Ministro Néstor Osuna: ojo con la Cárcel de Calarcá

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Ministro Néstor Osuna: “Nos están dando papas sin lavar, la carne es incomestible y ya hemos devuelto la comida. Cuando eso pasa, el director nos amenaza y nos manda la “volante” para gasearnos”, dijo un recluso que se comunicó con este columnista.


Por: Wilmar Vera Zapata.

Colombia tiene casi 200 mil personas privadas de la libertad, ya sean condenados o imputados. Con las escenas de la mega cárcel que el ídolo de la “democrática” derecha colombiana, Nayib Bukele, donde los expandilleros de la MS-13 marchan descalzos, en pantaloncillos largos, rapados y sin camisa desfilan como animales, se evidencia que estamos a un paso de legalizar los hornos crematorios y los fusilamientos en masa.

El sueño de la derecha facha.

Y es que se babean de la dicha Molano y la Cabal con esas imágenes, imaginándose que son “máquinas de guerra” de 12 o 14 años, miles de negros perezosos, múltiples indios desarrapados o esos jóvenes de la Primera Línea. El culmen orgásmico sería verlos sin ojos, negándoles sus derechos y paseando, cual Heinrich Himmler, feliz con su obra maestra.

Se sueña la “democrática” derecha colombiana convirtiendo las cárceles en versiones modernizadas de Treblinka, Dachau, Auschwitz o los campos de concentración del Mono Jojoy. Hasta en eso se parecen los extremos.

Pero no hay necesidad de irse a El Salvador, un país de 21 mil kilómetros cuadrados, poco más grande que el Eje Cafetero, donde cercarlo es fácil por la dimensión y densidad poblacional. Hoy, el sistema carcelario colombiano ofrece una temporada en el Infierno para los reos, olvidando que pese a sus crímenes son personas merecedoras de respeto y dignidad.

Justo eso falta en la Cárcel de Calarcá, en Quindío, donde los reclusos están bajo el abuso de su director Carlos Augusto Hincapié Franco, a quien la Procuraduría le abrió una investigación cuando era el director de la cárcel La Modelo, en Bogotá, y el 21 de marzo un grupo de presos se amotinaron y llegaron hasta el armerillo del centro de reclusión. El saldo final: más de 20 muertos, decenas de heridos y un traslado como premio, pues poco o nada importa la suerte de los privados de la libertad asesinados en extrañas circunstacias.

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Hoy, Hincapié Franco maneja la cárcel del segundo municipio de Quindío a su antojo. A los presos les prohíbe la visita de sus familiares, alegando un brote de varicela, pese a que con frecuencia salen y entran presos a otros patios o a sitios de reclusión, en las llamadas “remisiones”.

Como si fuera poco, el hacinamiento -que es un mal generalizado- es preocupante, pues en el Patio 5 A, donde se encuentran los ancianos condenados, hay apeñuscadas 184 personas en un espacio diseñado para 60, donde además mezclan a los peores delincuentes con esa población de la tercera edad, que frecuencia son víctimas de maltratos y robos.

“Eso es normal en una cárcel”, es la respuesta de la guardia.

Incluso, los presos han desistido de comer. La empresa que se encarga de preparar los alimentos, llamada Nutriuspec, que tiene varios contratos que se pueden evidenciar en la página del Inpec (Ver: https://www.uspec.gov.co/op-16-de-noviembre-2022) y que registran cinco contratos de alimentación en diferentes partes del Eje Cafetero y otras no especificadas, por un total de $694´205.060,72, recursos pagados en 2022 a esa empresa.

“Nos están dando papas sin lavar, la carne es incomestible y ya hemos devuelto la comida. Cuando eso pasa, el director nos amenaza y nos manda la “volante” para gasearnos”, dijo un recluso que se comunicó con este columnista.

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Como si fuera poco, en la Secretaría de Salud, la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría en el Quindío no parecen conocer la situación y los encargados de defender los derechos de los reclusos, llamado “cónsul de DDHH” (sí, los tienen, a pesar de lo que pueda pensar que merecen un tiro en la cabeza o la suerte de los presos del neonazi Bukele) es también un guardián del Inpec, por lo esconden los abusos que padecen.

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Señor ministro Néstor Osuna: haga una llamada a la cárcel de Calarcá. Mande un funcionario. Mire por un momento este centro y ayude a los reclusos. Usted que con el gobierno del Cambio quiere promover mejoras en los centros penitenciarios, no les dé la espalda también.

Allá hay seres humanos, algunos inocentes pagando lo que no deben, otros culpables que deben purgar una condena. Pero no deje que se sigan cometiendo abusos y maltratos los funcionarios del Inpec. Este es el momento de acompañar a una población que por décadas ha sido condenada, además del escarnio, al olvido y a la tortura.

Una sociedad civilizada, decía Mandela, se evidencia en la forma como trata a sus presos y a sus animales. Que la Colombia Humana se acuerde de ellos piden. Y que se les aplique la justicia, no la fascista inhumanidad.

Ñapa:

Si alguien desea, éstos son los contratos de Nutriuspec:

https://www.uspec.gov.co/sites/default/files/orden_de_pago-2022-11/364114622-ut-nutriuspec-2022.pdf

https://www.uspec.gov.co/sites/default/files/orden_de_pago-2022-11/364194022-ut-nutriuspec-2022.pdf

https://www.uspec.gov.co/sites/default/files/orden_de_pago-2022-11/363969222-ut-nutriuspec-2022.pdf

https://www.uspec.gov.co/sites/default/files/orden_de_pago-2022-11/363837622-ut-nutriuspec-2022.pdf

https://www.uspec.gov.co/sites/default/files/orden_de_pago-2022-11/363792522-ut-nutriuspec-2022.pdf

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