La actual senadora de la República ha sorprendido con su irrupción en la parrilla de precandidatos presidenciales, pues su sola presencia para muchos genera aún más polarización, pero enriquece el debate que al parecer se ha monopolizado por Gustavo Petro y Sergio Fajardo.
Por: Redacción 360 Radio
La lista de precandidatos que ha tenido el espectro de centro derecha se ha ido desmoronando poco a poco, muchos de ellos que inicialmente tenían mayores opciones en estos comienzos tempranos de la carrera presidencial, como Juan Carlos Pinzón, se decantaron por otras opciones; en el caso de Pinzón, en la embajada de Colombia en Estados Unidos en un momento álgido y crucial de las relaciones entre los dos países, en donde Pinzón, luego de semanas de meditación aceptó el llamado que se le hizo desde ambos países para que estuviese otra vez al frente de esta coordinación de las relaciones que son tan importantes.
Otra que ya no será aspirante es la actual canciller y vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. Con estos dos candidatos el partido Conservador perdió cualquier opción que tenía de llegar a la Presidencia directamente. En cuanto a los candidatos que quedan en la colectividad conservadora no hay ninguna opción en ellos de poder ganar y lo que está claro en las huestes conservadoras es que como siempre van a terminar adhiriéndose a un candidato. Hay división entre los actuales precandidatos, unos quieren estar con Sergio Fajardo, otros quisieran ir más adelante a una candidatura de los exmandatarios regionales.
El Centro Democrático aún no inicia procesos de consultas ni define un mecanismo de elección del candidato presidencial pero lo cierto es que aunque la lista de precandidatos en ese partido es bastante larga, pues están Paola Holguín, Paloma Valencia, Carlos Felipe Mejía, Rafael Nieto Loaiza, Edward Rodríguez, Margarita Restrepo, Ernesto Macías, Óscar Iván Zuluaga y ahora María Fernanda Cabal.
Antes de la llegada de Cabal, está claro que quien estaba perfilado para llevarse esa candidatura era Óscar Iván Zuluaga, quien goza de una imagen muy favorable dentro del partido de Gobierno; además cuenta con una ventaja: varios directivos de esa colectividad sienten una especie de deuda con el excandidato presidencial, por lo cual han sido partidarios de que se le entregue ese aval a Zuluaga aún siendo conscientes de lo difícil que parece que el Centro Democrático vuelva a poner un presidente bajo su logo y bajo la tutela del expresidente Álvaro Uribe. El mismo Uribe cree que le puede hacer mucho daño a cualquier candidato presidencial si está a su lado.
Pero lo que ha sucedido con la precandidatura de María Fernanda Cabal no es nada distinto a lo que ocurre cuando una persona que por lo general está en el spotlight de los medios de comunicación por sus declaraciones, posiciones y entrevistas que da, y por su forma de ser, siempre acapara esa atención de los medios. En menos de cuatro días, cuando Cabal anunció su candidatura presidencial, más de ocho periodistas reconocidos en el país le han dedicado columnas de opinión, editoriales y varias emisoras del país han analizado su candidatura durante horas, la mayoría con tono socarrón y burlesco; una de ellas haciendo una comparación con Donald Trump.
Irónicamente, esa misma comparación que le hacen a Cabal con Trump la llevan a cabo los periodistas con los periodistas que le hicieron lo mismo a Trump, que fue burlarse de él a los inicios de su candidatura, incluso gozárcelo en un coctel del más altísimo nivel en Washington junto con el expresidente Obama, donde nadie daba un peso por él y Trump terminó ganando.
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Cabal rompe con el esquema del Centro Democrático de no posicionarse como un partido de derecha, sino como un partido de supuestamente de centro; Cabal se reafirma en que sus posiciones van de acuerdo a las convicciones y no fluctúan por intereses o por las coyunturas que tenga el país, además cuenta con su familia que también es importante fuente de atención de los medios por lo que diga su esposo José Félix Lafaurie.
María Fernanda Cabal tendrá que someterse a los mecanismos de su partido que sean dispuestos para elegir al candidato y enfrentarse a Rafael Nieto y a Óscar Iván Zuluaga; hay que esperar de la lista larga de precandidatos quiénes continúan y quiénes no, pero lo claro es que el ingreso de Cabal al escenario presidencial va a polarizar más y lo ha demostrado con apenas cuatro días de anunciar su candidatura y obviamente al haber sido comentada por el hijo del expresidente Uribe, al decir que podría ser la Ángela Merkel colombiana, lo que generó bastante polémica y comentarios.
Sin duda, Cabal tiene una capacidad importante de generar una fidelidad a su candidatura y de trazar una línea gruesa entre quiénes están con ella y quiénes no. Como va el país, por los últimos acontecimientos a nivel de orden público, seguridad, institucionalidad, entre otros, el discurso de una dercha sin titubeos puede volverse importante, puede cobrar mucha fuerza y puede seguir desplazando a quienes aún no se atreven a tomar posiciones firmes.
Más allá de eso, es importante ver qué sucede con la candidatura de las personas que están en el espectro de los exmandatarios, en donde tampoco se atreven a tomar alguna posición en cuanto a lo ideológico. Enrique Peñalosa ha sido catalogado en ocasiones de centro, de izquierda, de derecha; Federico Gutiérrez se ha situado en el centro. Solamente el tiempo nos mostraría cómo se mezclan esas candidaturas, las de los exmandatarios regionales que pueden ser más afines a la candidatura del Centro Democrático y ver si logran algún consenso en general para no llegar divididos a las elecciones presidenciales del año 2022.