La preocupación es alta, en lo corrido del 2016 se presentaron 89 casos por desnutrición, doblando el registro de 2015 que alcanzó 37 muertes. Esta es la primera del 2017.
Por: Luis Enrique Castro.
La grave crisis humanitaria que vive la Guajira ya comenzó en 2017 a mostrar sus primeras víctimas. En esta ocasión una menor de 11 meses falleció el viernes pasado a causa de un cuadro de desnutrición.
Esta menor pertenecía a la comunidad indígena wayuu de Waruttain, en zona rural del municipio de Manaure, en donde fue sepultada.
Este nuevo caso fue denunciado por Javier Rojas, líder indígena peticionario de las medidas cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, a favor de los menores y adolescentes de los municipios de Riohacha, Manaure, Maicao y Uribia.
Rojas indicó que la menor mostraba una delgadez evidente y un cuadro de diarrea y vómito. Además denunció que las comunidades indígenas que habitan en este territorio no tienen acceso a agua potable y alimentos.
La menor había sido internada en el hospital Armando Pabón de Manaure, donde permaneció hospitalizada durante dos días y luego fue dada de alta, donde además del cuadro de desnutrición se le diagnosticó que tenía una infección.
Esta comunidad manifestó que a causa de la falta de agua potable y las fuentes de empleo solo tiene la posibilidad de alimentarse una vez al día. En la actualidad obtienen agua salada de un pozo y se dedican a la venta de carbón vegetal, recursos que no les permiten una óptima calidad de vida.
La preocupación es alta, en lo corrido del 2016 se presentaron 89 casos por desnutrición, doblando el registro de 2015 que alcanzó 37 muertes. Esta es la primera del 2017.