En un panorama global donde las brechas de género en el acceso a financiación empresarial afectan directamente a millones de mujeres, en Colombia las mujeres emprendedoras han encontrado en los microcréditos una herramienta clave para transformar sus vidas y fortalecer sus negocios.
Es por eso, que muchas entidades bancarias adelantan iniciativas para aportar su grano de arena para cerrar esa brecha de género a la hora de acceder a créditos. Durante 2024, Bancamía, entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA, desembolsó más de $600.000 millones destinados a impulsar proyectos productivos liderados por mujeres, quienes representan el 56 % de los microempresarios atendidos por esta entidad.
Este respaldo financiero se ha canalizado principalmente hacia emprendimientos como tiendas de barrio, peluquerías, talleres de confección, restaurantes y almacenes de ropa, sectores fundamentales en la economía local y en el sustento de las familias de estas mujeres emprendedoras.
Además, del total de la cartera vigente de Bancamía, el 52 % corresponde a créditos otorgados a microempresas lideradas por mujeres, alcanzando un monto de $852.700 millones, de los cuales un 30 % se dirigió a mujeres en zonas rurales.
Más allá del crédito: formación y empoderamiento para las mujeres emprendedoras
El apoyo no se limita al financiamiento. Bancamía ha implementado iniciativas como Empropaz, un programa creado en alianza con USAID y otras organizaciones, que promueve el desarrollo de habilidades empresariales y el fortalecimiento de negocios en comunidades afectadas por la pobreza y la violencia. Este modelo ha beneficiado a más de 128.000 mujeres, fomentando su empoderamiento económico y el desarrollo sostenible en sus regiones.
“La financiación no solo abre puertas, también entrega confianza y progreso. Cuando las mujeres acceden a servicios financieros, sus ventas crecen, en promedio, un 10 %. Esto no solo beneficia a sus familias, sino también a sus comunidades”, destacó Viviana Araque Mendoza, presidenta de Bancamía.
Entre los casos de éxito destaca el de Claudia Paulina Montealegre, una artesana de Florencia (Caquetá) que encontró en Empropaz una oportunidad para consolidar su negocio, Vaju Artesanías. Inspirada en la biodiversidad amazónica y utilizando materiales reciclados, Claudia ha logrado no solo crear productos únicos, como collares y sombreros, sino también generar empleo para otras madres cabeza de hogar en su comunidad.
“La principal motivación para emprender fue garantizar el bienestar de mis hijos y conservar la tradición de mi familia”, afirma Claudia. Su historia refleja cómo el acceso a microcréditos y formación empresarial no solo transforma vidas individuales, sino que impacta positivamente en el desarrollo de comunidades enteras.
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