Más libertad para gastar

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Colombia, como cualquier otro país emergente en condiciones normales, empieza a tener riesgo de baja de calificación y cierre de los mercados cuando su deuda como porcentaje del PIB supere el 50%, lo cual pasará con la nueva realidad, e incluso, podríamos quedar por encima del 70% en ese indicador para el año 2021.


Por: José Miguel Santamaría Uribe

La mayoría, si no todos los países del mundo, aumentaron su gasto público para tratar de paliar la crisis económica que desató la pandemia del coronavirus.

En ese sentido, muchos coinciden en que ahora sí viene lo difícil, pues habrá que recuperar las economías y recomponer los balances de los países.

Esta semana se confirmó que la China está haciendo una recuperación en ‘V’ y lo mismo parece indicar que sucederá en Estados Unidos.

No obstante, desafortunadamente Colombia luego de tener la cuarentena más larga de mundo tendrá una recuperación más lenta.

El dato de desempleo por encima del 20% nos traerá un retroceso muy grande en los indicadores de pobreza y seguridad.

Las grandes ciudades pasan momentos amargos, en donde la formalidad sigue confinada y la informalidad es la dueña de calles, semáforos y andenes.

Aunque era lógico que se aumentara el gasto público durante la pandemia, también era necesario hacerlo eficientemente; entregar recursos a diestra y siniestra termina mandando un mensaje poco claro a la ciudadanía cuando piensan que los alivios o subsidios pueden seguir en el tiempo.

Las nuevas tendencias progresistas, que quieren un Estado que puede con todo y con todos, nos puede llevar por el camino equivocado. El socialismo del siglo XXI no está haciendo ‘ojitos’.

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Capítulo aparte tiene el crédito que el Gobierno propuso hacerle a Avianca, que aunque tiene algunas consideraciones claras, a mi modo de ver tiene unos riesgos complicados de torear.

Uno de ellos, el hecho que si cualquier otra aerolínea querría lo mismo, se les debe dar también.

Otro, que su patrimonio hoy es cinco veces menor que el valor del préstamo; antes del desembolso, el Gobierno debería exigirle a la compañía una claridad de su gobierno corporativo, del cual desde hace años ha tenido mucho ruido.

El presupuesto nacional del año 2021 contempla para su financiación dos temas que considero serán muy difíciles de lograr por cuenta de ser un año preelectoral:

Una reforma tributaria y la venta de activos del Gobierno. ¿Cuándo vamos a entender que lo que verdaderamente se necesita es achicar al Estado y hacerlo más productivo?

Colombia, como cualquier otro país emergente en condiciones normales, empieza a tener riesgo de baja de calificación y cierre de los mercados cuando su deuda como porcentaje del PIB supere el 50%, lo cual pasará con la nueva realidad, e incluso, podríamos quedar por encima del 70% en ese indicador para el año 2021.

Los retos hacia el futuro son muy grandes para salir adelante, se necesita hacerle una restructuración total al Estado.

Las reformas a la justicia, electoral, al sistema de salud y por supuesto, la tributaria, son importantes para tener un mejor porvenir.

El Gobierno hizo lo que pudo en términos económicos, ahora nos tiene que pasar el relevo al sector privado.

Para eso es importante no dar tanta libertad a los mandatarios regionales para que sigan manejando a su antojo las restricciones; si esto no pasa, la recuperación va a tomar mucho más tiempo.

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El colombiano promedio no quiere más limosnas ni dadivas, lo que quiere es poder trabajar y poder sacar a su familia adelante.

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