Como de todo se ve en la viña del Señor y más en nuestro país, se conoció la semana pasada que el jefe de la columna móvil Teófilo Forero de las Farc, Hernán Darío Velásquez alias “El paisa”, quien también es integrante del Estado Mayor Central de las Farc y segundo al mando del Bloque Sur, entró a ser uno de los nuevos negociadores de este grupo guerrillero en La Habana.
El Gobierno Nacional autorizó la incorporación de alias «El paisa» a los diálogos, facilitó la salida del país de este guerrillero y sus órdenes de captura fueron levantadas. En otrora «El paisa» era el principal objetivo de las Fuerzas Militares, había una recompensa cercana a los 3 millones de dólares por él y cerca de 10 mil hombres de la Tarea Júpiter estaban tras este criminal.
A «El paisa» le pesan en la espalda más de 300 asesinatos, entre ellos el del exgobernador de Antioquia Guillermo Gaviria, más de 10 atentados terroristas perpetuados, una condena a 40 años de prisión como principal responsable del atentado del Club El Nogal en Bogotá; perteneció a los sicarios de Pablo Escobar, trabajó con los Orejuela, secuestró un avión para poder retener al exsenador Jorge Eduardo Gechem; adelantó tomas guerrilleras como Miraflores, El Villar y secuestró al exgobernador del Caquetá, Luis Francisco Cuéllar, tuvo que ver con el secuestro de los 12 diputados del Valle del Cauca, el secuestro de Gloria Polanco, entre otros atentados.
Todo el prontuario criminal de este terrorista da pie para que cualquier persona con cinco sentidos, no entienda como está gozando de la libertad en La Habana, se le levantan las órdenes de capturas y personas que no han cometido ni el 0.1% de los crímenes de este señor, como es el caso de Luis Alfredo Ramos, estén privados de su libertad.
La oposición y varios líderes de opinión no políticos han rechazado la presencia de «El paisa», dicen que este puede ser el sapo más grande de todo el proceso de paz, pues ver a un criminal que ha cometido tantos delitos y que ha sembrado tanto dolor en Colombia esté gozando en La Habana, es no tener respeto por las víctimas ni por las personas que están en la legalidad.
Estos paralelos, ejemplos y escenarios son los que un colombiano de bien, el cual trabaja día a día, se esfuerza por estar en la legalidad, que cumple con sus deberes y paga sus impuestos, no entiende cómo se puede dar tantas gabelas a personas que han causado tanto terror al país.
Si bien en aras de la verdad había una duda respecto a la venia de «El paisa» con los diálogos y se creía que estaba trabajando con las BACRIM, como aún se presume, esto apunta a que en teoría una de las cabezas ya estará de frente en los diálogos y esto es positivo para el proceso de paz, pero no se entiende que se sigan dando los escenarios como el que mencionamos atrás, que mientras Luis Alfredo Ramos sigue privado de su libertad, un terrorista como «El paisa» esté gozando de lujos en Cuba.