Confidenciales 360
Para muchos colombianos es casi una novedad escuchar la palabra líder social, y saber que Colombia está lleno de líderes sociales. Siempre se había tenido, por lo menos en la retina, que se contaba con líderes políticos y que de pronto los liderazgos distintos se efectuaban a través comunales que luchaban por pavimentar una vía, por que les otorgaran subsidios, por que les protegieran sus derechos esenciales de la Constitución, y todo esto ante los estamentos judiciales que tiene el Estado colombiano.
Algunos que sí han permanecido durante los años quizás son los líderes de paz, y aunque no en su totalidad la mayoría de ellos ha propugnado por tratar de evitar que jóvenes lleguen al conflicto armado, que se brinden oportunidades y para tratar de desmovilizar bloques delincuenciales.
Lo cierto es que hasta hace un año no teníamos mayor información o no se conocía más allá lo que estaban haciendo los que ahora llaman líderes sociales, y obviamente despierta conmoción, interés y tristeza escuchar las cifras de homicidio en aumento, y sobre todo que en una semana se conozca uno tras otro y el Gobierno sea incapaz de decir qué es lo que sucede.
Hay disparidad en las cifras. El Gobierno registra unos números muy inferiores a los que conocen algunas organizaciones independientes. Líderes han estado tanto en la izquierda como en la derecha, pero claramente también se están llenando de una tinta política oscura estos episodios. Unos dicen que son paramilitares, otros dicen que son neoparamilitares, otros que son desmovilizados de las Farc, otros que son guerrilleros del Eln y otros del Clan del Golfo. Independientemente del brazalete, nombre o remoquete acá hay una realidad y es que en donde están ocurriendo la mayoría de los asesinatos es en zonas donde son corredores del narcotráfico, donde hay una guerra prolongada y existencial entre la ilegalidad y el Estado, y que en la población civil está el medio de esa guerra.
La campaña de Gustavo Petro ha dicho que están matando a todas las personas de la Colombia Humana, que a todos los que votaron por el nacido en Ciénaga de Oro los van a asesinar, y eso es un poco ir hacia el extremo, pues no hay nadie que crea que están identificados por haber votado por alguno en específico, eso no es así. Además, en esta guerra ha caído gente de derecha como de izquierda como gente que no tiene filiación política, por lo cual preocupa más aún.
Las autoridades han señalado que hay disidentes de las Farc involucrados en estos homicidios, unos han sido víctimas mientras que otros victimarios. El Eln ha sido victimario en el cien por ciento de los casos, y los del Clan del Golfo también se han encargado de perpetuar esta guerra.
Algunas personas que han tratado de sacar adelante a sus comunidades por encima de la legalidad han sido asesinadas, algo sumamente grave. Pero hay unos pocos que se han tratado de mezclar o de colarse en esos grupos de personas decentes para fungir de líderes sociales pero en realidad han tenido dificultades con la justicia colombiana, por lo cual dificulta la identificación y el estudio de cada uno de los casos, pues no se pueden cometer errores que vayan en detrimento de la integridad de las personas.
Esto es un gran problema que deberá afrontar el próximo Gobierno, y que va a necesitar de posiciones muy medias pero estudios profundos para llevar a cabo una verdadera radiografía de lo que está ocurriendo y cómo el narcotráfico tiene gran culpa de lo que sucede con el asesinato de líderes sociales.
