Medellín: epicentro de la transformación educativa de Colombia

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Este contenido hace parte de 360 Revista en su cuarta edición, la cual se distribuyó en las principales ciudades del país.


Por: Albert Corredor – Concejal electo de Medellín

Mi experiencia en el sector educativo me ha llevado a entender que, si bien en Medellín hemos hecho importantes apuestas en materia educativa, liderando incluso algunos frentes relacionados con aspectos formativos, seguimos rezagados en comparación con las grandes urbes mundiales. Los terribles resultados en las pruebas internacionales nos han obligado a hacer un profundo análisis que, en últimas, nos lleva a la conclusión de que, de manera muy rápida, debemos replantear lo que estamos haciendo con la educación de nuestras próximas generaciones.

El modelo educativo sobre el que hoy se forman mis hijos, es el mismo que existía hace 13 años cuando me gradué del colegio; es el mismo que les tocó a mis padres y el mismo con el cual estudiaron mis abuelos. En el país todo ha evolucionado, todo ha cambiado, todo se ha transformado, menos nuestro modelo educativo.

Hoy, a nuestros hijos en los colegios los formamos con las mismas estrategias que se vienen implementando en las escuelas desde hace cientos de años, condenándolos a aprender de forma arcaica temas que no estamos seguros les van a servir para resolver los retos que nuestras ciudades les plantean de cara al futuro. La tecnología ha invadido todos los escenarios de nuestras vidas menos las aulas de clase. ¿Cómo no aprovechar las nuevas tecnologías? ¿Cómo no implementar en el aula los recursos para acceder a la información y el conocimiento del mundo moderno?

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En el 2018 sólo un 49 % de los estudiantes de Medellín estaba en niveles satisfactorios o avanzados en lenguaje y un 43 % en matemáticas. Menos del 50 % de nuestros jóvenes tienen una correcta apropiación de las herramientas básicas para la comprensión y resolución de problemas cotidianos. Ante este panorama, ¿cuál puede ser el futuro que le espera a nuestros hijos y a nuestra amada ciudad?

Los problemas que enfrentamos no se concentran únicamente en lo concerniente a la calidad y a la pertinencia de la educación. En materia de cobertura, hoy en la ciudad nos encontramos con que, durante el año 2018, sólo el 79.4 % de los jóvenes accedieron a educación media, lo que implica que más de un 20 % de nuestros jóvenes entre 15 y 17 años no están continuando con los estudios en sus grados 10°y 11°, pasando así a engrosar la preocupante cifra de los más de 169.000 NINIS que existen en Medellín, personas que ni estudian ni trabajan, y que hoy son el mayor insumo para las bandas delincuenciales y los grupos armados de la ciudad.

Es por esto que la educación debe convertirse en nuestro principio orientador. Debemos apostarle a una renovación curricular que modernice los contenidos y las metodologías de enseñanza para que nuestros niños, desde sus primeros años de formación, desarrollen talentos en temas como robótica, programación, internet de las cosas y demás cualificaciones de vanguardia que les permitan estar a la altura de los retos y las necesidades sociales, económicas y productivas del siglo XXI.

En Medellín, debemos trabajar en la construcción del primer Colegio del Futuro del país; una institución educativa moderna, disruptiva e interactiva, donde se aprovechen todos los avances tecnológicos disponibles; donde los estudiantes se formen desde el ser y el hacer, educando en competencias para la vida, con currículos flexibles y acordes a las potencialidades del territorio y los intereses de cada estudiante.

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Nuestra ciudad cuenta hoy con el mayor número de empresas de base tecnológica del país, una industria que pide a gritos mano de obra calificada en competencias relacionadas con tecnologías de la información y las comunicaciones, por lo que articular la educación media con la técnica se hace urgente. Debemos crear espacios que vinculen a nuestros jóvenes con el mercado laboral de la Cuarta Revolución Industrial, a través de programas que respondan a las realidades y necesidades de la ciudad y del sector productivo, asegurando que la educación sea una inversión real para el Estado y para las familias.

Hoy, como concejal electo de la ciudad de Medellín, esta será mi bandera, hacer de Medellín la ciudad desde la que demos inicio a la transformación del Modelo Educativo de Colombia.

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