituciones de educación, cerrando la brecha entre la academia, la empresa y el estado. 

Finalmente, los programas orientados a la compra de vivienda merecen una revisión. En la actualidad, una familia con ingresos de hasta dos salarios mínimos puede acceder a un subsidio de 42,7 millones de pesos, una cifra nada despreciable pero condicionada a los ingresos de los hogares, por lo que para solicitar y utilizar el subsidio se debe tener un buen fondo de ahorros, un préstamo o el acceso a otros subsidios.

Las opciones mencionadas son difíciles de concretar para un hogar con ingresos bajos y necesidades normales como son el arriendo, la educación de los hijos, la alimentación y la salud. 

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