¿Y los mayores de 45 años que no consiguen empleo no cuentan?

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Luego de que el Gobierno lanzara un ambicioso plan de estímulos a través de subsidios y beneficios para que crezca el empleo juvenil, es válido hacer otras preguntas similares, cómo la difícil consecución de un cargo después de los 45 años.


Confidenciales 360

El empleo en Colombia ha sido una problemática constante en los últimos 15 años, en general muchos podrían afirmar que ha sido un problema histórico y no faltarían a la verdad. 

Uno de los malos manejos que ha tenido el país en materia de política laboral ha sido permitir que la informalidad laboral se hubiese mantenido por encima del 50 % durante más de 15 años, sin haber ejecutado algún plan serio, ambicioso, visionario pero sobre todo sostenible en el tiempo, no programas populistas o coyunturales que buscaran que el único sector que puede crear empleo real, el privado, encontrara no solo incentivos sino también garantías para poder crear nuevos puestos de trabajo esto ligado a un aumento de inversión extranjera, a una confianza del consumidor, a un crédito accesible y obviamente a una estabilidad tanto jurídica, de seguridad y económica del país.

Para los jóvenes, quienes han presentado quejas recurrentes porque no encuentran empleos de manera fácil luego de graduarse y llevan razón cuando les piden experiencia estando recién graduados, o es posible que la paga es menos de lo que se esperaban, y empiezan a formularse algunas preguntas existenciales sobre si vale la pena estudiar, sobre si es mejor emprender o si definitivamente emigrar es la mejor solución ante la realidad laboral del país, pues es cierto que el mundo en el que estamos y más el que nos ha dejado la pandemia es un mundo que llama clamorosamente a la juventud, a nuevos puestos de trabajo sobre todo en materia de tecnología y de comunicación.

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Claramente, el primer gran escollo es que no hay tantas empresas para tantos graduados y siempre será una ecuación nula en términos positivos para los jóvenes, pues van a ser muy pocas plazas de trabajo las que se oferten con respecto a la demanda.

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Además, si consideramos las consecuencias tan nefastas para miles de empresas que tuvieron que cerrar en la pandemia, dificulta mucho más esa consecución del primer empleo.

En buena hora, el Gobierno hace un esfuerzo muy loable. Lastimosamente parece que este esfuerzo es en respuesta a las protestas y manifestaciones de miles de jóvenes durante los meses de abril y mayo, y decimos lastimosamente porque aunque existieron marchas pacíficas con justas reclamaciones, pues el país debería anticiparse a dichas coyunturas sociales, a dichos problemas que tiene el país y que son tangibles, los cuales se tienen que atender antes de que estallen.

Es también incomprensible que sea una forma casi mercantilista mantener a los jóvenes a raya para que se queden sin argumentos con los que marcharon. A la par de esto, hay un problema muy estructural en Colombia, donde el país ha sido históricamente el tercero de la región con mayor porcentaje de adultos mayores sin ingresos, en donde una de cada dos personas mayores de 65 años no tiene recursos propios, en donde solo uno de cada cuatro colombianos logra acceder a una mesada pensional, es el 75 % tan doloroso de los colombianos que no accede a la pensión de la vejez, donde dos de cada tres colombianos no cotizan porque no tienen empleos estables y en su mayoría las personas que cotizan sobre un salario mínimo no alcanzan a pensionarse, a los adultos mayores de 45 años se les presenta un grave problema: encontrar empleo, si lo han perdido luego de cumplir 45 años.

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En un mundo que está demandando muchísima tecnología, muchísimo conocimiento de software, de programación, de analítica, de minería de datos, de inteligencia artificial, de comunicaciones avanzadas, los adultos pueden sentirse en algún momento desubicados. Muchos de ellos han permanecido durante largo tiempo en una sola compañía.

Hace poco tiempo, la firma Pearson había informado que el grado de dificultad para encontrar un trabajo aumentaba par los mayores de 50 años y que solamente el 0.5 % de las ofertas laborales que se registraban en el país eran dirigidas a ese segmento de edad, mientras que para las personas entre 45 y 54 años había un 6.1 % de ofertas de empleo.

Muchos adultos mayores dependiendo de su formación académica y su preparación laboral terminan en servicios temporales trabajando en edificios tanto de oficinas como de vivienda, en restaurantes, en muchas ocasiones empleos que no habían sido el objeto de su preparación, en un país en donde se han automatizado mucho más los procesos productivos con una ralentización de la industria en la cual cada vez las personas son menos necesarias porque sus trabajos han sido reemplazados por máquinas, por digitalización, por computadores, entre otros.

No solamente son los jóvenes quienes tienen problemas a la hora de encontrar un empleo, los adultos mayores de 45 años también lo tienen y con la cruz a cuestas de conseguir una pensión en un tiempo que cada vez se les hace menor. Un debate que no se ha registrado en Colombia y es absolutamente necesario: cómo garantizarles o darles facilidad de acceso a millones de adultos que no logran una pensión, a que accedan a un subsidio que les garantice una mínima calidad de vida.

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