Los ‘tibios’

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El tibio generalmente se disfraza ideológicamente de centro, sin importar que milite en la izquierda o la derecha, se vende como conciliador y de tener políticas de puertas abiertas. Nunca confíen en un tibio, lo pueden llevar a cohabitar con sus contradictores y terminar apoyándolos sin importar que vayan en contra de sus principios…


Por: José Miguel Santamaría Uribe

Desde hace muchos años se ha escrito sobre la fauna social colombiana, y vaya que sí se le ha descrito muy bien.

De hecho, personajes como el lagarto, el lobo, el zorro y el perro son ya apelativos que se usan cotidianamente en las conversaciones, pero hoy voy a hablar de uno que, aunque no tiene nombre de animal, ha venido apareciendo dentro de la sociedad y llenando espacios: el ‘tibio’.

La descripción más sencilla del tibio es de aquel que no es ni fu ni fa, o ni chicha ni limonada; es la persona que no toma decisiones y que cuando lo hace, cambia de parecer continuamente para caerle bien a todo el mundo.

Aunque el mundo está lleno de ellos, el problema radica en que cuando estos tienen posiciones de liderazgo, terminan llevando a sectores de la población de un lado a otro sin ninguna contemplación.

Yo siempre he dicho que la polarización y la controversia es buena cuando esta busca mostrar las diferentes corrientes de pensamiento; es más, los partidos políticos deberían ser mucho más estrictos en que sus líderes tengan claridad sobre estas, no es lógico que haya pensamientos tan disímiles dentro de estas estructuras que tienen unos claros postulados.

Lo cierto es que existen diferentes clases de tibios, todos varían dependiendo en el medio en el que habitan y se desempeñan, los principales son:

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El tibio ideológico: Este es el personaje que cambia de ideología como si cambiara de camisa; va de derecha a izquierda sin ninguna pena.

Por ejemplo, cierto funcionario que trabajó en el gobierno de Uribe y ahora se siente cómodo en la administración de Claudia López en Bogotá.

Estoy plenamente convencido de que por un puesto sería capaz de adorar a Timochenko cuando anteriormente lo combatía.

Lo más seguro que con tal de ganarse uno que otro contratico seguramente terminó votando SÍ en el plebiscito a cambio de un contratico.

El tibio económico: Al igual que el anterior, este tiene la capacidad de reinventarse dependiendo de quién lo tiene contratado.

Muy pocas veces tiene una posición propia, si no la derivada de la compañía en la que trabaja.

Muchos en la actualidad son analistas económicos, tienen la capacidad de alabar un día la independencia del banco central, la correlación entre el crecimiento económico y la disminución del desempleo con la baja en impuestos a las grandes compañías, pero al otro día están promulgando la renta básica universal como algo fundamental o haciéndole buenos ojos al asistencialismo.

El tibio político: De estos sí que existen de todos los colores y los pelambres, deambulan tranquilos de partido político en partido político.

Una vez fueron liberales, después uribistas y terminaron sintiéndose bastante cómodos en el Verde a tal punto de conformar una coalición de izquierda, sentados con las Farc, defendiéndolas mientras Petro se les hace un estadista.

Este personaje es peligroso porque sus seguidores políticos de vieja data lo siguen votando a pesar de su metamorfosis.

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El tibio moral: Este personaje le ha hecho mucho daño al país; puede que nunca directamente haya sido un bandido o haya cometido actos de corrupción, pero si ha cohonestado con corruptos y se siente cómodo con ellos.

Esto pasa mucho en la política, este tibio cierra los ojos ante hechos irrefutables de corrupción de personajes a cambio de apoyos, puestos y poder.

Lo último y más importante para los colombianos es entender que el tibio generalmente se disfraza ideológicamente de centro, sin importar que milite en la izquierda o la derecha, se vende como conciliador y de tener políticas de puertas abiertas.

Nunca confíen en un tibio, lo pueden llevar a cohabitar con sus contradictores y terminar apoyándolos sin importar que vayan en contra de sus principios.

Invito a que cada uno haga sus listados de tibios, se llevarán sorpresas…

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