Es lamentable que los delincuentes que se hacen llamar barras bravas, no hayan permitido que una persona tan laureada y tan importante como Mauricio Parodi en el campo deportivo, llegara a la presidencia del Deportivo Independiente Medellín.
Jose Raul Giraldo, mayor accionista y en representación del comité ejecutivo del Club, habían depositado la confianza en Parodi, pero lastimosamente no se pudo hacer realidad.
En la siguiente carta Parodi confirma que a las horas de haberse conocido su nombramiento en el DIM, muchos seguidores a través de redes sociales, mostraron una inconformidad y otros pasaros el límite de la decencia a través de calumnias, intimidaciones y amenazas, llegando incluso hasta vulgaridades, dijo Parodi que por el bien de su tranquila, de la felicidad y de su familia, rechaza el ofrecimiento que le hizo el Club, y continuará de mano de los hinchas de los otros clubes de Colombia y de las autoridades en la lucha contra la violencia dentro del fútbol, una lucha que empezó hace más de diez años.
Dice Parodi una frase muy cierta y es que es un triunfo de la intolerancia, que se debe eliminar de la sociedad en general y del fútbol en particular, el Medellín perdió un gran presidente, y más que eso, los delincuentes y los ilegales se siguen imponiendo en muchas decisiones de nuestra actual sociedad