EDITORIAL
En Colombia no se puede pretender que una persona por ostentar el título de profesor, doctor o científico pueda pasarse las leyes por la faja y no ser sometido a los castigos que esta tiene cuando se incumple.
Colombia conoció en los últimos días que el ahora senador electo por el partido Alianza Verde, Antanas Mockus Sivickas, tiene una posible inhabilidad para asumir su curul en el Senado de la República.
Algunos medios de comunicación de izquierda han cuestionado la velocidad del Consejo Nacional Electoral para decidir sobre esta curul, y otros medios de derecha han considerado que es relevante para cualquier caso que se cumpla la ley.
La posición del Gobierno, en cabeza del presidente Juan Manuel Santos y senadores como Roy Barreras, es que quieren ver a Mockus en el próximo Congreso, algo que enriquecería el debate, le convendría al país y que a él no se le pueden tirar piedras, pues es uno de los estandartes morales de nuestro país.
Lo cierto es que la ponencia que se plantea es negativa y explica que Mockus habría participado en el otorgamiento de contratos por parte del Estado a su corporación Corpovisionarios, algo que constituye un impedimento para aspirar como el de senador de la República.
Mockus dijo que había renunciado a la presidencia de esa corporación el pasado 19 de marzo, ocho días después de su elección, y según los precedentes y la jurisprudencia que se conoce eso constituye una clara inhabilidad.
Recordemos que la votación fue muy significativa para Antanas Mockus, pues obtuvo 500.000 votos, y ha generado que varios sectores de la centro-izquierda salgan a defender esta curul, por ejemplo en cabeza de Angélica Lozano, quien ha pedido que no se intente retirar a Mockus del Congreso.
Cuando estamos en un Estado social de derecho, todos estamos sujetos a un contrato social que todos debemos cumplir y que de incumplirlo pues tendremos unas consecuencias. Cedemos poder a un Estado para que nos gobierne y para que garantice orden, democracia, movilidad social, opinión y unas leyes, pero esto tiene unas líneas rojas que castigan a la persona cuando incumple cualquiera de las leyes establecidas, y estas están vinculadas a cada actuar de todos los colombianos sin excepción alguna, por eso es más que raro, misterioso, inentendible y sorpresivo que el nuevo presidente de la República pide que se salten la ley porque estamos hablando de una persona en particular como Antanas Mockus.
El país tiene que hacer respetar las leyes, aunque sabemos que en Colombia se las saltan por la faja siempre que pueden, y habría cabida para que todos los políticos o funcionarios públicos que han sido destituidos o que no se les ha reconocido una elección por haber incurrido en unas fechas en las que no se podía contratar y en las que se presentaba conflicto de interés o tráfico de influencias o ser ordenador del gasto, y no se renunció para que puedan presentar otras demandas contra Estado.
El mejor ejemplo comienza por quienes tienen el poder y sobre todo por quienes predican de ser los más transparentes, justos y legales del país, por lo tanto, si Antanas Mockus recibe la notificación de que está inhabilitado para ser senador, él tiene que ser quien diga que reconoce, acepta y acata la decisión y que por eso no se va a posesionar como senador de la República. Sería un gran mensaje, ahí sí, de un gran profesor que mostraría verdaderamente su talante, y no que está de acuerdo con la ley de solamente cuando les convenga.