Miedo

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Por: Wilmar Vera Zapata

Ya empezaron los de siempre a vender miedo. Como en 2016, cuando los amos de la guerra dijeron en diferentes medios que el Plebiscito por la Paz con las Farc era para entregarle el Iva a Timochenko, que Santos le iba a dejar la presidencia al comandante de esa guerrilla y que en los colegios iba a enseñar a los niños a ser gais. En 2018, de nuevo, las aves del mal augurio pregonaron que con un gobierno de Petro el dólar se iba a disparar hasta los $5.000 pesos, el desempleo llegaría a dos dígitos, miles de empresas se cerrarían, la inflación sería galopante y, como si fuera poco, todos los entes de control del Estado (Procuraduría, Fiscalía, Defensoría del Pueblo, Contraloría) serían perros falderos del Ejecutivo, además de que el Congreso estaría amarrado a las órdenes de quien ocupa el solio de Bolívar.

Nos dijeron que si no ganaba Duque nos íbamos a volver una nueva Venezuela. Y lo cumplieron, no era amenaza era premonición.

Y otra vez vienen con la misma mentira. ¿Qué institucionalidad vamos a perder con un gobierno de izquierda?, ¿Que Anatolio Hernández por fin lea lo que va a votar y actúe con conciencia?, ¿Que los congresistas voten a favor de los grandes conglomerados más preocupados por inflar sus ganancias y bolsillos que legislar para la ciudadanía?, ¿Qué las fuerzas militares y policiales generen entre la comunidad tanto miedo como delincuentes o bandas criminales pagados con nuestros sueldos?, ¿Que los ministros y funcionarios públicos sin vergüenza tranquilos porque nadie los va a investigar y plata para repartir es lo que sobra en este país?, ¿qué institucionalidad hay en un país donde envían militares a matar presidentes como en Haití, ya que Bolivia falló, como un nuevo producto de exportación?, ¿un país donde los violentos de todo pelaje (legales e ilegales) fusilan impunes a jóvenes que rapean a pocas cuadras de la policía, asesinan líderes y reinsertados o siembran de cadáveres los ríos otra vez, como en los buenos tiempos de la seguridad (¿?) democrática (¿?) o la Violencia partidista goda-liberal?

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DEL MISMO AUTOR: Raza

Colombia no soporta más de lo mismo. Se necesita un cambio y como no se puede una revolución entonces urge una evolución.

Todos los candidatos de la derecha, extrema derecha o centro son lo mismo. Lo único que les interesa es que el modelo económico se mantenga y es uno donde lo que menos importa es la gente. Legislan y gobiernan para esa plutocracia que se alió con la delincuencia del narcotráfico –el sueño de Escobar hecho realidad- para no perder sus beneficios. Para que quien hable de dejar de robar más de $50 billones anuales en corrupción sea tildado de comunista; que quien exija el cumplimiento de la Constitución sea llamado anarquista; que quien impida que le roben a los campesinos sus tierras lo señalen de despojador y quien pida decencia en la política lo cogen a garrotazos de la autollamada gente “de bien”.

Comenzaron a difundir los miedos y creen que al perro lo capan dos veces. Que el socialismo le va a quitar su imaginaria propiedad dice el candidato nea-liberal Gutiérrez, que le van a expropiar la parcela dicen los despojadores de tierra Cabal-Lafourie, que no podemos llegar como Perú, sentencia el candidato de Odebrecht Zuluaga, como si tuviéramos las criadillas como los hijos de los incas que sí han sido capaz de tumbar presidentes corruptos y llevar al expresi (dente, diario) Alberto Fujimori a pagar cana como el delincuente que es.

¡Ojalá fuéramos como los peruanos o ecuatorianos!

El miedo es la herramienta de los que no tienen ideas para proponer y se dedican a jurar que con ellos dejaremos de ser el desastre que nos convirtieron ellos mismos.

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Ojo con el 2022. Si para ese año un candidato apoyado por las bandas de Cambio Radical, Partido de La U, Centro Democrático, Partido Liberal, Partido Conservador, Mira, Colombia Justa y Digna y hasta sector derechista del Polo Democrático llega a la presidencia es porque no aprendimos nada y somos merecedores de vivir en el fango en que esos partidos, y sus secuaces, desde hace 200 años nos arrojaron para nuestra desgracia y para su beneficio.

Sin duda Gustavo Petro no será el salvador ni la respuesta a todos los males enquistados en Colombia, pero será distinto y eso, a los corruptos de siempre y que nos han gobernado, es lo que más les asusta.

Es hora que devolverles la sensación y que el miedo que tanto pregonan lo sientan por fin los ladrones de cuello blanco que abundan, como la maleza, entre la gente decente de este sufrido país.

@liberto1420

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